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viernes, 25 de julio de 2014

Quimera




Capitulo 20





Después de varias discusiones con Blake terminó aceptando que por más que me lo pidiera y exigiera no me iba a ir a su apartamento.
Teníamos muchísima hambre y mientras hacíamos tiempo para ir al bar donde habíamos quedado con los demás, pasamos a un Burguer King y yo me comí dos menús gigantes enteritos dejando completamente abochornado a Blake que se conformó tan solo con uno.
Todo lo que había pasado era como un sueño, pero el poder que tenía corriendo por mis venas, la sensación de sentirme invencible, la falta de escrúpulos, remordimientos y compasión comenzaban a eliminarse de mi organismo de la misma manera que eliminaba la sangre de demonio y comencé a tener miedo,
¿mi yo normal seria capaz de no soñar por las noches con Sunny y su corazón en mi mano...?
Me preocuparía por ese puente cuando tuviera que cruzarle.
La tarde pasó mucho más rápido de lo que me podía haber imaginado, Blake y yo cogimos un taxi y paramos primero en el estudio fotográfico donde solía imprimir todos mis proyectos, allí estaba por fin el book de Violet.

Eran las nueve de la tarde en plena primavera Neworkina y todavía era de día aunque el sol comenzaba a ocultarse al otro lado de los rascacielos de Manhanthan.
En el infierno todavía no había ninguna actividad, los vampiros todavía no podían salir y la gente no llegaba hasta al menos las once de la noche.
El taxista nos preguntó unas seis veces que si estábamos seguros de que lo que buscábamos estaba en ese barrio y después de tranquilizarle y decirle que si otra seis veces, nos dejo bajar.
Ojala todo el mundo fuera como ese hombre, pensé mientras bajaba las maletas, la gente buena no era fácil de encontrar hoy por hoy.

En menos de dos minutos Nathan llegó a mi lado antes de que llegara a la puerta de su bar, decorada con una enorme boca con colmillos. No me lo esperaba y me abrazó con fuerza ante la sorprendida mirada de Blake.
Se sintió tan... familiar que no me aparté.

