Ragnarok 76

“Una visita emocionante”

Idris

Un hombre mayor estaba sentado en un sofá con una copa de vino en una mano y un trozo de piedra verdosa en la otra. El corazón me dio un vuelco, estaba de nuevo en mi casa, en la casa de la familia y tenia una ligera idea de quien era el hombre que estaba sentado frente al fuego.

• ¿Roy? - pregunté asustada.
• No sabía si esto era real o no, pero aquí estas... - dijo girándose como si me estuviera esperando – un gato me dijo que que vendrías a visitarme hoy desde el futuro... no sabía si creerle o no, pero, aquí estas, tal y como el me dijo, e imagino que vienes buscando esto – dijo enseñándome lo que supuse era un trozo del orbe del que nos habían hablado los gatos.
• Perdoname, estoy algo nerviosa, no sé que decir yo solo quiero – no esperé y me lancé corriendo a sus brazos mientras el se levantaba lentamente y me abrazaba con fuerza.
• Te he echado tanto de menos – me dijo con voz ronca, era casi un anciano pero seguía guardando esa belleza y esa fuerza que siempre le había caracterizado.
• Yo también, esto es todo tan extraño... hay tanta confusión tanta muerte... me alegra al menos saber que tú has estado bien... yo... no sé que decir... ¿esto es lo que me tengo que llevar? - dije acercando mis manos a la piedra esférica.
• Cuando la toques te marcharas y antes quiero decirte algo – dijo apartándola de mi. Le miré confusa – no confíes en ellos, no confíes en nadie... cuando llegue el momento debes dejarle morir – sus palabras me golpearon como un mazo.
• ¿A quien?¿Por qué? No sé de que me hablas...
• Pronto lo entenderás todo – dijo tendiéndome la piedra. Antes de que la tocara un nuevo descubrimiento voló a mi mente.
• ¿Qué día y que hora es hoy? - pregunté dejándole confuso.
• Diecisiete de agosto de dos mil cincuenta y ocho, son las diez y cuarto, ¿Por qué? - yo sonreí.
• Ya se porque me pusiste en el diario que sabias que me despertaría y que habías tenido una visita muy interesante hoy... - El alzó la ceja divertido.
• ¡Vaya! Entonces, no olvidaré escribirtelo, ten cuidado Idris y por favor no te fíes de nadie – dicho eso colocó el trozo de orbe sobre mi mano y volvió a comenzar el baile de colores en mis ojos. El salón comedor de la mansión desapareció por completo dejándome de nuevo en ese viaje angustioso.

Cuando ya pensé que iba a morirme del mareo que me inundaba el cuerpo, los colores desaparecieron. Los dos gatos, ya siendo físicamente felinos me miraban con interés. Aislyn y Keiran llegaron corriendo a la cocina y lo primero que se me ocurrió preguntar me dejo más desconcertada de lo que me sentía.

• ¿Dónde está Chistian?