Aviso importante

Las novelas aquí publicadas son de mi autoría y están registradas en el registro de la propiedad intelectual de España a mi nombre.
Para cualquier duda o aclaración, se puede contactar conmigo al correo: alba.galvez1985@gmail.com

martes, 14 de octubre de 2014

Ragnarok 57




El Pueblo”
Idris

El pueblo, como lo había llamado el chico, me resulto de lo más pintoresco, estaba segura que si hubiéramos pasado por su lado no lo habríamos visto, el bosque tan denso, las pequeñas cabañas construidas sobre el suelo y los árboles estaban tan bien camufladas que hubiéramos sido capaces de pasar por su lado y no haberlas visto, pasaban completamente desapercibidas, al parecer, según nos explico mientras nos dirigíamos hacia allí, también habían hecho una pequeña construcción bajo el suelo.
Era como estar en el siglo XI pero con avances típicos del XXI.
Antes de llegar a la primera cabaña un niño salió corriendo hacia nosotros, varias mujeres salieron detrás suya alarmadas, al parecer no exageraba al pensar que los niños eran el tesoro más preciado que tenían.
No había nadie más a la vista, aunque Erik todavía estaba en tensión y vigilaba mucho las copas de los árboles, un ligero movimiento en una de ellas capto mi atención y miré de reojo, había gente sobre los ellos y algunos nos apuntaban con armas y flechas.
  • Sois bienvenidos a quedaros con nosotros el tiempo que necesitéis, pero no de manera indefinida, somos muchos, y cuantos más humanos seamos más fáciles somos de localizar por los nox –nos dijo el chico - yo soy Elías, y esta noche haremos una pequeña fiesta de bienvenida donde conoceréis a los otros ocho miembros del clan.
  • Gracias por la hospitalidad, nosotros somos Erik, Idris y Chistian – dijo mi némesis sin dejarnos hablar a ninguno de nosotros, aunque la verdad era que no tenia nada que añadir a lo que había dicho, solo estaba pensando que si consideraban a ocho personas, muchas, que hubiera pensado esta gente de Nueva York o Pekín.
  • Pronto anochecerá, venir, os enseñaré donde dormiréis el tiempo que estáis aquí – dijo mientras nos instaba a acompañarle hacia una especie de agujero en el suelo – esto normalmente está tapado, aquí es donde dormimos y pasamos la mayor parte del tiempo – comenzamos a bajar por unas escaleras muy rudimentarias y escurridizas y Elias encendió una especie de ¿linterna?, era un palo muy parecido a un tubo fluorescente de los que tenia la cocina de mi apartamento.
Decir que habían hecho una pequeña construcción bajo el suelo era quedarse muy cortos, después de bajar todas las escaleras, nos encontramos con un gran salón con sillones y mesas, al rededor del salón salían varios pasadizos, ese sitio era algo así como una sala común.
Nos metimos por uno de los pasadizos y mi sorpresa fue en aumento, había puertas a los laterales, pocas, en ese pasillo solo había cuatro, pero era igualmente sorprendente y no pude evitar que se me escapara una exclamación.
  • Vaya, perdona, pero es que esto es sorprendente, jamas había visto algo así – le dije cuando nos quedamos parados. Su pecho se hinchó con orgullo y satisfacción.
  • Imagino que sois de la ciudad, la vida aquí en el campo tiene que ser bajo tierra ya que es donde más seguros estamos – explico mientras abrió la puerta numero 2 –está es su habitación señorita Idris – el chico que no tendría más de veinticuatro años seguía tratándome de usted y yo hice lo propio con él.
  • Gracias, es muy amable – pero antes de que pudiera entrar en mi nuevo cuarto, Chistian me sujetó del brazo.
  • No, los tres dormiremos en el mismo dormitorio – dijo sin soltarme. Luego me percate de que Erik no había bajado la guardia todavía e hice caso de mis dos compañeros. Siempre había sido una persona confiada y seguramente eso me traería problemas en el futuro, pero no lo podía evitar.
  • Tiene razón – dije sorprendiendo más a Chistian que a Elias. Esperaba que fuera la última vez que le tenia que dar la razón a ese engreído.
  • Les esperamos en el salón para la fiesta de bienvenida, pónganse cómodos y alguna ropa más apropiada – nos dijo Elias antes de marcharse. Era un tipo simpático aunque mis padres siempre me había dicho que desconfiara de los pelirrojos, pero yo no sabía desconfiar de nadie, para mi todo el mundo era bueno hasta que demostrara lo contrario, el problema de eso era que cuando me daba cuenta era demasiado tarde y el batacazo era peor.
  • Tenemos que esconder bien las armas – dijo Erik nada más se marchó Elias.
  • ¿Dónde? - preguntó Chistian observando la pequeña habitación de dos camas. No había ni un misero armario.
  • No hay sitio para esconderlas – les dije.
  • Ya lo vemos – me dijeron los dos al unisono.
  • Me quedo en la habitación, ir lo dos a la fiesta, decir que no me encontraba bien, que estaba muy cansado del viaje – dijo Erik.
  • Esta bien, quedate aquí y cuida nuestras pertenencias, coletas y yo iremos a esa estúpida fiesta, mantente alerta por que creo que aquí hay gato encerrado – aclaró Chistian sin contar conmigo para nada. Iba a protestar, pero Erik me lanzó una mirada critica.
  • Ni lo sueñes Idris, te vas con él, no puedes mantenerte siempre a mi lado, tienes que volar sola – esas palabras me dolieron, me recordaron a una conversación que habíamos tenido hace mucho tiempo donde Erik me recriminaba que estar siempre con él hacia que mi vida social fuera nula, que no tenia amigos, ni había tenido novios por culpa de ese caparazón que me había creado la seguridad de tenerle siempre cerca, me amenazó que si eso no cambiaba se apartaría de mi un tiempo y me quitaría todos mis libros donde según el también me encerraba y escondía de la realidad. No rechisté su orden.
  • Esta bien – acepté mientras alguien llamaba suavemente a la puerta. Me fui derecha a ella y la abrí sin más dilación, observe a mis dos compañeros ponerse tensos. Lo había vuelto a hacer. Había vuelto a ser confiada y poco recelosa, gracias a dios no pasó nada. Una joven de mi edad estaba frente a la puerta con un montón de ropa en los brazos.
  • Hemos imaginado que no tendríais ropa para poneros, aquí tenéis algunas prendas, creo que serán de vuestra talla – dijo la chica con una preciosa voz.
  • Muchas gracias - contestó Chistian guiñandola un ojo a la chica que inmediatamente se puso colorada.




