Aviso importante

Las novelas aquí publicadas son de mi autoría y están registradas en el registro de la propiedad intelectual de España a mi nombre.
Para cualquier duda o aclaración, se puede contactar conmigo al correo: alba.galvez1985@gmail.com

jueves, 30 de octubre de 2014

Ragnarok 70


Que historia tan romántica”
Idris


La cocina de la cabaña era una preciosidad, bueno, la verdad es que la cabaña en si era monisima. Aislyn puso café en una cafetera y encendió un fuego con sus dedos para avivar las ascuas que había a modo de vitrocerámica.
  • Se que tienes una mala opinión de nosotros... - me dijo ella casi avergonzada.
  • Abristeis una grieta entre el mundo de los demonios y el nuestro, fuisteis los culpables de que comenzara el apocalipsis – la dije sin pensar. Intentaba coger unas tazas de un armario pero la voluminosa tripa no la dejaba acercarse cómodamente. Las cogí por ella y se las deje en la encimera.
  • Gracias – susurró ella – no lo comprendes... nosotros no la abrimos a propósito, fue un accidente – sus ojos se llenaron de lagrimas y yo me puse nerviosa, no quería que esa chica llorara y mucho menos en su estado, pero ¿Qué podía hacer? No iba a mentirla para que se sintiera mejor, yo no era así de complaciente.
  • Lo siento, pero es lo que pienso, todo ha sido por vuestra culpa – luego pensé en sus últimas palabras y pregunté - ¿Qué tipo de accidente abre una grieta en el submundo y deja escapar hordas de demonios, plagas y enfermedades?
  • El amor – sus palabras me golpearon como un mazo – Keiran y yo nos enamoramos y estaba prohibido... era antinatural, era una aberración... no pudimos evitarlo, no voy a mentirte, nosotros no sabíamos que iba a ser por eso, pero aun ahora que sabemos que nuestro amor lo desencadeno, no pienso decirte que me arrepiento de lo que hice porque él es mi vida... - sus lagrimas volvieron a aflorar, era a causa de las hormonas porque esa chica no parecía ser una llorona sensible, parecía más una guerrera, una guerrera embarazada.
  • ¿Por qué estaba prohibido? ¿Dos demonios no pueden amarse? - pregunté sin comprender muy bien lo que decía.
  • Yo no soy un demonio, yo soy una bruja. En mi mundo, en mi tiempo, los brujos vivían escondidos en clanes y Covens lejos de la civilización. Cuando los brujos cumplíamos veintitrés años se celebraba una ceremonia en la que los poderes nos asignaban un guardián para que nos protegiera, ese guardián era nuestro guiá y nuestras almas estaban unidas hasta que se liberase, si nosotros moríamos ellos también y viceversa. Ellos eran como nuestros profesores, nos hacían fuertes y nosotros a ellos también, cuando cumplían su cometido y los poderes estimaban que ya eran suficientemente fuertes por separado, la pulsera que los anclaba a nosotros se caía y se liberaban. El día de mi ceremonia los poderes me asignaron un demonio como guardián y tuvimos que huir para que no nos mataran ya que esas uniones entre la luz y la oscuridad eran erradicadas nada más completarse y era fácil destruirlas solo era cuestión de matar al brujo y de esa forma matabas también al guiá. Keiran y yo conseguimos huir, al principio nuestra relación era de odio muto, pero a medida que el tiempo pasaba no nos dimos cuenta y nos enamoramos, estaba escrito en las estrellas, el día que hicimos el amor por primera vez fue cuando se abrió el portal, el mismo día en el que tú te congelaste – Aislyn de detuvo mientras servia el café en tres tazas y ponía una bolsita de té en otra, estaba esperando que asimilara todo lo que me había contado. Estaba estupefacta, su historia no me resultaba desconocida, había leído miles de libros sobre historias de amor como la suya, vampiros que se enamoran de humanas, demonios que se enamoran de ángeles... era como si me estuviera narrando uno de mis libros... era increíble y por mucho que intentara culparos de lo ocurrido no podía, porque yo era siempre de las que mientras leía el libro les gritaba a los protagonistas “tenéis que estar juntos pase lo que pase” “olvidaros del resto, tenéis que vivir vuestro amor” estaba segura de que si hubiera leído la historia de amor de Keiran y Aislyn les hubiera instado a seguir adelante abrieran o no la grieta.
  • No se que decir... yo hubiera hecho lo mismo – reconocí mientras encontraba sus ojos que seguían húmedos.
  • Sabía que lo entenderías... no sé por qué, pero lo sabia, eres muy parecida a mi. Nuestro corazón mueve montañas – dijo ella sorprendiéndome mientras me abrazaba.




miércoles, 29 de octubre de 2014

Ragnarok 69


La historia de mi Familia”

Chistian


Cuando Idris y Aislyn se fueron a la cocina, Keiran y yo nos quedamos en el salón mirándonos y en silencio. Cuando estos dos extraños hablaban de mi hermano pequeño se podía escuchar en su voz el cariño y la añoranza que yo mismo sentía al pensar en él. Yo tenia cuatro hermanos, mi hermana Gender, la mayor, Ander el que estaba antes que yo y por ultimo a Gregory a quien yo apreciaba más que a nadie en este mundo. Le había dejado solo, había tenido que afrontar su vida sin mi, no podía perdonarme eso, pero de alguna manera me sentía agradecido a Keiran y Aislyn por haber estado a su lado siempre. No podía dejar de mirar la foto que me habían dado, se le veía tan feliz...
  • Siempre le hemos protegido como a un hijo, tu hermano era un hombre maravilloso – dijo Keiran rompiendo el silencio.
  • Lo sé, él siempre había sido el más listo y el más puro de todos nosotros, siempre pensamos que el elegido iba a ser él – le respondí con una media sonrisa - ¿Qué pasó? ¿Seguís teniendo relación con mi familia?
  • Voy a resumirte un poco la historia. Cuando tu abuelo falleció, Gregory tenia treinta años y Arthur le dejo al mando de la familia, tuvo que luchar mucho para demostrar al resto que valía y que podía hacerlo. Gregory lo demostró durante toda su vida, y nunca hubo ningún problema. Cuando estaba próximo a la muerte, nos reunió a mi y a Aislyn y nos presentó por fin a su hija a quien iba a dejar el mando de todo. Nosotros solo habíamos visto a la pequeña Aislyn cuando nació, pero luego ya no volvimos a verla, hasta ese día en el que ya tenia cuarenta y dos años. Nunca nos mostramos ante ningún otro miembro de la familia, eran cosas que tu abuelo había decidido y jamas las pusimos en duda, pero hay veces que pienso que fue un error – se detuvo y se levantó de la silla – Cuando su hija asumió el control todo se fue a la mierda, su primo Lionel hijo de tu hermana mayor, la derrocó en una asamblea y la sustituyó. Cuando él llego al poder de la familia todo lo de la Profecía y todo lo relacionado a ti y tu fosilización pasó a un segundo plano, dejo de ser el asunto primordial. Aislyn se encargó de buscarte un escondite y de terminar de escribirte el diario, nadie excepto nosotros la ayudo con la tarea. Tu sobrino Lionel se dedico a utilizar el fin del mundo para crear un ejercito y traficar con armas, medicinas y esclavos... - El demonio no dejaba de dar vueltas por el pequeño salón mientras me narraba la historia de mi familia. Comenzaba a marearme – tu familia se olvidó de ti y no quiso saber nadamás sobre el viaje que te esperaba.
  • Vaya... eso es triste, pero imaginó que por parte de mi hermano siguieron cuidándome, ya que en el diario hay anotaciones de un hijo de Aislyn, aunque todavía no lo he leído completamente...
  • Si, ellos se escondieron de Lionel y siguieron su deber de protegerte, imagino que hasta que su linea sucesora se extinguió – reconoció Keiran dejándome un mal sabor de boca.
  • Vaya... son muchas cosas las que tengo que asimilar de golpe – todo eso me sobrepasa, había intentado no pensar en mi familia y en que ya no estaban aquí, había intentado no cometer el mismo error que Idris y llorar la perdida de los míos... pero ahora todo había cambiado, ahora era yo quien los extrañaba...
  • Es normal... - dijo Keiran mientras se acercaba a mi y ponía su mano sobre mi hombro. No sabía por qué pero ese gesto me reconfortó más de lo que imaginaba.








lunes, 27 de octubre de 2014

Ragnarok 68

 “Linda cabaña”
Idris

No sabía exactamente que hacíamos allí parados, pero mis preguntas se vieron respondidas cuando un hombre, muy sexy, no mucho mayor que Chistian salió por la puerta de la cabaña. Era fuerte, moreno y desde la distancia podía apreciar unos ojos verdes hipnotizadores.
  • Bienvenidos, os estábamos esperando, pasar – dijo el desconocido con aire formal y cauteloso.
  • Espero que también te alegres de volver a verme a mi – le gritó Xander divertido - ¿Cómo está tu encantadora y preciosa esposa?
  • Es obvio que a ti no me alegro de verte. Ella está bien, pronto se nos unirá, primero vamos a tantear un poco el terreno, sabes que no la pondría en peligro y por mucho que ella me haga prometer que no te mate todavía, ten por seguro que si su seguridad se ve comprometida por tu culpa o la haces algo, desgarrare tu piel a tiras – le dijo el desconocido mientras nos acercábamos a él. ¡Vaya! Que romántico. No pude imaginarme a mí misma en el puesto de esa mujer, seria tan hermoso escuchar a alguien decir eso... Pero, no podía encariñarme con esos dos, se suponía que teníamos que matarlos cuando llegáramos a la grieta, y se suponía también que seriamos Chistian y yo quienes lo hiciéramos, aunque el malnacido de mi némesis pensara de modo diferente. Iba a tener que convencerlo para que los matara, pero por el momento tenia que fingir ser una chica dulce y confiada... bueno, eso no era muy difícil.
  • Tu debes de ser Chistian Freys – le dijo a mi compañero cuando nos detuvimos en la puerta de la cabaña. Chistian respondió con la cabeza y le tendió la mano – encantado de conocerte, nos han contado muchas cosas sobre ti – dijo el desconocido estrechando su mano. Parecía que sus ojos estuvieran viendo a un fantasma, había un anhelo enorme en ellos. Chistian se sorprendió con ese comentario y no supo contestarle.
  • Yo soy Idris Calaghan y ¿usted es? - me presenté mientras dejaba atrás mis modales para obligar al atractivo hombre a presentarse.
  • Disculpe señorita Calaghan, mi mujer siempre dice que soy un maleducado, soy Keiran – dijo estrechando mi mano con rudeza.
  • ¿Podemos pasar o nos vas a tener aquí fuera hasta la noche? - espetó el nox que empezaba a impacientarse.
  • Por supuesto, pueden pasar. La casa no es muy grande, pero creo que en el salón estaremos todos cómodos. Hay muchas cosas de las que hablar – dijo Keiran. Sus ojos era de lo más extraño, ni los humanos ni los nox tenían ese iris bicolor que lucia él. Era fascinante.

