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lunes, 21 de julio de 2014

Quimera




Capitulo 15


El increíblemente preciso plan que habíamos gestionado en menos de cinco minutos era sencillo, yo me presentaría en la reunión de mañana con mi padre y mi tía Mary completamente ajena a esa emboscada, un cazador, un vampiro y un demonio iban a estar cubriéndome las espaldas. Blake no estaba muy contento con mi asociación con el vampiro, pero su gente quería evitar que los demonios se hiciera conmigo por lo que la toleró mucho más que mi alianza con el demonio y no dejo pasar la ocasión para recordarme que jamás debía confiar en alguien de su clase.
Comenzaba a sentirme ofendida cuando mi mejor amigo decía esas cosas, al fin y al cabo yo era mitad demonio.

  • No la podemos mandar a una emboscada sin ninguna protección – le dijo Chris a Nathan.
  • Voy a estar allí para protegerla – espetó el vampiro molesto.
  • No siempre has podido protegerla, ademas, veo que todavía no eres un vampiro completo – dijo Chris con una oscura mirada. ¿A que se referia el demonio con eso de completo? Los dos hombres iban a saltar uno sobre otro en cuestión de segundos por lo que me apresuré para ponerme en medio.
  • Yo puedo llevar un arma si queréis – les dije intentando que dejaran de concentrarse en matarse con los ojos.
  • No vas a llevar un arma, podrías dispararte a ti misma – espetó Nathan – es peligroso.
  • ¿Me estas llamando tonta? – dije ofendida, ¿en serio me creían tan tonta como para dispararme a mi misma?
  • No es eso, es solo que el arma puede ser usada en tu contra – explicó el vampiro agarrándome dulcemente el rostro, yo me aparte por instinto y él se quedó bloqueado.
  • Perdona… es la costumbre – se excusó aclarándose la garganta, yo imaginé que acostumbraba a coger a todas las mujeres del rostro, pero algo en su gesto y en mi subconsciente me decía que no era así. Vi como una chispa de diversión malvada brillaba en los ojos azules del demonio.
  • ¿Hay algún arma que pueda llevar sin que peligre mi propia integridad? – pregunté decidida a ir armada fuera como fuera, no podía depender de que tres hombres me rescataran cual damisela indefensa, yo quería poder luchar si llegaba el momento, mi padre y Mary estaban allí y no estaba dispuesta a perderles.
  • Si, hay una manera – explicó Chris, Nathan intento replicar pero le hice callar con un gesto de la mano y con la otra inste al demonio para que continuara.
    Beber mi sangre – expuso Chris dejándome completamente pasmada.
  • ¡De eso nada! – protestó el vampiro a quien dirigí una extraña mirada entre la ira y la desconfianza. ¿Por qué demonios se implicaba tanto? sabía que me necesitaba para encontrar a Olivia, pero si a mi me pasaba algo ya encontraría a otra persona que hiciera mi trabajo, no entendía muy bien a que se debía tanta preocupación.
  • ¿Qué ocurre si la bebo? – le pregunté al demonio.
    ¿Recuerdas que tus poderes se intensificaron un poco cuando bebiste sangre humana? – preguntó.
  • Si.
  • Pues si en vez de humana bebes de demonio tus poderes son durante el tiempo que dure esa sangre en tu organismo los mismos que los de un demonio puro, no es como los humanos que simplemente experimentan un incremento de sus sentidos, tú como subnature podrías sobrevivir a una bola de fuego o a cualquier ataque, serias casi inmortal durante un tiempo limitado – explicó dejándome perpleja.
  • ¡Perfecto! Eso es genial – les dije mirándoles emocionada.
  • Pero es necesario que recuerdes, si bebes su sangre no voy a poder hacerte recordar hasta por lo menos una semana – confesó Nathan. Tenía ganas de recordar ese año que había perdido, pero también me daba un poco de miedo por si las cosas que recordaba no me gustaban demasiado y por desgracia tenía la sensación de que no me iban a gustar mis recuerdos.
  • He estado casi nueve años sin recordarlo, por una semana más no creo que pase nada, ¿o si? – instigué nerviosa.
  • No, no pasa nada, solo es que tengo ganas ya de que recuerdes, eso es todo – reconoció enfrentándome con sus calientes ojos verdes.
  • Una vez se solucione esto no volveré a beber ningún tipo de sangre hasta que me hagas recordar – prometí recibiendo un sonoro bufido del demonio - ¿Cuándo bebo tu sangre? – le pregunté a Chris que había optado por sentarse en el sofá.
  • Mañana por la mañana – contestó Nathan – esta noche te necesito conmigo en un lugar, además esta casa ya no es segura para ti, te quedaras en mi apartamento – me dijo mientras él también se iba a sentar al sofá – te espero aquí a que hagas la maleta – espetó dejándome clavada en el sitio. ¿Iba a pasar la noche en su apartamento en el Uper east side?
  • Puedes dormir en el mio como esta noche cuando ha entrado ese vampiro – dijo el demonio sin inmutarse, fue en ese momento en que vi la ira en el rostro del vampiro, vi como le fulminaba con la mirada y sentí como vibraba el aire que nos rodeaba. Era como un puma mirando un jaguar, un jaguar que dicho sea de paso se estaba regodeando.
  • Esta bien, me voy contigo – dije para evitar enfrentamientos – quedarme en el apartamento de arriba no es muy acertado si vienen a por mi aquí estaría demasiado cerca del peligro – Expuse mi motivo con mucha lógica, pero parecía que tomase la decisión que tomase no iba a poder agradar a ambos.
  • Esta es mi dirección – le dijo Nathan a Chris tendiéndole una tarjeta que inmediatamente retiró – ¡ah! No, no te hace falta, sabes donde vivo – las afiladas palabras del vampiro me dejaron descolocada y la cara de malas pulgas de Chris me hizo sospechar.
  • ¿Vuestra relación siempre ha sido así? – pregunté señalándolos a ambos.
  • Se puede decir que si, que fue odio a primera vista. Le conocí hace unos años mientras intentaba matar a mi prometida – mencionó Nathan dejándome clavada en el sitio. Ya entendía tanta reticencia a trabajar con el demonio y comenzaba a entender todos sus comentarios… Era normal que le odiase, me dije a mi misma. ¿Sería la misma mujer de la que había hablado Violet?
  • Voy a hacer la maleta con las cosas que necesito y nos vamos – dije rápidamente para evitar seguir hablando del tema.

