Quimera

Capitulo 49

Todos los brujos del aquelarre estaba concentrados en el salón de ceremonias, Tanya estaba dibujando en el suelo una especie de runa que no fui capaz de reconocer, tampoco es que yo tuviera mucha experiencia con eso, pero algunas de ella si me eran conocidas.

Me encontraba mucho mejor, según Marie Grace, era debido a que uno de los dos genomas estaba ya muy debilitado y no presentaba tanta resistencia como al principio, no sabía exactamente como explicarles que sabía perfectamente que ADN había ganado.

Desde hacia varias horas mi sed de sangre era mucho más intensa, mis movimientos más rápidos y mis sentidos se había agudizado mucho mas, sabía que me había medio convertido en un demonio, por lo que la primera parte de la transformación la había superado con éxito.

Los cánticos de los brujos levantaron una fuerte ventisca y la señal marcada en el suelo comenzó a vibrar con fuerza.

Tanya nos instó a que pisáramos uno a uno la marca, primero fue Nathan quien desapareció nada más entrar en contacto con la luz amarilla que desprendía la runa.

Le seguimos Chris y yo lo más rápido posible.

No sentí nada extraño, todo había resultado de lo más fácil y los tres nos encontrábamos en un salón muy parecido al que habíamos dejado atrás, pero rodeados de brujos desconocidos que nos miraban con cierto miedo.

• Nos dijeron que vendrían un demonio, un vampiro y una quimera – protestó un viejo acercándose a nosotros con muy malos humos - ¿Dónde esta la quimera? - preguntó una vez estuvo a mi altura.
• Creo que se refiere a mi... - le dije nerviosa y un tanto confundida.
• ¿Usted? - me miró contrariado... Su aura es diferente ¿Usted esta comenzando el cambio? - preguntó atónito – Marie no me ha dicho nada... - rápidamente me puse alerta, si Marie no había confiado en esa gente para contarles lo que estaba pasando yo tampoco lo haría.
• Bueno, muchas gracias por ayudarnos, pero tenemos que salir de aquí cuanto antes... - no me dio tiempo a decir nada mas. Los brujos recitaron algún tipo de conjuro y mis dos compañeros y yo nos quedamos atrapados sobre un pentagrama.
• ¿Qué demonios queréis? - preguntó Nathan indignado mientras golpeaba la pared invisible que nos retenía.
• Vosotros dos podéis marcharos, pero la necesito a ella – dijo el viejo señalándome .
• Pierdes el tipo viejo loco, no voy a dejar que le pongas una mano encima y me voy a encargar de arrancarte el corazón nada más consiga salir de aquí – gruñó Chris. Él siempre tan pacifista...
• ¿Todos ustedes esta de acuerdo con lo que esta haciendo este hombre? - pregunté al sentir las vibraciones nerviosas del resto del aquelarre, podía sentir miedo, dudas e incluso podía sentir como algunos habían sido obligados a unirse a esa emboscada.
• Oscar – dijo una mujer rubia que tendría poco más de treinta años – sabes que nuestro aquelarre no quiere verse implicado en los líos del tribunal, ellos están buscado a Olivia y es posible que la encuentren pronto, si ella cae y nosotros la estamos ayudando, también van a rodar nuestras cabezas – intentó hacerle entrar en razón.
• Pero si quien vence es ella, como hace siempre... - tartamudeó el viejo. Podía comenzar a sentir sus dudas y callé con la mano a Chris que estaba segura se disponía a volverlo a amenazar.
• Ella no va a vencer, no esta vez, ademas ya no hay nada que quiera de mi, como bien habéis sentido a través de vuestros poderes y del portal, ya he tomado el elixir, es posible que mi sangre no le valga.
• ¿Qué demonios dices? Tu sangre es mucho más valiosa ahora – espetó el viejo. Una luz se iluminó en mi cabeza.
• ¿sabes como funciona el ritual? - pregunté nerviosa.
• Por supuesto, de la misma manera que funciona el ritual que quiere hacer Olivia... ¿Acaso no sabes nada y has tomado la sangre de un ángel de la muerte? Ya has firmado tu sentencia de muerte, vas a morir de igual manera... - uno de los brujos lanzó una terrible bola de fuego hacia el anciano que desprevenido le golpeó por completo.

En ese momento la prisión del pentagrama cayó y se desató el caos. El brujo transfuga se lanzó hacia mi como un energúmeno, pero fue interceptado por Chris en quien no había reparado. El demonio le rompió el cuello sin pensárselo demasiado.

El cadáver del viejo brujo yacía en el suelo completamente carbonizado. El resto del aquelarre comenzó a serenarse y la mujer rubia que no podía evitar que las lagrimas se apoderasen de ella, no guió hacia el exterior.

• Recurriremos a vuestra protección si Olivia viene a vengarse – nos avisó la mujer mientras dejábamos atrás el salón y las voces de la multitud.
• Si algún día necesitan la ayuda de los vampiros no duden en pedirla – dijo Nathan.

La chica rubia resultó llamarse Loren y muy amablemente nos condujo a la salida del caserón. Aquel lugar estaba completamente oculto para la vista de casi cualquiera.

Era una antigua casa situada en pleno Manhatan.