Todos tomamos asiento en un sofá blanco que estaba frente a una chimenea, no había visto salir humo de la cabaña mientras habíamos permanecido fuera, pero imaginé que seria cosas de las salvaguardas para camuflarla en el bosque. Keiran se sentó frente a nosotros en una silla y sin más preámbulos no contó su historia.
  • Voy a ir directamente al grano, vosotros dos sois los que nos tenéis que ayudar a mi mujer y a mi a cerrar la grieta que abrimos en el pasado – vaya, reconocía que ellos habían sido los causantes de semejante daño. Les odie por ello, les odie por Erik, por mis padres y mi familia y les odie por haberme robado mi juventud condenándome a pasar más de cien años en un bloque de ámbar. No dejó que le interrumpiéramos y siguió con su monologo – Estaba escrito en las estrellas que se abriría y durante estos largos años nosotros hemos estudiado las estrellas para ver si se escribía algo mas, pero nada ha sucedido, solo hay una cosa clara, si nosotros hubiéramos muerto después de abrir la grieta jamas hubiera habido manera de volver a cerrarla. Solo juntos, los dos causantes del principio del fin y los dos elegidos encargados del final del fin podrían sellar la abertura impidiendo que los demonios más mortíferos y despiadados salgan y puedan gobernar el mundo matando así a todos los humanos y causando la extinción de su raza. No tenemos ni idea del procedimiento que tenemos que seguir cuando encontremos la grieta y tampoco sabemos que tipo de peligros nos esperan mientras la buscamos. Por lo único que Xander sigue vivo es porque él es único que puede llevarnos hasta ella, yo lo he intentando durante ciento cincuenta años pero ha sido en vano.
  • ¿Por qué ibas tú a querer cerrar la grieta? Vosotros la abristeis, sois demonios, no entiendo vuestra postura, ¿Os habéis arrepentido de llevar al mundo a su casi total extinción? - pregunté sin esconder el veneno y la ira que sentía.
  • Nosotros abrimos la grieta sin querer – me contestó Keiran bajando la mirada, había lastima en su voz, pero también había fuerza y decisión.
  • Yo sé como hay que acabar con esto, tenemos que mataros cuando estemos delante de la grieta y derramando vuestra sangre allí la abertura se cerrará, por lo que si estáis dispuestos a ayudarnos a cerrarla tenéis que dejaros morir – no sabía como se me había ocurrido soltar semejante bomba. Chistian sabía lo que yo pensaba, pero tenia que haberme mantenido cayada, había descubierto todas mis cartas antes de sentarme a la mesa a jugar. Era un desastre.
  • Se lo que su familia ha ido contándola señorita Calagahn, pero esas historias no son ciertas, han sido introducidas en sus libros por demonios que obviamente no quieren que se cierre la grieta y la mejor manera de hacerlo era confundiéndoos – Keiran enfrentó mis ojos con rudeza – tenga en cuenta señorita que si usted intenta hacerle algo a mi mujer... bueno, la mataré sin ningún miramiento. Como puede ver nosotros vivimos relativamente bien en este mundo lleno de mierda, por lo que si vamos a ayudar a cerrar la brecha es más por ustedes que por nosotros – tenia sentido lo que me contaba el demonio, pero acusar a mi familia por dejarse envenenar por demonios, ero era harina de otro costal.
  • En mi familia nunca ha habido demonios y por favor, prefiero que nos tuteemos – le dije para que ambos dejáramos las formalidades apartadas, él asintió con la cabeza y yo proseguí con mi explicación – todos los textos que tenemos son muy antiguos y todos dicen lo mismo, ¿Por qué voy a dudar de ellos y a confiar en vosotros?
  • Una cosa que siempre dice mi mujer es que, las mujeres se dejan guiar por su corazón y espero que esté en lo correcto y tú hagas lo mismo. Los documentos de la familia Freys son completamente contradictorios a los tuyos y esta familia siempre nos ha abierto los brazos y nos ha brindado su apoyo. Imagino que en tu diario – dijo esta vez mirando a Chistian que permanecía callado – te habrán contado nuestras numerosas visitas a tus familiares.
  • Todavía no he podido leerlo completo, pero si, se habla de vosotros aunque nunca dicen vuestros nombres. En los escritos sois K y A - una carcajada profunda salió de la garganta de Keiran.
  • Si, eso es cosa de Arthur y Gregory – confesó moviendo la cabeza de un lado a otro – les pedimos que mantuvieran nuestros nombres en secreto por si el diario era robado antes de que tú lo cogieras.
  • Gregory... ¿mi hermano pequeño? - preguntó sorprendido.
  • Si, veo que todavía no has llegado a la parte en la que se convierte en el patriarca de la familia – le desveló Keiran dejando a mi némesis con la boca prácticamente abierta, después su mueca se transformó en algo parecido al orgullo – Siempre le quisimos como a un hijo... - el demonio volvió a agachar la mirada haciendo que Chistian cambiara su semblante.
  • ¿Qué pasó? - exigió casi con un grito.
  • Nada – dijo una voz de mujer desde el otro lado de la casa - él tuvo una vida estupenda, llena de hijos, amor y nos tuvo a nosotros para ayudarle y apoyarle, pero falleció de viejo hace muchos años y su recuerdo nos emociona. Era un chico maravilloso y un hombre increíble, siempre recordaré nuestras partidas al ajedrez cuando era solo un niño – Se me puso el corazón en un puño, iba a conocer a la esposa del demonio y no sabía porque me sentía mucho más intimidada que con Keiran.
  • Mi querida esposa no se ha podido esperar a que la diera luz verde para salir – dijo divertido. Una preciosa mujer pelirroja salió tímidamente de un pequeño pasillo. ¡Estaba embarazada!
  • Pensé que te habías olvidado de mi – le dijo ella regalándole una increíble y hermosa sonrisa. Había amor, uno muy fuerte entre aquellos dos demonios. ¿Cómo era posible que seres como ellos pudieran amar? Mi mente contestó automáticamente a esa pregunta. En mis libros los demonios amaban y tenían sentimientos, ¿Por qué me extrañaba verlo con mis propios ojos? Mi cabeza volvió a contestase a si misma. Por que tu misión es matarlos.
  • Siéntate con nosotros – la invitó Keiran. La mujer hizo levitar una silla de la cocina y la puso justo al lado de su marido, luego con movimientos torpes típicos de una embarazada se dejó caer sobre ella.
  • ¿De cuantos meses estas? - pregunté sin querer.
  • De siete meses – me contestó con un increíble brillo en los ojos. Estaba feliz.
  • Como os iba contando, tuvimos una buena relación con la familia Freys y lo intentamos con la tuya – dijo Keiran volviendo a mirarme a mi – pero no funcionó, tu abuela era muy terca y la mayoría de sus asesores eran demonios del bando de Val, un antiguo muy poderoso, él nunca quiso que se abriera el portal, pero sus lacayos no estaban de acuerdo con eso, por lo que lo mataron poco después de que se abriera para evitar que descubriera el plan que tenían previsto. Os han utilizado, os han lavado el cerebro para que nos matéis y así no poder cerrar la grieta, luego está en tus manos creernos o no – terminó tajante.
  • Mi hermano hablaba cuando era pequeño de una hermosa mujer pelirroja que jugaba con él al ajedrez cuando venia a ver a nuestro abuelo, nunca le creímos, pensamos que era fruto de su increíble imaginación. Le preguntamos un día por el nombre de ella, pero nos dijo que no podíamos saberlo, que era un secreto entre ellos y que cuando fuera mayor se casaría con ella – dijo Chistian mientras meditaba en voz alta y no prestaba atención a lo que Keiran nos había contado. Una sonrisa de comprensión y añoranza le iluminó la cara y miró directamente a la mujer – eras tu, ¿Verdad?
  • Si, era yo, pero nunca supe de sus planes de boda conmigo – dijo sorprendida.
  • Yo si – se rió Keiran – estaba embelesado contigo, pero tú eres tan poco observadora que no lo viste nunca ¡Si hasta puso tu nombre a su primera hija! - dijo con una carcajada.
  • Aislyn – contestó Chistian – la primera hija de mi hermano se llamaba Aislyn.
  • Si, yo también me llamo así – dijo la mujer mientras se acariciaba el vientre.
  • Creo que deberías utilizar esta noche para leer todo el diario, por si tienes alguna duda que tengamos que aclarar – le dijo Keiran. Aislyn se levantó de la silla y fue hacia un pequeño mueble que había junto a la chimenea, de allí cogió un libro y sacó un papel. Se acercó a mi némesis y se lo dio. Era una fotografiá de un chico muy parecido a Chistian con un bebe en brazos, tendría unos treinta años como mucho y a los lados estaban Keiran y Aislyn sonriendo a la cámara como si los padres fueran ellos.
  • Fue la última foto que nos tomamos juntos – dijo ella con los ojos llenos de lagrimas.
  • Es... yo... mi hermano parece feliz... no se que decir – dijo devolviéndole la foto.
  • No, quedate con ella, siempre supe que esta foto seria para ti, es un recuerdo de tu hermano y quiero que la tengas, yo tengo varias copias – reconoció ella mordiéndose el labio.
  • Bueno, todo esto es muy emotivo y creo que me estoy aburriendo, necesito comer, me marcho un rato, no os vayáis sin mi – dijo Xander mientras se levantaba y salia por la puerta. La verdad es que ni me acordaba que está sentado junto a nosotros en el sofá.
  • ¿Vienes conmigo a hacer un poco de café? - me preguntó la hermosa Aislyn. Imaginé que quería dejar solos a los dos hombres para que hablaran sobre la familia. Yo accedí y me levanté para ir con ella a la cocina.