No tardé mucho en elegir dos pantalones unas cuantas camisetas, varias mudas de ropa interior y lo metí todo en la única mochila que tenía que era la que había llevado en mis tiempos de universidad.
Deje todo recogido y me debatí entre si coger o no mi diario, si alguien venia a saquear la casa podría encontrarlo, y de hecho se había comprobado en la ocasión del robo que debajo del colchón no era un lugar demasiado adecuado para esconderlo. Al final decidí echarle en la mochila.

  • Vayámonos – dije nada más salir del baño de coger mi neceser.
  • Dame tu numero de móvil, por si ocurre algo – dijo Chris acercándose a mi – si ves que no soportas al chupasangres dame un toque – anotó y después se despidió con una media sonrisa realmente sexy.
  • Nos vamos, avísanos si se pasa alguien por aquí – le dijo Nathan mientras me agarraba del brazo y tiraba suavemente de mi hacia la puerta.

No fuimos directamente hacia su apartamento, me dijo que teníamos que pasar por su local para recoger algunas cosas y hablar con alguien.
Cuando llegamos a la discoteca no podía creerme lo que estaba viendo, allí había de todo, ojala llevara mi cámara encima para inmortalizarlo, pero sabía que Nathan nunca me dejaría fotografiar dentro de su Club.
Todo el mundo le saludaba con un asentimiento de cabeza a medida que avanzábamos y varias mujeres se colgaron de su brazo nada más llegamos. El vampiro no las hizo demasiado caso y se apartó para déjame a mi delante. Las bellezas rubias se marcharon ofendidas y no sabía porque pero me daba la sensación de que no era la primera vez que las despreciaba.
Nathan era atractivo, muy sexy y arrancaba miradas y suspiros por donde pasaba, las mujeres no tenían que faltarle, pero no se le veía feliz… esa foto en la que le había capturado mirando a la nada en su ventana y pensando en esa persona…

Violet me dijo que esa mujer había sido un amor del pasado y que se había marchado hacía mucho tiempo y para un vampiro mucho tiempo tenía que ser demasiado.
Fui esquivando gente hasta que llegamos a una enorme puerta de cristal que se abrió nada más que el vampiro puso su mano sobre el lector. Era una chulada.
Dentro no se escuchaba nada de lo que había fuera, la música, los gritos y el jaleo en general del bar se quedó literalmente atrás.
En esa especie de reservado-despacho había dos hombres uno de ellos se quedo estupefacto al verme y el otro ni se inmutó.