• ¿Qué ve la gente cuando mira este sitio? - preguntó Nathan curioso.
• Un edificio en ruinas, ademas hay un hechizo de compulsión, si alguien quiere entrar de pronto le entran ganas de ir al baño y se marchan. En una ciudad tan peligrosa como esta, es la única forma que tenemos de protegernos – nos explicó mientras salíamos a la calle.

Había perdido por completo la noción del tiempo, al parecer eran las tres de la madrugada, con razón había visto a más de un brujo con el pijama puesto.

El siguiente movimiento era llegar al piso franco que nos había preparado Dante. Allí estaría esperándonos Baily con nuevas noticias.

Cogimos un taxi, e hicimos en silencio todo el recorrido hasta el piso situado en el Bronx. Ninguno dijo nada, todos estábamos pensando en nuestras cosas y antes de lo esperado el coche se detuvo ante la puerta de madera de un edificio de pisos antiguo. El taxista un joven indio demasiado asustadizo para ser taxista nos dio el cambio deprisa y corriendo y se marchó de allí haciendo ruedas.

• Bienvenida Norah – me gritó Baily nada más abrió la puerta. Me había ganado que la chica me llamara por mi nombre después de una dura batalla y después de haberla hecho rica.
• Hola – la saludé divertida mientras entraba en el viejo apartamento.
• ¿Qué es este zulo? - preguntó Chris entrando detrás de mi y observando el pequeño piso con atención. Las paredes estaban un poco descascarilladas, y los muebles eran antiguos.
• Es mi casa y si no te gusta te marchas demonio grosero – contestó la mediadora – con la mierda que me paga el tribunal no puedo permitirme otra cosa, pero si lo que estamos haciendo sale bien, con la pasta que me den voy a alquilarme algo en el Upper East Side – explicó acercándose a la nevera - ¿algo para beber? ¿cerveza, coca cola, sangre? - preguntó.
• A ser posible sangre para mi – dije medio avergonzada. Nathan me miró con expresión resignada y preocupada.
• Otra para mi también – dijo Chris sin darle importancia a las miradas entre el vampiro y yo. Sabía que a Nathan no le gustaba lo que estaba pasando y mucho menos le gustaba saber que cada vez me iba pareciendo más a Chris. Una de las puertas del piso se abrió sobresaltándonos a todos que pensábamos que estábamos solos.
• Dante – le dijo Nathan a modo de pregunta - ¿De donde coño sales?
• De dormir, necesitaba recuperar fuerzas, creo que esta noche se acabará todo – dijo dejándonos estupefactos. Miré a Baily con la pregunta en mis ojos y solo obtuve una sonrisa satisfecha y un encogimiento de hombros. Se habían acostado juntos, estaba segura.
• Cuéntanos que tenéis planeado, hemos hablado hoy con unos brujos que según sus palabras nos han dicho que el tribunal esta oficialmente detrás de Olivia – preguntó Chris sentándose en el sofá y abriendo la bolsa se sangre que le había dado la mediadora. Yo le imité, pero en el momento en el que abrí el envase el ansia pudo conmigo, y comencé a estrujar fuerte la bolsa de plástico.
• Tranquilízate o te vas a atragantar – me dijo Chris acercándose a mi e intentando apartar la bolsa de mi boca. Todo el mundo se había quedado callado y me observaban, algunas miradas eran divertidas y otras como la de Nathan, preocupadas. Gruñí al demonio cuando intentó agarrar la bolsa. Sabía que me estaba manchando de sangre, que corría libre por mi cuello y no me importaba.
• Mas – dije nada más terminé de exprimir la bolsa.
• No hay mas, relájate y date una ducha que te has puesto perdida – me regañó Chris que no apartaba su vista de mi escote por donde todavía bajaba un pequeño reguero de sangre. Pude sentir su deseo como un eco palpitante en mi cabeza y me costó mucho no lanzarme a su cuello...

La mediadora nos estaba observando divertida, ambos no apartábamos la mirada el uno del otro, la tensión sexual se podía paladear en el ambiente. Nathan gruñó molesto y antes de que ocurriera nada mas, Dante se acercó al demonio y Baily hizo lo mismo conmigo. Nos sacaron de ese estado soporífero y a mi me metieron directamente en la ducha.

Lo bueno de beber sangre era que todos mis sentidos se agudizaban. Mientras me duchaba con agua casi fría...podía escuchar la conversación que tenían en el salón.

• Un grupo de mediadores, entre los que se incluye Baily van a asaltar esta noche la casa de Olivia y la van a detener o ejecutar – aclaró Dante.
• Mi misión es encontrar el libro, no voy a regresar de allí sin él – aseguró la muchacha.
• Y nosotros cuatro vamos a ir en busca de la jinsey – especificó el vampiro – gracias a tu contacto – dijo imaginé que refieriendose al demonio – hemos encontrado un híbrido, es mitad humana, creo que podremos conseguir que algún jinsey venga en su ayuda y así hacernos con la cura o con lo que quiera que sea lo que necesita Norah – Dante se tomó una pequeña pausa y luego prosiguió – o es posible también que ese híbrido sea capaz de hacer algo.
• Sabes que no me gusta que a los mestizos los llames híbridos – refunfuñó Baily – me parece un termino poco acertado, no estamos hablando de monstruos – terminó de decir enfadada. En cierto modo, ella y yo también entraríamos en esa categoría y coincidía con ella. Ese termino no me gustaba, prefería que me llamaran mestiza.