domingo, 26 de octubre de 2014

Ragnarok 67

 “El encuentro”
Keiran


  • Cariño, ya han llegado – me dijo Aislyn mientras se asomaba curiosa a la ventana. Los pelos se me pusieron de punta en un momento, salté del sofá y me pegue a ella.
  • Escóndete en la habitación –la dije mientras observaba a los recién llegados. Estaban parados frente a las salvaguardas y las observaban con curiosidad. El corazón me dio un vuelco cuando vi al chico, el hermano mayor de Gregory, como me había afectado la perdida de aquel hombre, lo había querido casi como a un hijo.
  • Es igual que su hermano – me susurró mi mujer al oído – el color del pelo y los ojos… es como si estuviera viéndole a él.
  • Voy a salir, espera en el dormitorio hasta que los tantee un poco, sabes que no podemos confiar al cien por cien en ellos y mucho menos en Xander y la chica.
  • Pero quiero estar aquí contigo…- refunfuño con esa mueca de niña buena que ponía cuando se veía obligada a hacer algo que no quería. Como me gustaban sus gestos y sus cucadas infantiles…mi cabeza voló al dormitorio y a la noche pasada donde volvimos a dejarnos llevar por la pasión. Era increíble que después de tantos años siguiéramos igual que al principio.
  • Ya lo hemos hablado, tenemos que tantear el terreno antes de que salgas, además estas embarazada y no quiero que corras ningún riesgo – la explique mientras ella apoyaba todo su peso sobre una pierna y cruzaba los brazos, no sin dificultad, ya que la barriga había crecido bastante los últimos meses.
  • Esta bien, pero no tenemos que ocultarlos nada, hay que contarles todo lo que sabemos, solo de esa manera podemos hacer que confíen en nosotros – me dijo mientras se marchaba hacia nuestro dormitorio.






viernes, 24 de octubre de 2014

Ragnarok 66


La cabaña”
Idris


¿Qué demonios había dicho?¿Qué le importaba yo?¿realmente pensaba que era tan estúpida de creerme eso?
Que vergüenza... la cara de idiota que se me había debido poner cuando el maldito nox había desenmascarado mi secreto. ¿Por qué era tan malo ser virgen a mi edad? No era una cría, pero tampoco un mujer tan mayor como para que resultase tan raro, bueno, yo no había encontrado a mi príncipe azul y no era de las que se acostaba con cualquiera que se cruzase en mi camino, la verdad es que hasta ahora no me había sentido mal por ser virgen. Nunca había tenido la necesidad de cambiar ese estado. No sabía si estaba intentando convencerme a mí misma o a los demás, pero lo que si tenia claro era que ahora mis dos compañeros de andanzas lo sabían y que el diabólico Chistian iba a estar bromeando con ello a todas horas, ademas, me esperaba un suplicio por parte de Xander a quien había excitado de manera poco ortodoxa la idea de acostarse conmigo. No hizo falta que lo dijera, lo pude ver en sus ojos, un deseo que incluso encendió llamas en mi cuerpo. ¿Estaba loca?¡era un demonio!, mi yo racional me chillaba eso hasta quedarse afónico, pero mi infantil imaginación me arropaba con imágenes como la saga crepúsculo de Meyer o toda la saga Carpantos o incluso los libros tan eróticos y sensuales de Sookie. Era una locura, pero para alguien como yo que siempre había creído en los cuentos de hadas, era como estar en un sueño. ¿Me atraía Xander? Me pregunté a mí misma, la verdad era que no me gustaba demasiado, no me daba miedo, algo que, siendo una maquina de matar, podía ser considerado como un suicidio sentimental, si hubiera psicólogos tendría que mirarme eso urgentemente. Mi falta de miedo a lo siniestro y macabro y mis insensatas decisiones y acciones iban a traerme muchos problemas, estaba segura de eso.

Seguimos andando por un pequeño camino que cada vez se iba estrechando mas, la densidad del bosque comenzaba a excederse más de lo normal y comencé a oler algo extraño, era un aroma dulzón, casi empalagoso, inmediatamente me puse alerta, pero no por mí misma, mi chip de poderes se activó de inmediato y al ver la espalda tensa de mi némesis comprendí que no era la única que estaba a la defensiva.
  • Son escudos mágicos, son salvaguardas, unas muy poderosas – explicó Xander al ver que nos deteníamos - Aquí vive una pareja de lo más extraña y antipática, pero creo que son a quienes estáis buscando.
  • ¿Aquí? En el campo – pregunté sorprendida.
  • Observar bien a vuestro al rededor – contestó él mientras nos miraba a los dos - ¿Qué veis?
  • Pues un montonazo de arboles viejos y doblados y mucha vegetación – dijo Chistian deteniéndose en seco – un momento, hay como una pequeña película invisible... hay como...
  • ¡Una cabaña! - grité por detrás cuando mis ojos atravesaron ese manto de ilusión que había creado la salvaguarda – es preciosa, dije acercándome al muro invisible que nos separaba. La cabaña era pequeña y tenia un árbol doblado encima como si la estuviera arropando, las ramas caían alrededor de la casita haciéndola difícil de ver incluso sin la salvaguardas.


jueves, 23 de octubre de 2014

Ragnarok 65




Pura”
Chistian

Los nox eran mucho más fuertes de lo que pensaba, no paraba de lanzar golpes con mis puños, pero parecían no sentirlos, conseguí arrebatarle uno de sus puñales y comencé a asestar golpes con el y esos cortes que le hacia ni parecía notarlos. Me distraje mirando a Idris, no peleaba con su nox, ¿Cómo podía acaso pensar que fuera capaz de pelear? No la habían entrenado para nada, no sabía hacer nada, pero no parecía estar desenvolviéndose mal, solo esquivaba con poca gracilidad y de manera muy tosca, los embistes del demonio. Mi momento de distracción me salió caro, el nox cortó limpiamente mi mejilla, el corte no me dolía mucho, pero comencé a ponerme nervioso cuando sentí la sangre correr por mi rostro y miré como los ojos del nox se encendían al oler la sangre.
Por el rabillo del ojo vi como Xander abatía al cabecilla del grupo asestándole una puñalada mortal en la cabeza. Inmediatamente pensé en Idris y no pude evitar mi grito agónico.
  • Protégela – dije con todas mis fuerzas mientras seguía defendiéndome del maldito demonio. La había distraído, se había desconcentrado. Era el fin. Mientras lo veía todo pasar como si fuera a cámara lenta mi demonio se puso a tiro y sacando del pantalón la magnun que me había dado Erik le volé la cabeza.
El nox se lanzó sobre una Idris estupefacta, ni Xander ni yo habríamos llegado a tiempo de evitar el golpe mortal, pero algo increíblemente absurdo ocurrió. El demonio alzó el cuchillo para matarla, pero se detuvo a mitad de camino, como si hubiera una especie de campo de fuerza que la protegiese. Xander y yo no reaccionamos, estábamos estupefactos. Ella estaba allí plantada, con expresión de incredulidad y asombró, quieta delante del demonio mientras este intentaba con todas sus fuerzas traspasar ese campo de fuerza.
El demonio reaccionó antes que yo y lanzó un cuchillo curvo contra el nox que con un corte limpio separó su cabeza del cuerpo.

  • ¡Eres virgen! - gritó nuestro demonio sorprendido. Idris inmediatamente se puso colorada. ¿Virgen? Eso no era posible... ¿o si?
  • ¡No grites! - le regañó al demonio mientras este le lanzaba una escalofriante mirada lasciva. La ira me cegó por completo, no la iba a tocar un solo pelo, ella era miá. ¿De donde demonios había venido eso? Me estaba volviendo loco. Pero no podía evitar enfurecerme al pensar en las manos de él u otro encima de ella. ¿Cómo demonios sabía el nox que ella era virgen?
  • Dejame intentar una cosa – dijo Xander acercándose a Idris e inmediatamente me puse en medio – tranquilo, no la voy a hacer nada – levantó su mano y le acarició el brazo. No había campo de fuerza. Inmediatamente levantó el puño dispuesto a zumbarla un puñetazo, pero rápidamente el escudo se volvió a encender no dejando pasar el golpe del demonio.
  • Solo funciona cuando uno de vosotros va ha hacerme daño – dijo ella muy sorprendida, imaginé que sopesando los pros y los contras de esta nueva faceta suya.
  • Solo funcionara mientras seas pura, y si tú quieres yo puedo encargarme de eso – espetó el demonio que casi consiguió sacarme de mis casillas, pero lo peor fue ella. ¡Se sonrojo! ¡Como una colegiala! Pero que daño habían hecho las novelas de vampiros y demonios, las chiquillas en vez de temerlos los deseaban, ¡¿Se podía ser más inconsciente?!
  • No la toques – le dije al demonio mientras le obligaba a bajar el brazo con el que estaba cogiendo la mano de Idris – y tu, no seas idiota y no te montes películas, esto es la vida real y aquí no hay finales felices entre demonios y gente como tú – le regañé mientras la fulminaba con la mirada.
  • ¿Qué más te da a ti lo que haga o lo que no? - me preguntó enfadada y arrugando el ceño de esa manera tan divertida. Era por eso que siempre me había gustado hacerla enfadar, me gustaba ver su cara, sus gestos eran de lo mas... encantadores.
  • Por que me importas y no quiero que te pase nada malo – las palabras se escaparon de mi boca sin que me diera cuenta.





miércoles, 22 de octubre de 2014

Ragnarok 64


Emboscada”
Idris

Nada más despertarme al día siguiente, entumecida y húmeda, recogimos todas nuestras cosas, desayunamos un guiso bien calentito y volvimos a ponernos en camino. La mayor parte del recorrido lo hacíamos en completo silencio.
Seguimos por el puñetero bosque hasta que nos topamos con algo que no había imaginado nunca que existiera. Un pequeño dragón.