Mi vestido para la fiesta era de lo más extraño, lo único que me gustaba era el color, era verde muy corto y con solo un tirante, el otro hombro iba al descubierto y toda la tela del vestido se pegaba como un guante a mis voluminosas curvas. No era una chica delgada,más bien rellenita, pero yo me adoraba, mis curvas eran de lo más sensuales y aunque a mi no me gustaba demasiado mostrarlas porque era demasiado pudorosa, tenia que reconocer que el vestido me sentaba muy bien.
Me solté el pelo que le llevaba sujeto con una colteta alta y dejé caer mis rizos sobre los hombros, mordí mis carnosos labios un poco para darles algo de color y una vez lista bajo la divertida mirada de Erik, di permiso a Chistian para que se diera la vuelta.

  • Ese vestido es mejor que el de la fiesta de primavera – soltó mi némesis.
  • Lo sé – dije coqueta sin hacer demasiado caso a su comentario – vamos.

Llegamos en un minuto al salón donde había ocho personas adultas y un niño, me resultó de lo más extraño, todos estaban tensos, antes de que nos acercáramos mucho un hombre hizo algo de lo más anómalo. Cogió un cuchillo y cortó la yema de su dedo mientras todos nos observaban con atención. Me di cuenta en ese momento lo que trataban de hacer.

  • No somos nox – les dije mientras me acercaba a la mesa central que estaba llena de comida. Elias me sonrió divertido.
  • Disculpen a Santos, es muy desconfiado – nos dijo animando a Chistian para que se acercará a comer.