  • Norah estos son Dante y mi hermano Alaric – me presentó el vampiro. Dante era un hombre de lo más atractivo, tendría más o menos la edad de Nathan y el hermano aparentaba cuarenta años. Alaric ni se había inmutado al verme, pero me miraba con recelo.
  • ¿Recuerda? - preguntó su hermano.
  • No, hemos tenido algunas complicaciones – reconoció Nathan.
  • Bueno, no pasa nada ya se pondrá al día ahora hay que contarla todo lo que sabemos – dijo Dante – por favor siéntate – me pidió señalándome un sofá, los dos vampiros se sentaron en el que había enfrente y Nathan se puso a mi lado.
  • ¿Sabes por qué te quiere Olivia Dobreva? - preguntó Alaric - ¿Sabes por qué es capaz de matar por conseguirte? - preguntó de nuevo con hielo en la voz, me dio la impresión de que alguien había fallecido por mi culpa. ¿Estaría hablando de su cuñada, la mujer de Nathan? Preferí no preguntar.
  • No, la verdad es que no sé demasiado – reconocí nerviosa.
  • Si algún demonio desangra por completo a una Quimera obtiene el poder de subir al cielo y exigir un deseo a dios, uno que tiene la obligación de cumplir sea cual sea la ultima vez que eso sucedió murieron muchos ángeles y el orden y el equilibrio del mundo se vio seriamente perjudicado – explicó Dante – Los ángeles persiguen las quimeras para ejecutarlas y así impedir que cualquier demonio pueda hacerse con ellas. Los faes, los vampiros y los hombres lobo también las matan si se encuentran con alguna, nosotros no las solemos buscar, pero tanto los cazadores, como los demonios, los angeles y los mediadores las buscan específicamente – Luego tomó el relevo Alaric y prosiguió con la explicación que ya de por si me estaba dejando perpleja.
  • En una guerra entre ángeles y demonios los que siempre terminan peor parados son todos menos ellos. Los vampiros estamos conformes con como están las cosas y no nos gustaría tener a ningún demonio con más poder que nosotros, a los hombres lobo tampoco les gustaría que los demonios tuvieran suficiente poder como para poder someterlos – explicó, luego sonrió un poco con desprecio y prosiguió – los fae van un poco por libre, pero no les interesa tampoco que nadie destruya el equilibrio, por lo que no hay nadie más que ansié una quimera que un demonio.
  • No tengo palabras – reconocí después de un silencio – si un demonio me encuentra me desangraría para poder subir al cielo... - dije más para mi misma que a ellos.
  • No siempre – reconoció Dante - Beber tu sangre aporta poderes inigualables, aparte de ser el completo Nirvana, tu sangre es adictiva, es tan deliciosa y excitante que es un arma de doble filo, han existido quimeras que han acabado en manos de los demonios, pero que no han sido capaces de drenarlas completamente para obtener el poder, por el miedo a perder su sangre para siempre, por lo que han servido a su demonio como vaca lechera hasta su muerte – no sabía que preferiría si la opción de se drenada hasta la muerte o la de servir de vaca para demonios.
  • Muy bien y ahora decirme, ¿Cuándo me vais a ejecutar? - pregunté sintiendo el fuego de la ira en mis ojos. Estaba claro porque me había llevado allí, ellos eran vampiros y estaban conformes con el equilibrio que yo podría destrozar, por lo que la mejor manera de evitar el problema era eliminándolo.
  • No te va a matar nadie – dijo Nathan con ferocidad en la voz.
  • Por el momento no - aclaró su hermano – pero si ellos se hacen contigo, tendremos que hacer lo que sea necesario para que este equilibrio prevalezca.
  • Lo entiendo perfectamente, pero lo que sigo sin entender es que hago aquí ahora – dije mirando directamente a Nathan.
  • Los vampiros hemos decidido protegerte – explicó Dante – a parte de que necesitamos tu ayuda para poder encontrar a Olivia.
  • ¿Para que la queréis encontrar?¿No seria más fácil permaneces fuera de su radar? - pregunté.
  • Venganza – contestó Alaric – tengo que encontrarla para matarla – soltó con hielo en la voz.
  • Necesitáis mi sangre para ello – afirmé recordando lo que había dicho antes Nathan.
  • Si, la necesitamos para localizarla, nuestra bruja nos ayudará con un hechizo y una vez lleguemos a su grupo de humanos, necesitamos que nos ayudes a leer la verdad en sus palabras – me explicó muy tranquilo Alaric. No era fácil digerir que esas personas querían matar a una madre que hasta hace unos días yo veneraba y extrañaba. Ese sentimiento, esas ganas de conocerla había cambiado por completo, pero al fin y al cabo era una perra que había arruinado muchas más vidas de las que yo me imaginaba.
  • Esta bien, contar conmigo – dije sin pensarlo demasiado, no quería pensar que esa mujer a quien querían atrapar era mi madre.

Nathan les contó todo lo que había sucedido con mi padre y mi tía, ellos no iban a poder estar allí para protegerme porque era de día y ambos si habían detenido su envejecimiento, fue en ese momento en el que me di cuenta a lo que se había referido Chris. Nathan no era un vampiro completo porque no había detenido todavía su crecimiento.
No presté mucha atención al resto de la conversación. Un horrible presentimiento comenzó a anudarse en mi estomago y comencé a asimilar que mi padre estaba secuestrado por mi propia madre o sus secuaces.
Mi madre llevaba toda su existencia de más de quinientos años intentando encontrar una quimera, de hecho se había aprovechado de mi padre para intentar engendrarla. ¿Cuantos hijos más habría tenido esa mujer? Me pregunté con lastima, era más que posible que hubiera estado haciendo eso toda la vida... cuantos bebes muertos...
Mi padre se había enamorado de ella, se había cortado las alas por estar con ella, pero esa perra no le quería, solo lo había querido para quedarse embarazada.
Esa mujer no merecía mi respeto ni mi nostalgia, cualquiera que hiciera daño a mi padre merecía morir por ello.
Ese ultimo pensamiento me sorprendió, yo no era una persona vengativa...
  • ¿Qué clase de demonio es Olivia? - pregunté evitando en todo momento referirme a ella como mi madre.
  • Un demonio vengador, uno de los más poderosos que pisan ahora la tierra – explicó Dante.


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