  • No lo mates – le susurré al demonio mientras siseaba a la bestia. Debía ser una criá y era precioso, media al menos metro y medio de largo por medio metro de alto y tenia una carita de lo más graciosa.
  • Hay que hacerlo – dijo el demonio fulminándome con la mirada, Chistian no dijo nada, simplemente se quedo fascinado mirando la criatura - La madre tiene que andar cerca, si no me vas a dejar matarlo, al menos alejémonos de aquí antes de que vuelva – me gritó el nox. No supe que decir, simplemente me dispuse a seguir a mi némesis que ya había comenzado a esquivar la zona donde se encontraba el dragón.
  • Ha sido idea tuya que se nos uniera – me recriminó Chistian mientras andábamos delante del demonio que iba completamente concentrado en los posibles peligros que nos acechaban.
  • Lo sé, pero nos servirá de ayuda, oye, ¿Quéda mucho para que lleguemos a casa de los demonios? - le pregunté a mi némesis comenzando así una nueva y cordial relación entre los dos.
  • No, estamos al llegar – de repente ocurrió algo a lo que iba a tener que acostumbrarme, dos demonios nox saltaron de las copas de los arboles y nos rodearon.
  • Vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí? - dijo uno de ellos, el más alto y moreno. Xander parecía más joven que ese tipo ahora que ya se había afeitado.
  • Atacarlos – dio la orden sin decir ni una sola palabra, sin proclamar ni una sola amenaza. Así no eran las cosas en los libros o las películas. El malo siempre daba un discurso preguntando a los protagonistas que; ¿qué hacían por allí? o ¿Qué buscaban? y era solo después de algo así cuando proclamaban la amenaza de matarlos a todos de forma lenta y dolorosa cuando empezaba la lucha. Este villano fue directo al grano y no se ando con medias tintas. Eran tres nox y el cabecilla al ver que nos estábamos defendiendo se lanzó hacia nuestro demonio, dejándonos así a un enemigo por cabeza. Yo no sabía luchar, de hecho era un pato mareado en cualquier cosa que tuviera que ver con el aparato locomotor, yo solo me dedicaba esquivar los golpes del nox con mi super velocidad y mientras miraba de vez en cuando por el rabillo del ojo a Xander y Chistian que peleaban como Bruce Lee. Iba a tener que pedirles que me enseñaran algunas de esas patadas. Era un desastre, Chistian sangraba por un corte que le habían hecho con una daga en la mejilla, Xander luchaba y lo hacia mejor que el cabecilla de los otros, por lo que imaginé que no le quedaría mucho para matarle.
  • ¡Protégela! – gritó Chistian cuando el cabecilla moreno cayó a manos de Xander, yo me distraje y fue en ese momento cuando me di cuenta de que era demasiado tarde para reaccionar. Estaba muerta.

Ragnarok 63


Un beso en la frente”

Idris

Desperté a Chistian cuando la lluvia comenzaba a caer con fuerza, el pequeño tejadillo nos libraba de la mayor parte, pero el agua había comenzado a filtrase y caía incesantemente sobre nosotros.
Me incliné sobre el bulto envuelto en la manta que respiraba de forma acompasada y serena. Tenia tanto sueño que pensé que si seguía escuchando su calmada respiración iba a conseguir que me durmiera sobre él. Aparté un poco la manta de su rostro, no sabía bien para qué, podía haberle empujado y haberle gritado que se despertara, pero algo dentro de mi me empujó a acercarme y observarle. Era realmente guapo, masculino y sexy. Lo había sabido siempre, pero la certeza de reconocérmelo a mí misma me había golpeado con fuerza ese mismo momento.
Justo antes de que me inclinara sobre su oreja para susurrarle al oído que se despertara, algo completamente innecesario, ya que podía haber gritado y seguramente con el ruido de la lluvia y los truenos no hubiera podido escucharme, por lo que mucho menos iba a escuchar un susurro en su oreja. Según pronuncié su nombre, sus ojos se abrieron por completo y me quede con mi cara a un palmo de la suya. Sus labios se curvaron con una de esas sonrisas torcidas de chico malo que tanto me disgustaba.

  • ¿Estabas intentando besarme? - preguntó mientras sacaba un brazo de la manta y en tan solo tres movimientos me metía junto a él en el nidito que había hecho para dormir.
  • Ni lo sueñes – le dije nerviosa. Hacia un calor estupendo dentro de su “saco” y por mucho que me disgustara la idea, mi cuerpo no quería salir de allí y yo tampoco.
  • ¿Ya es la hora? - preguntó mientras miraba su reloj.
  • No lo sé, yo no tengo reloj, Xander me dijo que ya tenia que despertarte – le confesé cada vez con más bostezo. Tenia muchísimo sueño y su calor y su olor me estaban transportando a gran velocidad hacia el reino de Morfeo.
  • Esta bien, duerme un poco – dijo besándome la frente. Ambos nos quedamos congelados. ¿A que había venido eso? Dios mio... ¿Qué le había pasado?
  • Perdona, todavía estoy algo dormido – se excusó saliendo rápidamente de la manta. Yo me enrolle en ella sin darle más importancia al beso de la que se merecía y por fin pude descansar y dormir todo lo plácidamente posible teniendo en cuenta el ruido de la tormenta que se producía sobre mi cabeza.










lunes, 20 de octubre de 2014

Ragnarok 62





Siempre habían sido amigos”

Chistian

Mientras me dormía mi cabeza comenzó a darle vueltas a la relación que Idris había tenido con Erik, no parecía haber sido una relación amorosa, pero en el fondo ¿a mi que demonios me importaba? Era una niña soñadora, bocazas y confiada, no era mi tipo, nunca lo había sido, pero ¿Por qué siempre me había preocupado de estar molestándola y haciéndola de rabiar? Desde la guardería siempre habíamos sidos enemigos íntimos, siempre habíamos peleado, discutido y aunque jamas se lo confesaría, ese era siempre uno de los motivos por el que me gustaba ir al colegio, me encantaba hacerla la vida imposible, me gustaba que me prestara atención. Había sido tan distinta a todas las mujeres de mi vida, ella nunca me había hecho caso, siempre me había mirado con indiferencia y odio. No estaba acostumbrado a ver esos sentimientos en los ojos de las mujeres que me miraban. El deseo, el amor platónico y la devoción con la que me habían tratado las niñas de mi clase y la mayoría de mujeres que habían pasado por mi vida era a lo que estaba acostumbrado. Idris era distinta, tan distinta que no podía evitar sentirme atraído por la curiosidad que despertaba en mi aquel comportamiento tan infantil y esa madurez tan poco favorecedora que mostraba en los momentos más inoportunos.
¿Qué tipo de relación había tenido con Erik? Yo recordaba haberla visto por el centro comercial de la mano del chico y en el cine con él y siempre había asumido que eran algo más que amigos. Me había equivocado y estaba más feliz de lo que era normal ante la idea de que no hubiera habido nadie especial en su vida.
Todos aquellos pensamientos me llevaron a mi pasado, al día en que los encontré en la fiesta de Cordy.
Habían pasado más de seis años desde la última vez que la había visto, meses después del baile de primavera del colegio. Solo la vi de refilón en el centro comercial de la mano de un chico moreno muy atractivo. No tenia pensamientos en ese momento de ir al cine pero al verlos comprar las entradas obligue a la chica que ese día salia conmigo a acompañarme al cine. Idris no me vio, pero me pase la mayor parte de la película observándola reírse y bromear con el chico. Erik, en aquel momento no sabía su nombre, pero ahora podía reconocerlo en mi recuerdo. Después de aquello no volví a verla por cinco o seis años hasta que nos encontramos en la fiesta de un amigo del instituto que al parecer era amigo de Erik y ella le acompaño ese día.
Recordaba que yo tenia veintiún años y ella uno menos, llevaba su pelo castaño suelto sobre los hombros y su vestido, esa vez rojo, en vez del desfavorecedor azul que había llevado el día del baile, era impresionante. No se daba cuenta del efecto que causaba a la mayoría de adolescentes llenos de hormonas que bailaban en la casa al rededor de ella, pero nadie se atrevía a hablarle, era la novia de Erik que tenia varios años más que nosotros y nos imponía un poco de respeto su aspecto rudo y sus anchas espaldas, por las que las chicas de la fiesta también suspiraban.
Ella nunca supo que yo estaba allí, pero yo por alguna estúpida razón no la perdí de vista hasta que se marcho con el que en aquel momento todos pensábamos que era su novio y del que ahora por fin sabía la verdad.
Erik había sido siempre su mejor amigo.


domingo, 19 de octubre de 2014

Ragnarok 61


La tormenta”
Idris
  • Mi nombre es Xander – se presentó el nox después de casi una hora de negociaciones con Chistian para que se pudiera unir a nosotros, este había terminado por acceder, pero era lógico, porque si no el nox nos hubiese estado siguiendo todo el camino, y como bien dijo Erik una vez, a los enemigos hay que tenerlos más cerca que a los amigos... o algo así.
  • Yo soy Idris y el Chistian – dije tendiéndole la mano, luego caí en que una de las condiciones que había puesto mi némesis para dejarle que se quedara con nosotros había sido que no nos tocara, por lo que la retiré de inmediato.
  • ¿Qué piensas comer mientras estés con nosotros? - preguntó Chistian. Yo no había caído en ese detalle.
  • Puedo comer comida humana, no me alimento solo de sangre, la sangre nos nutre más y nos da más fuerza – explicó sin dar demasiados detalles. No quise pensar que haría si nos cruzábamos con algún otro humano o si se comería a alguien delante de mi. Siempre había leído esas cosas en mis libros de vampiros, pero la mayoría de ellos estaban enamorados de la protagonista y nunca mataban a nadie que no se lo mereciera. Ahora estaba en el mundo real. Extraño, pero real y tenia que tener en cuenta que no era amigo nuestro y no estaba enamorado de la protagonista por lo que era un potencial cazador.