No hablamos mucho, todos nos dedicamos a comer y beber, el ponche era extraordinario, jamas había probado algo igual y la comida, aunque presentada de manera muy rudimentaria, estaba muy rica. Había solo tres mujeres, una que se parecía mucho a Alice de Resident Evil y las otras dos, menos peligrosas, que habíamos visto antes junto al niño. Las dos mujeres se acercaron a conversar un poco conmigo, pero la verdad es que yo no era demasiado sociable, por lo que a los pocos minutos se cansaron de mis monosílabos y se fueron a sentar a un sofá. Christian estaba interactuando mucho más que yo, que solo me dedicaba a beber ponche, un error por mi parte porque cuando quise darme cuenta estaba borracha.

  • No crees que ya has bebido bastante – me preguntó Chistian mientras se acercaba a mi que estaba apoyada contra la pared de la cueva.
  • Si, creo que me he pasado un poco – reconocí por mucho que me molestara - ¿Han preguntado por Erik?
  • Si, ya les he explicado, han sido muy amables y al parecer una de las mujeres le ha llevado algo de comida.
  • Perfecto – dije con voz de borracha. Me había pasado demasiado.

El resto no sé si ocurrió muy deprisa o me dio esa impresión debido al alcoholizado estado en el que estaba. Dos hombres vestidos de negro entraron a una velocidad increíble dentro de la cueva, dando mamporros a diestro y siniestro, nos reunieron a todos en el centro del salón y pude ver aunque borroso, el color verde brillante de sus ojos. Eran Nox, y eran al menos tres. Estábamos muertos.

  • ¿Dónde esta? - gritó un de los demonios mientras levantaba por la pechera a Elias.
  • No os lo vamos a decir – contestó este con mucho más valor del que tendría yo en su lugar.
  • Te lo vamos a sacar por la buenas o por las malas – amenazó otro de los demonios que nos rodeaban. No sé por qué pero mi enorme bocaza se abrió y soltó algo de lo más inesperado para todos.
  • Iros a la mierda, os voy a matar a todos – incluso la Resident evil no pudo reprimir un gemido de angustia. Chistian me miró con una ira que jamas había visto en sus ojos, pero me daba igual, no iba a retractarme.
  • ¿Qué has dicho insignificante humana? - me preguntó uno de los Nox mientras se acercaba a mi.
  • Lo que has oído – dije con voz alcohólica, Después todo fue una locura.

Cuando el Nox intento tocarme el brazo, mis poderes o mis instintos reaccionaron aclarando mi mente y dejándome concentrada en el combate. No tenia ni idea de lo que estaba haciendo, pero me revolví tan rápido que desconcerté a demonio el tiempo suficiente para trepar hábilmente como un mono hasta sus hombros y con una fuerza imposible le arranqué la cabeza del tronco. Todo el mundo se quedo paralizado, Elias cayó al suelo cuando el demonio que lo tenia cogido soltó su agarré para enfrentarme.
  • ¿Qué eres? - preguntó más divertido que asustado.
  • Tu peor pesadilla – gritó Erik desde el pasillo mientras le volaba la cabeza al otro Nox que estaba acorralándonos.
  • Somos muchos contra uno – vale, no sabía contar, pero estaba nerviosa.
  • No podéis cogerme – dijo intentando recurrir a su super velocidad para salir de la cueva. No funcionó, Chistian le atrapó usando el mismo truco y lo lanzó al suelo donde Erik muy hábil le voló los sesos con la magnun.
  • ¿Quien demonios sois vosotros? - preguntó Elias.
  • Pues la verdad... ni siquiera nosotros lo sabemos – le dije sinceramente, ganándome una mirada recriminatoria de mis compañeros. ¿Qué pasaba? Era la puta verdad.
  • Es increíblemente rara, antisocial, pero a la vez confiada, no tiene sentido común – le dijo Chistian a mi mejor amigo, que para mi desgracia asintió con la cabeza. Traidor.
Debí de quedarme dormida mientras discutían, por que cuando me desperté, estaba en una mullida cama con Erik roncando a mi lado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te vas sin dejarme un comentario....

Te vigilo....


Mapa de visitas