Capitulo 27
Sabía
que iba a recibir una terrible reprimenda de todos si conseguía que
esa noche no me mataran, pero no pude evitar seguir a Baily hasta
poco más de cuatro calles del Club.
Estaba
detrás de unos grandes contenedores cuando Baily se dio cuenta de mi
presencia.
- Cuando Dante se entere nos va a matar a las dos – me dijo al oído colocándose detrás de mi a la velocidad de la luz.
- Escucha eso – la dije nerviosa. Había oído unos pasos, unos muy suaves.
- ¿Puedes oírle? - preguntó con una maliciosa sonrisa en la cara.
- Si, ¿tú no? - pregunté extrañada.
- Mis sentidos no son tan buenos como los tuyos. Concéntrate y escúchale, dime porque lado me va a atacar.
- ¡Derecha! - grité antes de que yo misma fuera consciente de lo que estaba haciendo.
Un
borrón se lanzo contra la mediadora desde la derecha y ella pudo
esquivar el golpe y golpearle contra la pared.
El
demonio era horriblemente grande, parecía un portero de discoteca
completamente ciclado y sus ojos rojos brillaban mucho más oscuros
de lo normal.
Ambos
se enzarzaron en una pelea y yo me quedé quieta sin saber que
demonios hacer, no quería meterme en la pelea y que esa distracción
perjudicara a Baily.
El
demonio la arrinconó contra la pared y usó su enorme mano para
agarrarla del cuello.
Él
había reparado en mi, pero rápidamente me había subestimado y se
había lanzado contra la mediadora, ahora estaba demasiado
concentrado como para darse cuenta de que tenía detrás suya a una
quimera asustada y enfadada con una tremenda bola de luz en la mano.
No
titubee y se la lancé a la espalda. El grito que dio fue
ensordecedor, soltó a Baily y cayó de rodillas mientras su espalda
se quemaba con un abrasador fuego blanco.
La
mediadora me miro boquiabierta, pero pronto se repuso y rápidamente
se situó detrás del demonio y con una fuerza descomunal introdujo
su brazo por la espalda y arrancó su corazón de un tirón.
- Chica... acabas de salvarme la vida y hacerme rica – me dijo Baily tirando el corazón al suelo.
- ¿Rica? - pregunté divertida.
- La cabeza de este hijo de perra cuesta diez mil de los grandes – reconoció feliz – has dejado de ser pollito antes de lo que me hubiera imaginado... - dijo más para si misma que a mi.
Antes
de que pudiera contestar y negociar en broma una pequeña comisión,
los pasos de alguien que corría dando traspiés hacia nosotras, me
alertaron. Hice una señal a Baily con la mano para que estuviera
preparada y al poco rato ella pareció estar escuchando los mismo
pasos.
- Vamos – vocalizó sin emitir ningún sonido y ambas nos lanzamos a toda velocidad contra lo que quiera que viniera en nuestra dirección.
Chris.
Su nombre inundó por completo mi cabeza y corrí hacia él llegando
a su lado un segundo antes que la mediadora. El demonio estaba muy
mal herido y Baily se quedo parada cuando me vio agazapada sobre él.
- ¿Quien es? - preguntó extrañada – no tiene muy buena pinta – reconoció.
- Es el demonio que nos esta ayudando, échame una mano y vamos a llevarle a Club.
Dicho
y hecho en menos de tres minutos estábamos en el club, donde Dante y
Nathan estaban desquiciados buscándonos por todas partes, le dije a
Baily que fuera a recoger el cadáver de ese demonio llamado Wester a
quien nos habíamos cargado y yo me ocupé de la crisis del Club y
del malherido de Chris.
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