Cuando amaneció comimos los tres y nos dirigimos hacia el norte, ya empezaba a estar un poco harta de bosque, por lo que cuando vi una carretera apartada al lado del camino y un pequeño pueblo a lo lejos insistí en que pasáramos por allí, sobre todo a recoger provisiones. El nox nos explicó que las ciudades y pueblos son trampas mortales para los humanos, los nox acechan en las sombras porque la mayoría de gente no es capaz de mantenerse mucho tiempo lejos de la civilización, una civilización que no existía pero que la gente no paraba de buscar en lugares como pueblos, ciudades o incluso aldeas. Justo como me estaba pasando a mi, aunque sabía que en el pueblo no podía haber nada, había insistido en pasar por el, ¿por qué?
Ni yo misma lo sabia.
No parábamos de andar hacia el norte, cada paso que daba era más doloroso para mis músculos, unos músculos ya entumecidos por el frió que comenzaba a levantarse, nos pasamos todo el día caminando, solo paramos una hora y media para comer y reponer agua en nuestras cantimploras, incluso podía ver el cansancio de Chistian reflejado en su rostro. Xander por el contrario estaba como una rosa. La hora y media que estuvimos parados la aprovecho para asearse en el rió y afeitarse la barba, ahora podía ver lo joven y bonito que era su rostro, sus ojos marrones verdosos mucho más humanos que los de los nox que había visto atacar el pueblo eran de lo más cautivadores, pero sabía que en el momento en el que hubiera sangre a su alrededor, se tornarían verdes brillantes como los de un autentico depredador de humanos.
El cielo comenzaba a ponerse cada vez más gris, las nubes negras se iban arremolinando sobre nuestras cabezas amenazándonos con una gran tormenta, solo esperaba que encontráramos pronto un lugar donde resguardarnos del frió y la lluvia que con total seguridad caería esa noche sobre nosotros.

  • Estoy destrozada – dije lanzando mi mochila al suelo. Mis dos acompañantes que iban delante de mi se pararon y se giraron para mirarme.
  • No podemos parar aquí, va a llover, tenemos que encontrar.. - no deje que Chistian terminara su frase.
  • No vamos a encontrar nada, esto es un puto bosque, llevamos recorriéndolo todo el día y no hay cuevas ni grutas... no hay nada.
  • Yo os puedo teletransportar hacia el lugar al que vamos – nos dijo por enésima vez el demonio. Nos lo había comentado antes de salir, pero Chistian se había negado en redondo, no se fiaba de él y ¿quien podía culparle? No dejaba de ser un nox.
  • Ya hemos discutido eso, vamos a ir a pie, ya no queda ni un día y medio de camino, vamos Idris, aguanta solo un poco más– me tendió la mano y pronunció mi nombre con una suavidad que jamas había escuchado en su voz. Me detuve en seco antes de cogerle la mano y ceder. Eso era lo que hacia con todas las mujeres, las hablaba con ese tono tan gentil y sexy y ellas perdían el norte por él. Yo no era así, Christian era mi némenis y no podía olvidarme de eso así como así. Engatusador.
  • Paremos aquí – dije tajante haciendo que el demonio soltara una carcajada demasiado sonora para mi gusto.
  • Chaval, esta no cae con tus encantos como imagino que estas acostumbrado – Me sentí muy orgullosa de mí misma y no pude evitar sonreír al demonio, gesto que me costó una mirada asesina del rubito.
  • Esta bien, vamos a buscar ramas secas y suficiente follaje para poder hacernos una pequeña tienda de campaña – dijo mientras soltaba su mochila y clavaba sus impresionantes ojos grises en los míos que brillaban con el sabor de la victoria.

Xander y yo fuimos recogiendo ramas y hojas grandes mientras Chistian construía con mucha maña un pequeño cenador, yo me había imaginado que haría una pequeña cabaña con paredes y techo, pero yo era siempre así de imaginativa, no había posibilidad de que pudiera construir semejante cosa en tan poco tiempo, pero con el frió y el aire que comenzaba a levantarse estaba segura que iba a echar de menos unas paredes.

  • ¿Por qué no te teletransportas a alguna cueva y así no te mojas esta noche? - le pregunté al demonio cuando nos sentamos bajo el techo que había construido Chistian. Se movía de forma peligrosa sobre nuestras cabezas, pero no podíamos hacer nada mas, el aire y las pequeñas gotas de lluvia habían comenzado a caer y no teníamos tiempo de reconstruirlo. La noche y la oscuridad no tardaría mucho en llegar.
  • Me quedo con vosotros, quiero protegeros si hay algún ataque y teneros vigilados, aunque como se a donde os dirigís... no creo que podáis darme esquinazo – dijo Xander mientras se apretaba junto a mi debajo del techo - Podías haberlo hecho un poco más grande - instigó sarcástico a Chistian.
  • No, cuanto más grande menos estabilidad – contestó este apretándose a mi otro lado. Un sándwich. Parecíamos un puñetero bocadillo, no creía que haber puesto diez centímetros más hubiera desestabilizado demasiado el tejadillo, pero la verdad era que no tenia ni la más remota idea de construcciones.
  • Yo haré la primera guardia – dijo mientras sacaba varias latas de comida y las mantas.
  • Yo puedo hacer guardia toda la noche – le dijo Xander – no duermo mucho – sus palabras me noquearon.
  • ¿No duermes? ¿Por qué? - pregunté curiosa. La cercanía de nuestros cuerpos era algo incomoda ya que no podía girarme a mirarle sin quedar a pocos centímetros de su cara y sus correspondientes colmillos.
  • Solo necesito una hora diaria de sueño para estar bien, es una ventaja de mi especie – aclaró enfrentando mis ojos y acercando su rostro al mio. Estaba segura de que si no fuera por el gruñido y el ilegible “apartate de ella” de mi némesis, Xander me hubiera besado. ¿Qué sentía yo al respecto? Curiosidad, me dije a mí misma... nunca me habían besado y quería saber que se sentía... y con un demonio... me excitaba la idea hasta que me lo imaginé matando niños y bebiendo su sangre.
  • No me fío, haré la guardia mientras Idris duerme y luego ya... - que quería decir con eso, no se fiaba que yo montara una buena guardia. Imbécil.
  • Y luego estaré yo despierta hasta que amanezca, cubriéndote a ti las espaldas – le dije más dolida que enfadada.
  • Esta bien, despiértame en unas cinco horas – espetó mientras se terminaba la cena y se enrollaba en una de las mantas. Yo cogí la otra cuando termine de comerme la lata de pollo al chilindrón y me la eche por encima. Chistian se quedo dormido casi de inmediato.
  • ¿Tienes frió? - pregunté al demonio mientras me acurrucaba en la manta térmica y comenzaba a sentir el calorcito que emanaba de sus filamentos. Se quedo sorprendido por mi pregunta.
  • No, yo estoy bien, nunca tenemos frió ni calor – aclaró entrecerrando los ojos con suspicacia - ¿Por qué te importa si paso frió o calor? - me preguntó entre susurros.
  • Estas ayudándonos, sé que por otros motivos que desconozco, pero en un principio tu misión es la misma que la nuestra y todavía no me has dado ningún motivo para desconfiar de ti, por lo que bueno, te considero un aliado másy me preocupo por tú bien estar – dije sinceramente. El brilló de sus ojos me dijo que era la primera vez que alguien se preocupaba por él y eso dejo un hueco en mi corazón.
  • ¿Quieres que te ayude a entrar en calor? - insinuó Xander con una mirada lasciva.
  • Ni lo sueñes demonio – le contesté con desdén.
  • Podríamos pasar un buen rato juntos, tengo ganas de catarte – insistió.
  • No tienes posibilidades – dije zanjando el tema. Después el silenció reino entre nosotros durante un largo tiempo.










sábado, 18 de octubre de 2014

Ragnarok 60


A la Espera de la pareja”
Aislyn


“Dos muchachos en el bosque, solos, viajan hacia nosotros. Son ellos, ya están aquí, han despertado, vienen a destruirnos o a ayudarnos. ¡Un nox viene con ellos! Ni más ni menos que Xander”

  • ¡Keiran! - grité nada más reponerme de la visión, no sabía si demasiado esperanzada o asustada. Mi ya marido demonio vino corriendo al pequeño salón de la casita.
  • ¿Qué ocurre? - preguntó poniéndose tenso mientras escaneaba la sala buscando algún peligro.
  • Han despertado – le dije mirándole intensamente a esos preciosos ojos que me tenían enamorada– vienen hacia aquí.
  • Ya era hora – dijo mi marido sentándose a mi lado en el sofá blanco.
  • No vienen solos, Xander está con ellos – le dije esperando su reacción.
  • Genial... se despiertan y lo primero que hacen es aliarse con un nox de alto rango, ¿Están locos?, ¿no le dijimos a Alec y a sus hijos que mantuviera informada a la familia Freys de los peligros que entrañaban estos nuevos tiempos? No se puede confiar en los humanos – dijo para si mismo.
  • Tranquilo, sabes que Xander también quiere cerrar la grieta, por el momento está de nuestra parte – le dije mientras cogía mi cara entre sus manos.
  • Quiere cerrarla por otros motivos, no son los mismos que los nuestros – me dijo mientras me besaba tiernamente los labios. Como adoraba esos besos, habían pasado muchos años pero seguíamos amándonos con la misma intensidad que al principio y solo hacían falta pocos besos para que ambos nos encendiéramos como antorchas y pasáramos horas y horas en la cama.
  • Dan igual sus motivos, a mi no me importa que no quiera volver al submundo y que quiera vivir aquí en soledad o acompañado, me da igual que no quiera que Arioch salga de la grieta por beneficios propios, también nos beneficia a nosotros – le dije recordando la conversación que habíamos tenido con el nox hacia ya diez años.