  • Estaba preocupado por ti – me dijo retirándose un poco avergonzado.
  • Estoy bien – reconocí con un susurro.
  • Estaba conmigo no tenías por qué preocuparte tanto – le dijo Blake mirándome con una extraña expresión. No había celos como cabía suponer, era más la mirada de un hermano mayor preocupado. Eso me gustó, no quería tener que tratar con sentimientos complicados en ese momento.
  • ¿Esas maletas? - preguntó quitándome la mía y llevándola él hasta dentro.
  • Toda mi ropa, a ver que información tenemos esta noche y donde me tengo que mudar o en que lugar del mundo me tengo que esconder.
  • En ningún sitio, te quedas en mi piso – me dijo sin dejar lugar a una discusión.
  • Necesito quedarme en un sitio más oculto, que te parece que me quede aquí en el bar – le sugerí bastante convencida de que era un lugar seguro.
  • Aquí le he dado alojamiento al demonio – reconoció molesto – nos ha ayudado mucho y a ti te ha mantenido a salvo muchas veces – reconoció muy poco entusiasmado por ese hecho – hizo cosas muy horribles en el pasado, no lo olvides – espetó antes de abrir la puerta de su despacho-reservado. Era la segunda vez que estaba en ese sitio, pero a diferencia de la primera, habían un invitado mas, Chris estaba al otro lado de la habitación apoyado en la pared y con los brazos cruzados.
  • Hola – dijo Dante con una sonrisa divertida en la cara. Estaba segura de que había visto el vídeo en el que asesinaba a la demonio. Alaric estaba mucho más feliz de verme que la primera vez – esto jamas pensé que seria capaz de verlo... un demonio del miedo, un cazador, dos vampiros, un semivampiro – dijo mirando de reojo a Nathan – y una quimera, en la misma sala de menos de veinte metros cuadrados y sin matarnos ente nosotros...
  • ¿Qué os parece si vamos al grano y cada uno expone lo que sabe? - dijo Chris acercándose al grupo y mirándome solo a mi. Me lanzó su bonita sonrisa ladeada a modo de saludo y fue directo al punto – todos los demonios han sido puestos en aviso y hay buenas recompensas por ella, siempre y cuando la lleven con vida. Dobreva todavía no ha llegado a Nueva York, estaba siguiendo una de esas pruebas falsas que os habéis pasado los últimos nueve años dejando por toda Europa – dijo Chris fulminándoles con la mirada. ¿Qué pruebas falsas? Me pregunté a mi misma, tomé nota mental para que no se me olvidara preguntarles más adelante.
  • Yo tengo contactos con una mediadora y me ha dicho que todos han recibido la foto de Norah, están buscándola como locos y son muy buenos, ella nos mantendrá informados – explicó Dante.
  • ¿Qué es un mediador? - pregunté.
  • Es un mestizo demonio-humano que trabaja para el tribunal, se encarga de sacar fuera de juego a los demonios y demás criaturas que hagan cosas que pongan en peligro nuestro secreto ante los humanos. Son algo así como cazadores de recompensas.
  • Fantástico – dijo Blake – odio a los mediadores – criticó.
  • Son lo mismo que tú pero del lado de los “malos”, así que no entiendo muy bien ese odio – le dijo Chris son una sonrisa socarrona. Blake se tensó en respuesta. No quise echar más leña al fuego, pero el demonio tenía razón, la situación de Blake y un mediador era la misma.
  • Bueno, olvidémonos de las riñas internas y centrémonos – dijo Alaric llamándonos a todos al orden.
  • ¿Cómo hacemos para atrapar a la perra de Dobreva? - preguntó Chris.
  • No hay un plan determinado, pero sabemos que viene de camino, por lo que una vez que esté aquí tendremos que averiguar donde se esconde y con un hechizo de una de nuestras brujas, vincular su sangre con la de Norah y así poder invocarla hacia nosotros – expuso Dante.
  • ¿Alguna idea mejor? - preguntó Alaric y el resto se quedo callado, la verdad es que nadie tenía algo mejor a ese plan lleno de lagunas y posibilidades...
  • ¿Dónde se quedará ella? - preguntó Blake.
  • Aquí – respondí de inmediato.
  • Ven conmigo a casa – me pidió Nathan.
  • No quiero poner en peligro a nadie mas, me quedo aquí con Chris, por el momento nadie nos buscará en este bar – expliqué.
  • Me parece bien – dijo Chris acercándose a mi por detrás y rodeando mi cintura. No me aparté de inmediato, pero los ojos de los vampiros se agrandaron con sorpresa y se miraron entre ellos y a Nathan. No quería que nadie llegara a conclusiones erróneas y me retiré de un tirón.
  • De acuerdo, pues yo también me quedo – comentó sin más Nathan.
  • No tengo ningún inconveniente – dije – pero no voy a dejar que me protejas si no te conviertes completamente en un vampiro, no puedo correr el riesgo de que te maten – expuse sin miramientos.
  • No puedo detenerlo... yo... no puedo, tengo que esperar... - sabía que se refería a esa mujer, una mujer que no le merecía y no pude evitar que la rabia y... los celos se apoderaran de mi por un segundo.
  • Ella no te merece, si se marchó olvídala y no hagas que te maten porque ella no sepa apreciar lo que tenía – espeté dejando a todo el mundo sorprendido.
  • Tú no lo entiendes... - dijo Nathan enfrentando sus ojos con los míos. Nos quedamos así por uno o dos minutos, me colé en esos ojos y no pude evitar que me hipnotizaran.
  • Nathan... Norah tiene razón – le dijo su hermano sacándonos de la nube extraña en la que nos habíamos sumergido.
  • ¡No! - gritó y sin más se fue por la puerta por la que habíamos entrado.
  • Necesito hablar contigo – le dije a Chris cuando Alaric y Dante fueron detrás de Nathan.
  • Yo me voy, si necesitas algo llámame – me dijo Blake acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla gesto que no pareció gustar al demonio que gruño por lo bajo. Vi una sonrisa maliciosa de Blake cuando escuchó el malestar del demonio y un brillo divertido en sus ojos me dijo que iba a cometer alguna estupidez segundos antes de que la hiciera.

Blake me beso en los labios con fuerza y me atrapó la cintura tirando de mi hacia él.
El beso solo duró tres segundos, los que tardó Chris en apartarle de un tirón.
Blake se reía divertido mientras se marchaba sin decirle ni una sola palabra al demonio o a mi. Lo único que entendí de su diatriba absurda de palabras y carcajadas fue “y no se ha dado cuenta todavía”
Nota mental otra vez. ¿De que no me había dado cuenta?


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