Quince minutos
después de que empezara a llorar como una loca aparecieron en el bar
Nathan y Blake, quien por primera vez en la vida me miró con miedo
en los ojos.
El vampiro se
encargó de borrar la memoria a los dos humanos que habían quedado
con vida, y entre él y Chris se deshicieron de los tres cuerpos.
Me sentía como un
monstruo y no era capaz de mirar a mi mejor amigo a la cara para
disculparme, pero tenía que hacerlo.
- Blake – grité nada más salir los cuatro de bar. Mi amigo se detuvo a mi lado y el resto siguió caminando hacia el coche.
- Desembucha – me dijo cruzándose de brazos. Pude ver su herida completamente curada e imaginé que la saliva del vampiro tenía algo que ver.
- Los siento muchísimo, perdóname... yo no era yo misma... - las palabras salían atropelladas y estaba a punto de echarme a llorar.
- Te perdono... tranquilízate sé lo que te ha pasado, y se que no eras tú misma – me dijo abrazándome – he hablado con mi madre, me ha dicho que hay un encantamiento sobre el libro y que en el momento en el que una quimera entra dentro de su radio de alcancé despierta el demonio que hay en ella.
- ¿Por qué? - pregunté mirando a mi alrededor... Nathan y Chris se nos habían acercado y estaban muy pendientes de nuestra conversación.
- Solo una quimera que realmente quiera encontrar el libro para hacer el bien puede encontrarlo, al parecer has superado la primera prueba y según me dijeron hay otras dos mas.
- ¿Qué tipo de pruebas? - preguntó Nathan.
- Esto le va a suceder otras dos veces mas, tiene que ser capaz de sobreponerse y volver en si como lo ha hecho esta vez... si no... se quedará así de sádica para siempre y jamas podrá ni querrá encontrar el libro – explicó el cazador.
- Es imposible – dije más a mi misma que a ellos - me ha sido completamente imposible resistirme a esto – reconocí temblando por dentro al recordar la sensación de libertad que había experimentado.
- Tienes que hacerlo dos veces mas, tienes que resistirte y estoy seguro de que lo harás – me dijo Nathan acercándose a mi... me sentía horriblemente mal por lo que había hecho, pero él no me estaba juzgando... Chris, había besado a Chris y eso era de lo único que no me había arrepentido hasta ahora que me ahogaba en los enormes ojos verdes de mi vampiro.
- Es mejor que nos pongamos rápido en camino – dijo Chris mientras andaba con paso firme hacia el Lexus.
- Si, tenemos que llegar cuanto antes, Dante nos ha llamado antes y nos ha dicho que Luca viene hacia aquí, que no han podido seguir despistándolo – reconoció Nathan.
- Lo han hecho bastante bien, no pensé que fueran capaces de engañar a un demonio como él – admitió Chris arrancando el coche y poniéndonos de nuevo en la interestatal.
Llevábamos más
de veinte minutos dando vueltas por la ciudad y todavía no
encontrábamos la calle que nos había dicho Mary.
El aquelarre vivía
a las afueras de la ciudad cerca de la zona este.
Nos metimos en la
carretera federal noventa y nos condujo directamente hacia Fort
Macomb.
Vimos varios
chalets y un enorme lago donde según las indicaciones tendría que
estar la enorme casa donde vivía el aquelarre. Blake y Nathan fueron
los únicos que la vieron.
- No veo ninguna casa – les dije enfadada mientras nos bajábamos del coche. Ya eran casi las seis de la tarde y el cielo comenzaba a teñirse con el crepusculo. Blake salió corriendo hacia donde se suponía que estaba la casa y cuando se acercó lo suficiente Chris y yo dejamos de verle. Era como si hubiera desaparecido.
- Vamos dijo Nathan tirando de mi brazo, según nos íbamos acercando, esa magia sucedió de nuevo y esa vez fue el vampiro quien desapareció.
- ¿Esto es una tomadura de pelo? - preguntó Chris escrutando todo con su afilada mirada. Yo me puse a mirar fijamente hacia el lugar donde habían desaparecido y comencé a percibir algo... era una mansión, pero entre ella y yo había una tela blanca casi transparente... Varias personas incluidas mi padre y Nathan estaba allí mirándome.
- Tienes que pasar las pruebas para poder entrar – gritó mi padre que agarró fuertemente a Nathan quien intentaba desesperadamente volver hacia mi.
- Esta vez no pienso dejarte sola – me gritaba el vampiro intentándose zafar del agarre de mi padre y otro hombre de poco más de cincuenta años.
- Estate quieto, no te preocupes, puedo hacerlo – grité sintiéndome muy poco segura.
- ¿Puedes verlos? - preguntó Chris acercándose a mi.
- Solo un poco y algo borrosos, dicen que tengo que pasar una prueba más antes de poder entrar – comenté nerviosa.
La siguiente
pregunta que hizo el demonio no la escuché, mis sentidos volvieron a
embotarse y volví a notar como mi demonio interior volvía a
intentar recuperar el control de mi cuerpo. Me resistí mentalmente
todo lo que pude y caí de rodillas al suelo, Chris se percató de lo
que ocurría e intentó acercarse. Le detuve con un gesto de la mano
y seguí luchando.
Era mucho más
fuerte que yo... ¿por qué demonios me resistía? Lo había pasado
muy bien y me había sentido completamente libre... había sido como
el nirvana.
¡No! Me grité
nerviosa... había matado a personas inocentes... jamas iba a
perdonarme aquello.
Pero si no había
vuelto a pensar en esas personas... no me había preocupado por ellas
en todo el trayecto, me contestó mi subconsciente.
tenía razón, no
me habían importado...
- ¡Lucha! – escuché gritar a Chris – no dejes que los instintos te dominen.
Luché con todas
mis fuerzas y sentí como si me muriera de dolor, pero seguí
luchando. Note las manos del demonio sujetando mi rostro y vi sus
ojos azules preocupados.
Después todo se
volvió negro.
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