El demonio no quería que su jefe, Arioch pudiera salir a este mundo porque ahora era libre y no tenia que obedecer ordenes de nadie, Keiran supo que sus metas eran mucho más altas de lo que nos contaba, era el más poderoso demonio que había hoy por hoy en la tierra y lo que quería era gobernarla él. No le dejaríamos hacer eso. No le permitiríamos vivir una vez el portal se cerrase.
Según contaba la leyenda, si la grieta al inframundo se cerraba, las enfermedades y las plagas volverían al agujero de donde pertenecían, pero los demonios no, quienes estuvieran a este lado permanecerán aquí, mucho más debilitados, pero igual de mortíferos que siempre. Tendríamos que encargarnos de que Xander muriera antes de que se nos escapara de las manos, pero por el momento, él nos podía servir de ayuda para encontrar la grieta, una grieta que ni Keiran había podido localizar todavía.

  • No quiero que te ocurra nada – dije a mi marido mientras me abrazaba.
  • Yo tampoco, y ahora que por fin la familia va a crecer, voy a ser mucho más protector – dijo tocando mi vientre. Ambos nos habíamos decidido a tener un hijo, y después de intentarlo con mucho espero durante años, lo habíamos conseguido, a mi no me afectaban las plagas de los humanos, pero no era tan inmortal como para estar segura de que no nos iba a pasar nada ni a mi ni al bebe durante el parto.
  • Jamas dejaré que nos hagan daño, este pequeño que está dentro tiene una energía increíble – le contesté palmeándome mi barriga de siete meses – va a ser un ser increíblemente poderoso – dije para mí misma, sabía que Keiran ya amaba a ese bebe, pero también le temía, tenia miedo de que el bebe se pareciera más a él y su oscuridad que a mi, pero yo que le tenia dentro sabia, como sabe una madre, que ese niño iba a ser el ser más puro y lleno de luz del mundo.



Ragnarok 59




La Alianza”

Idris

No hablé mucho más con nadie durante ese día, pero me enteré de cuales iban a ser los planes, esa noche iban a entregar al demonio y Chistian decía que teníamos que salir de allí antes de que eso sucediera, para evitar que en caso de ataque estuviéramos en un fuego cruzado que ni nos iba ni nos venia. A mi me dolía no incluir a Erik en nuestra ecuación, pero no había nada que hacer, él había tomado su decisión y yo no podía mediar en nada, así que lo único que intente fue sobreponerme al batacazo y pensar en el futuro, si conseguíamos cerrar la grieta volvería aquí con él.
  • ¿Ya estas preparada? - me preguntó mi némesis nada más entrar por la puerta del dormitorio.
  • Si, ¿nos vamos ya? - pregunté sintiéndome más nerviosa de lo que había imaginado.
  • Si, coge tu mochila, ya he metido yo todo lo necesario – me había hecho la maleta, vaya, que considerado.
  • Pues vámonos y acabemos con esto cuanto antes – dije mientras me colgaba a la espalda el macuto.
No había nadie para despedirnos, así lo había preferido yo, no quería tener que decirle adiós a Erik y él lo sabia.
Salimos por la misma gruta por la que habíamos entrado el día anterior, no había nadie por los alrededores ni en las copas de los arboles, pero como ya estaba anocheciendo, tampoco podía decirlo con seguridad. Seguí a Chistian en silencio al menos dos kilómetros, la noche ya había caído por completo y cada vez hacia más frío, la camiseta térmica y los pantalones ya no eran suficiente.
  • ¿Paramos aquí a descansar? - pregunté
  • ¡Vaya! Pensé que habías hecho algún estúpido voto de silencio por eso de que tu novio te ha dejado tirada – el comentario fue de lo más grosero y me hizo mucho daño, pero no le iba a dar la satisfacción de verme llorar.
  • Que te jodan – le contesté mientras tiraba la mochila al suelo y sacaba una manta,
  • Hago yo la primera guardia – dijo sin más haciendo lo mismo que yo y enrollándose en la manta térmica.
  • Vale – no tardé mucho en dormirme, estaba agotada, llevábamos más de tres horas caminando sin parar y mi cuerpo no estaba acostumbrado.

Un sueño extraño sobre dragones, nox, Erik y la gente del pueblo estuvo atormentándome todo el tiempo que estuve durmiendo, no había descansado nada cuando Chistian me despertó para que siguiera yo con la guardia. No nos dijimos nada, simplemente intercambiamos papeles y yo me quede sola despierta mirando a la penumbra de un bosque que cada vez se parecía menos al que yo conocía. Estábamos dirigiéndonos hacia el norte por que Christian así lo había dicho, pero ambos teníamos diferentes opiniones de como acabar con el problema que se nos estaba planteando, el estaba decidido a encontrar a una pareja de demonios para que nos ayudaran a cerrar la grieta. Yo estaba dispuesta a encontrarlos por que según las historias de mi familia es su sangre, su muerte la que será capaz de cerrar este infierno.
Un sonido extraño de ramas hizo que sacara mi pistola de debajo de la manta y apuntara con certeza hacia donde habían venido los ruidos.
  • Tranquila, tú me invitaste a venir – dijo una voz que me heló la sangre. Era el nox.
  • ¿Has escapado? - pregunté sorprendida mientras se acercaba a nosotros.
  • Pareces sorprendida – y lo estaba, tenia que ser mucho más poderoso de lo que imaginaba – ya te dije que mi misión es la tuya, aunque por motivos distintos, quiero ayudaros a cerrar la grieta.
  • Chistian – dije en voz alta para que se despertara – tenemos un nuevo aliado.






viernes, 17 de octubre de 2014

Ragnarok 58

  El rehén”

Idris

Al parecer nos habíamos ganado la confianza del pueblo con nuestro acto que calificaron como valiente y atrevido, Christian y Erik calificaron el mio de suicidio y de tendencia extrema a cagarla en cualquier situación, por desgracia tenia que darles la razón, había sido una temeridad por mi parte lo que había hecho y tuve que prometerlos que no lo volvería a hacer nunca mas.
Elias les contó mientras yo dormía la mona, que buscaban a uno de los suyos que el pueblo tenia retenido en una cueva, querían estudiarlo y tener una moneda de cambió por si alguna vez lo necesitaban, al parecer era un nox poderoso y valioso, por eso el resto lo andaban buscando.
  • Tenemos que marcharnos de aquí cuanto antes – dijo Chistian cuando por fin estuvimos solos en nuestra habitación.
  • ¿Por qué? - pregunté inocentemente. Me gustaba ese sitio.
  • Pues porque tenemos que encontrar a la jodida pareja esa de demonios y porque esto es una trampa mortal. Seguramente seguirán viniendo demonios a recuperar a su amigo y yo no quiero estar aquí para que me encuentren – por desgracia mi némesis tenia razón en eso.
  • Yo me quedo – dijo para mi asombro Erik.
  • ¿Qué dices? No podemos quedarnos – le insistí.
  • Lo sé, tú y Chistian tenéis una misión que cumplir, yo he encontrado la mía aquí – no me lo podía creer, no quería creérmelo.
  • Si tú te quedas yo también – le amenacé
  • No, Idris, tú te marchas con él y me dejáis aquí para ayudar a esta gente a protegerse, soy bueno en esto, tengo entrenamiento militar y seria de gran ayuda para ellos – explicó mientras mis ojos se llenaban de lagrimas.
  • No, no... no puedes hacerme esto – le recriminé. Fue un error por mi parte.
  • Tu eres la que me ha hecho esto, deberías al menos dejarme elegir por una vez – eso dolió mucho, sus palabras se clavaron como puñales y me dejaron sin palabras, sin escusas. Me dejaron vacía.
  • Si eso es lo que quieres... - le dijo Chistian mientras nos miraba con sorpresa.
  • Eso es lo que quiero, voy a hablar con Elias, ahora vuelvo – sin más mi mejor amigo se levantó y se marcho de la habitación dejándome allí aturdida.
  • ¿Estas bien, coletas? - preguntó Chistian mientras se acercaba tímidamente a mí, que parecía haberme quedado de piedra.
  • Deja de llamarme coletas, deja de fingir que eres amigo mío, olvidate de mi, yo seguiré mi camino y tú el tuyo, no tenemos en nada en común y no pienso ir contigo a ningún sitio – espeté mientras las lagrimas comenzaban a aflorar en mis ojos.
  • Lo siento coletas, pero voy a ir donde quiera que tú vayas, tengo una misión y aunque me joda tener que compartir mi tiempo contigo en busca de la grieta, y esa pareja, voy a tener que joderme igual que tú y a tragar con lo que nos ha tocado.

La puerta se abrió con estrépito y Erik entró como una exhalación.

  • ¿Qué pasa? - pregunté
  • Los nox han mandado una carta solicitando por las buenas que entreguemos a nuestro rehén – ya hablaba como si formara parte de ese pueblo, era doloroso pensar en nuestra separación – dicen que es un traidor y que hay que ajusticiarlo, nos premiarían con dos años de carencia de ataques hacia el pueblo. Van a negociar.
  • ¿Un traidor? - pregunté sorprendida – ¿eso no lo hace un aliado nuestro?
  • Pues... - los dos hombres se quedaron sin palabras, no había caído en eso, la soñadora y confiada Idris, les había dado en que pensar.
  • ¡Quiero hablar con él! - exigí – quizás él sepa donde dirigirnos para encontrar la grieta, cerrarla y terminar con todo esto, o quizás sepa donde encontrar la pareja de demonios que tenemos que localizar para matarlos.
  • No hay que matar a esa pareja de demonios, hay que ayudarla a cerrar el portal, mi familia lleva años intentando meteros eso en la cabeza, pero sois unos necios – le corté levantándole el dedo corazón, algo que no había hecho desde la guardería. Erik y Christian se quedaron sorprendidos.
  • Olvídate, yo tengo mis ideas y tu no me las vas a quitar. Volviendo al tema que teníamos entre manos, antes de que lo entreguéis, quiero hablar con el nox. Preguntales donde está – le dije a Erik.
Mi amigo se fue al salón principal y esta vez nosotros le seguimos de cerca, por los comentarios de bienvenido al grupo y todas esas chorradas me enteré de que habían aceptado a Erik y que ya no había marcha atrás, me iba a quedar sola con el imbécil de Chistian. Erik habló con Elias y tras unos tiaras y aflojas, cedió. Nos dejaban ir a hablar con el nox.
  • Voy yo – dijo Chistian.
  • Y una mierda – contesté yo – la idea ha sido mía y soy yo quien va a hablar con él.
  • Esta bien, tu misma coletas – dios como le odiaba.

Nos bajaron por uno de los pasillos que estaba completamente a oscuras hacia una especie de mazmorra, allí había una enorme puerta de hierro, supuse que el nox estaba al otro lado. Erik y Christian me seguían muy de cerca.
  • ¿Tengo que hablar a través de este muro? - dije señalando la puerta.
  • Puedes entrar dentro con él, está encadenado y solo le hemos alimentado con sangre animal por lo que está muy débil – explicó Elias.
  • Pues ábrela – dije despreocupada, dios iban a tener razón, era demasiado confiada.
  • No – gritaron mis, ahora, dos granos en el culo.
  • Ni caso – le dije al líder mientras abría la puerta con una llave enorme – paso yo sola – les aclaré cuando se disponían a seguirme.
  • Estas loca, no voy a dejarte ir sola – gritó Erik intentando apartar a Chistian para pasar.
  • Ya me has dejado sola ¿recuerdas? - le dije para que recordara en que bando estaba ahora. Sin más dilaciones entre dentro con el demonio.
  • Aquí no hay luz – dijo una voz que me resulto altamente atractiva.
  • Espera – dije abriendo la palma de mi mano y para mi sorpresa y la del demonio una pequeña burbuja de luz surgió de ella. Intente poner cara interesante para que no pensara que era la primera vez que hacia eso. No debí engañarle mucho, pero no dijo nada.
  • ¿Qué quieres? - preguntó el nox, ahora bajo la tenue luz de mi burbuja luminosa, pude ver al demonio, estaba encadenado de manos y pies al muro de piedra.
  • ¿Por qué dicen tus amigos que eres un traidor? - fui directamente al grano y le pillé por sorpresa, levantó el rostro y pude ver que aparentaba solo unos pocos más años que yo o Erik, su pelo era negro muy corto y tenia una más que considerable barba que le hacia parecer mucho mayor. Según mis libros sobre vampiros y demonios ellos no solían tener barba... me dejé llevar de nuevo por mi imaginación y no reparé en que el demonio se había levantado.
  • ¿Me vais a entregar? - preguntó mientras me sonreía de manera extraña.
  • No lo sé, pero dime, ¿por qué te consideran un traidor? - insistí.
  • No quiero que el portal al inframundo se abra más y dejar escapar a los horribles demonios que viven dentro – me dijo con un tono condescendiente que me irritó un poco.
  • Tu eres uno de esos demonios horribles – maticé haciendo que soltara una macabra carcajada. sabía que mis amigos estaban escuchando todo, Elias había dejado la puerta entreabierta por si tenían que entrar a rescatarme.
  • Un buen punto, preciosa – no dijo nada mas.
  • No tengo mucho tiempo, si te ofreciera la libertad a cambio de que me dijeras donde se encuentra la grieta, ¿aceptarías? - pregunté sin mas. Eso era típico de mi, poner toda la carne en el asador.
  • Si, me interesa ese trato, pero no sabría decirte donde está la grieta, tendría que conducirte hasta ella, ¿Estaría una niña como tu, dispuesta a viajar por la tierra con un demonio como yo?
  • Si, por qué no, puedo defenderme de ti – le dije con arrogancia.
  • Tranquila, se quien eres y no hay nada que más me apetezca que llevarte al portal para que lo cierres – ¿sabía quien era?
  • ¿Quien crees que soy? - pregunté muy intrigada.
  • Visitantes del pasado, con poderes nunca vistos llegaran a la tierra con la misión de parar la extinción. Una mujer hermosa y un hombre fiero, dos almas distintas que con su unión y la de otros dos grandes poderes serán capaces de para el apocalipsis o acelerarlo – recitó su párrafo como si de una Profecía o hechizo se tratase.
  • Pues si, soy esa mujer – dije otra vez confiando demasiada información a un potencial enemigo. Iba a tener que controlar mi bocaza.
  • Te ayudaré, me comprometo a ayudaros, pero tenéis que sacarme de aquí – me dijo volviendo a acercarse a mi, esta vez las cadenas detuvieron su avance.
  • ¿Cómo puedo confiar en tu palabra? - pregunté siendo sensata por primera vez en mi vida.
  • No puedes, solo tienes que confiar, y eso es algo que los humano ya no sabéis hacer, aunque tú vienes de tiempos pasados, por lo que... tú decides.
  • Esta bien, voy a hablar con ellos – dije saliendo de la cárcel donde estaba encerrado.
  • Ni hablar, no te puedes fiar de él – me dijo Chistian nada más cerramos la puerta detrás de mi.
  • Es una buena baza, podemos encontrar más fácilmente la grieta de esa manera – les dije cabreada.
  • Es nuestra moneda de cambio, necesitamos entregarlo para cerrar el trato con ellos y que no nos ataquen – dijo Elias mientras Erik le secundaba con un asentimiento de cabeza.
  • ¿Y por que ellos confían en que los nox cumplirán su palabra de no atacar cuando les entreguéis a este? - mi preguntá dejo a todos con una expresión que me hubiera encantado fotografiar. Ninguno había caído en eso. Un punto para mi.
  • Aún así, no podemos confiar en él – dijo Erik.
  • Dejame pasar otra vez – dije mientras volvía a entrar sin esperar aprobación de nadie.
  • Te van a entregar a los nox, no puedo hacer nada para impedirlo, pero si consigues escapar de ellos puedes unirte a nosotros, salimos esta noche hacia el norte. Lo siento, no puedo ofrecerte nada más– me disculpé. Antes de salir él me dijo algo que me impresiono por la sinceridad con la que habló.
  • Gracias, de verdad que quiero ayudaros, mis motivos no son los mismos que los tuyos, pero el fin es el mismo – no me giré a mirarle, simplemente salí por la puerta y encaré malhumorada a los tres hombres.
  • Estas loca... - susurró Elias, pero sabía que los otros dos, aunque no lo dijeran pensaban exactamente como él.




martes, 14 de octubre de 2014

Ragnarok 57




El Pueblo”
Idris

El pueblo, como lo había llamado el chico, me resulto de lo más pintoresco, estaba segura que si hubiéramos pasado por su lado no lo habríamos visto, el bosque tan denso, las pequeñas cabañas construidas sobre el suelo y los árboles estaban tan bien camufladas que hubiéramos sido capaces de pasar por su lado y no haberlas visto, pasaban completamente desapercibidas, al parecer, según nos explico mientras nos dirigíamos hacia allí, también habían hecho una pequeña construcción bajo el suelo.
Era como estar en el siglo XI pero con avances típicos del XXI.
Antes de llegar a la primera cabaña un niño salió corriendo hacia nosotros, varias mujeres salieron detrás suya alarmadas, al parecer no exageraba al pensar que los niños eran el tesoro más preciado que tenían.
No había nadie más a la vista, aunque Erik todavía estaba en tensión y vigilaba mucho las copas de los árboles, un ligero movimiento en una de ellas capto mi atención y miré de reojo, había gente sobre los ellos y algunos nos apuntaban con armas y flechas.
  • Sois bienvenidos a quedaros con nosotros el tiempo que necesitéis, pero no de manera indefinida, somos muchos, y cuantos más humanos seamos más fáciles somos de localizar por los nox –nos dijo el chico - yo soy Elías, y esta noche haremos una pequeña fiesta de bienvenida donde conoceréis a los otros ocho miembros del clan.
  • Gracias por la hospitalidad, nosotros somos Erik, Idris y Chistian – dijo mi némesis sin dejarnos hablar a ninguno de nosotros, aunque la verdad era que no tenia nada que añadir a lo que había dicho, solo estaba pensando que si consideraban a ocho personas, muchas, que hubiera pensado esta gente de Nueva York o Pekín.
  • Pronto anochecerá, venir, os enseñaré donde dormiréis el tiempo que estáis aquí – dijo mientras nos instaba a acompañarle hacia una especie de agujero en el suelo – esto normalmente está tapado, aquí es donde dormimos y pasamos la mayor parte del tiempo – comenzamos a bajar por unas escaleras muy rudimentarias y escurridizas y Elias encendió una especie de ¿linterna?, era un palo muy parecido a un tubo fluorescente de los que tenia la cocina de mi apartamento.
Decir que habían hecho una pequeña construcción bajo el suelo era quedarse muy cortos, después de bajar todas las escaleras, nos encontramos con un gran salón con sillones y mesas, al rededor del salón salían varios pasadizos, ese sitio era algo así como una sala común.
Nos metimos por uno de los pasadizos y mi sorpresa fue en aumento, había puertas a los laterales, pocas, en ese pasillo solo había cuatro, pero era igualmente sorprendente y no pude evitar que se me escapara una exclamación.
  • Vaya, perdona, pero es que esto es sorprendente, jamas había visto algo así – le dije cuando nos quedamos parados. Su pecho se hinchó con orgullo y satisfacción.
  • Imagino que sois de la ciudad, la vida aquí en el campo tiene que ser bajo tierra ya que es donde más seguros estamos – explico mientras abrió la puerta numero 2 –está es su habitación señorita Idris – el chico que no tendría más de veinticuatro años seguía tratándome de usted y yo hice lo propio con él.
  • Gracias, es muy amable – pero antes de que pudiera entrar en mi nuevo cuarto, Chistian me sujetó del brazo.
  • No, los tres dormiremos en el mismo dormitorio – dijo sin soltarme. Luego me percate de que Erik no había bajado la guardia todavía e hice caso de mis dos compañeros. Siempre había sido una persona confiada y seguramente eso me traería problemas en el futuro, pero no lo podía evitar.
  • Tiene razón – dije sorprendiendo más a Chistian que a Elias. Esperaba que fuera la última vez que le tenia que dar la razón a ese engreído.
  • Les esperamos en el salón para la fiesta de bienvenida, pónganse cómodos y alguna ropa más apropiada – nos dijo Elias antes de marcharse. Era un tipo simpático aunque mis padres siempre me había dicho que desconfiara de los pelirrojos, pero yo no sabía desconfiar de nadie, para mi todo el mundo era bueno hasta que demostrara lo contrario, el problema de eso era que cuando me daba cuenta era demasiado tarde y el batacazo era peor.
  • Tenemos que esconder bien las armas – dijo Erik nada más se marchó Elias.
  • ¿Dónde? - preguntó Chistian observando la pequeña habitación de dos camas. No había ni un misero armario.
  • No hay sitio para esconderlas – les dije.
  • Ya lo vemos – me dijeron los dos al unisono.
  • Me quedo en la habitación, ir lo dos a la fiesta, decir que no me encontraba bien, que estaba muy cansado del viaje – dijo Erik.
  • Esta bien, quedate aquí y cuida nuestras pertenencias, coletas y yo iremos a esa estúpida fiesta, mantente alerta por que creo que aquí hay gato encerrado – aclaró Chistian sin contar conmigo para nada. Iba a protestar, pero Erik me lanzó una mirada critica.
  • Ni lo sueñes Idris, te vas con él, no puedes mantenerte siempre a mi lado, tienes que volar sola – esas palabras me dolieron, me recordaron a una conversación que habíamos tenido hace mucho tiempo donde Erik me recriminaba que estar siempre con él hacia que mi vida social fuera nula, que no tenia amigos, ni había tenido novios por culpa de ese caparazón que me había creado la seguridad de tenerle siempre cerca, me amenazó que si eso no cambiaba se apartaría de mi un tiempo y me quitaría todos mis libros donde según el también me encerraba y escondía de la realidad. No rechisté su orden.
  • Esta bien – acepté mientras alguien llamaba suavemente a la puerta. Me fui derecha a ella y la abrí sin más dilación, observe a mis dos compañeros ponerse tensos. Lo había vuelto a hacer. Había vuelto a ser confiada y poco recelosa, gracias a dios no pasó nada. Una joven de mi edad estaba frente a la puerta con un montón de ropa en los brazos.
  • Hemos imaginado que no tendríais ropa para poneros, aquí tenéis algunas prendas, creo que serán de vuestra talla – dijo la chica con una preciosa voz.
  • Muchas gracias - contestó Chistian guiñandola un ojo a la chica que inmediatamente se puso colorada.




Mi vestido para la fiesta era de lo más extraño, lo único que me gustaba era el color, era verde muy corto y con solo un tirante, el otro hombro iba al descubierto y toda la tela del vestido se pegaba como un guante a mis voluminosas curvas. No era una chica delgada,más bien rellenita, pero yo me adoraba, mis curvas eran de lo más sensuales y aunque a mi no me gustaba demasiado mostrarlas porque era demasiado pudorosa, tenia que reconocer que el vestido me sentaba muy bien.
Me solté el pelo que le llevaba sujeto con una colteta alta y dejé caer mis rizos sobre los hombros, mordí mis carnosos labios un poco para darles algo de color y una vez lista bajo la divertida mirada de Erik, di permiso a Chistian para que se diera la vuelta.

  • Ese vestido es mejor que el de la fiesta de primavera – soltó mi némesis.
  • Lo sé – dije coqueta sin hacer demasiado caso a su comentario – vamos.

Llegamos en un minuto al salón donde había ocho personas adultas y un niño, me resultó de lo más extraño, todos estaban tensos, antes de que nos acercáramos mucho un hombre hizo algo de lo más anómalo. Cogió un cuchillo y cortó la yema de su dedo mientras todos nos observaban con atención. Me di cuenta en ese momento lo que trataban de hacer.

  • No somos nox – les dije mientras me acercaba a la mesa central que estaba llena de comida. Elias me sonrió divertido.
  • Disculpen a Santos, es muy desconfiado – nos dijo animando a Chistian para que se acercará a comer.

No hablamos mucho, todos nos dedicamos a comer y beber, el ponche era extraordinario, jamas había probado algo igual y la comida, aunque presentada de manera muy rudimentaria, estaba muy rica. Había solo tres mujeres, una que se parecía mucho a Alice de Resident Evil y las otras dos, menos peligrosas, que habíamos visto antes junto al niño. Las dos mujeres se acercaron a conversar un poco conmigo, pero la verdad es que yo no era demasiado sociable, por lo que a los pocos minutos se cansaron de mis monosílabos y se fueron a sentar a un sofá. Christian estaba interactuando mucho más que yo, que solo me dedicaba a beber ponche, un error por mi parte porque cuando quise darme cuenta estaba borracha.

  • No crees que ya has bebido bastante – me preguntó Chistian mientras se acercaba a mi que estaba apoyada contra la pared de la cueva.
  • Si, creo que me he pasado un poco – reconocí por mucho que me molestara - ¿Han preguntado por Erik?
  • Si, ya les he explicado, han sido muy amables y al parecer una de las mujeres le ha llevado algo de comida.
  • Perfecto – dije con voz de borracha. Me había pasado demasiado.

El resto no sé si ocurrió muy deprisa o me dio esa impresión debido al alcoholizado estado en el que estaba. Dos hombres vestidos de negro entraron a una velocidad increíble dentro de la cueva, dando mamporros a diestro y siniestro, nos reunieron a todos en el centro del salón y pude ver aunque borroso, el color verde brillante de sus ojos. Eran Nox, y eran al menos tres. Estábamos muertos.

  • ¿Dónde esta? - gritó un de los demonios mientras levantaba por la pechera a Elias.
  • No os lo vamos a decir – contestó este con mucho más valor del que tendría yo en su lugar.
  • Te lo vamos a sacar por la buenas o por las malas – amenazó otro de los demonios que nos rodeaban. No sé por qué pero mi enorme bocaza se abrió y soltó algo de lo más inesperado para todos.
  • Iros a la mierda, os voy a matar a todos – incluso la Resident evil no pudo reprimir un gemido de angustia. Chistian me miró con una ira que jamas había visto en sus ojos, pero me daba igual, no iba a retractarme.
  • ¿Qué has dicho insignificante humana? - me preguntó uno de los Nox mientras se acercaba a mi.
  • Lo que has oído – dije con voz alcohólica, Después todo fue una locura.

Cuando el Nox intento tocarme el brazo, mis poderes o mis instintos reaccionaron aclarando mi mente y dejándome concentrada en el combate. No tenia ni idea de lo que estaba haciendo, pero me revolví tan rápido que desconcerté a demonio el tiempo suficiente para trepar hábilmente como un mono hasta sus hombros y con una fuerza imposible le arranqué la cabeza del tronco. Todo el mundo se quedo paralizado, Elias cayó al suelo cuando el demonio que lo tenia cogido soltó su agarré para enfrentarme.
  • ¿Qué eres? - preguntó más divertido que asustado.
  • Tu peor pesadilla – gritó Erik desde el pasillo mientras le volaba la cabeza al otro Nox que estaba acorralándonos.
  • Somos muchos contra uno – vale, no sabía contar, pero estaba nerviosa.
  • No podéis cogerme – dijo intentando recurrir a su super velocidad para salir de la cueva. No funcionó, Chistian le atrapó usando el mismo truco y lo lanzó al suelo donde Erik muy hábil le voló los sesos con la magnun.
  • ¿Quien demonios sois vosotros? - preguntó Elias.
  • Pues la verdad... ni siquiera nosotros lo sabemos – le dije sinceramente, ganándome una mirada recriminatoria de mis compañeros. ¿Qué pasaba? Era la puta verdad.
  • Es increíblemente rara, antisocial, pero a la vez confiada, no tiene sentido común – le dijo Chistian a mi mejor amigo, que para mi desgracia asintió con la cabeza. Traidor.
Debí de quedarme dormida mientras discutían, por que cuando me desperté, estaba en una mullida cama con Erik roncando a mi lado.


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