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viernes, 14 de noviembre de 2014

Ragnarok 83


El regreso”

Idris

Mis compañeros se quedaron estupefactos con la historia que les narré y al contarla en voz alta, tuve que dejar de negarme a mí misma lo ocurrido. Yo había sido la culpable, Chistian se imoló por mi y ahora ninguno sabíamos lo que le deparaba el futuro.
El demonio que había hecho el trato con él, le había dicho que comandaría las tres legiones de demonios que había en la tierra, por lo que sin lugar a dudas Chistian se había quedado a este lado de la grieta.
¿Recordaría algo de todo lo ocurrido? ¿Cómo se sentiría ahora mismo? Todas esas preguntas y más se agolpaban en mi cabeza atormentándome.
De pronto volví a la realidad y escuché las exclamaciones de mis compañeros. Un denso torbellino de arena se alzaba ferozmente donde antes había estado la grieta, lo teníamos a solo quince metros de nosotros, pero todos nos quedamos paralizados en vez de salir corriendo hacia el lado contrario. Cuando la arena comenzó a caerse pudimos ver la silueta de alguien, parecía un hombre, pero no cualquier hombre. Era Chistian. Salí corriendo hacia él pero Xander me intercepto antes de que diera dos zancadas, intenté zafarme de él, pero era casi imposible.

  • ¿Me traes humanos? - Dijo Chistian con una potente voz que casi heló mi sangre.
  • ¿Qué? ¿De que hablas? Soy yo, soy Idris, ¿No me recuerdas? - la cara de quien durante toda mi vida había sido mi némesis se torció con curiosidad y pude sentir sus ojos ahora rojos mirarme extrañados.
  • No se quien eres, pero buen trabajo demonio, ahora matalos – estaba hablando con Xander, estaba dándole ordenes al nox que estaba mucho más sorprendido que nosotros.
  • ¿Quien demonios te crees que eres para darme ordenes? yo no obedezco a nadie – le gritó el demonio esta vez poniéndose delante de mi con gesto protector.
  • No pienso discutir, si no te unes a mi te marcaré como mi enemigo y te daré caza como a los humanos – le respondió Chistian sin inmutarse – ahora tengo trabajo, ya nos volveremos a ver – dicho eso desapareció.
  • Bien, no nos reconoce, por lo que la cabaña es por el momento un sitio seguro, si no nos recuerda tampoco recordará la cabaña – dijo Keiran que se llevo un fuerte puñetazo de su mujer en el brazo - ¿Qué he dicho? - preguntó él frotándose con la otra mano en lugar donde le había golpeado.
  • Tu siempre tan practico y tan insensible – le recriminó mientras ella me miraba con lastima. No me gustó esa sensación que recorrió mi cuerpo, no me gustaba la compasión, no quería compasión de nadie.
  • No tiene importancia, Keiran tiene razón, tenemos que prepararnos para lo que venga ahora – dije sin mostrar en ningún momento que mi corazón estaba roto en mil pedazos. Estaba orgullosa de mí misma, la voz no me había temblado como me había temido, y mis compañeros cambiaron sus miradas. Ya no había compasión en ellas, ahora había cautela y preocupación, incluso en los ojos del demonio.

La chica rubia, Gaia, los poderes o como quisiera que se llamara, apareció frente a nosotros minutos antes de que nos marcháramos. Quería lanzarme a su cuello y arrancarle la cabeza, quería gritarla e insultarla... todo había sido por su culpa y tenia que pagar por ello.

  • No ha sido culpa mía, pequeña humana – dijo como si me hubiera leído la mente.
  • Si lo ha sido, ¿Por qué nos enviaste a ese infierno? - pregunté intentando mantener la calma. No quería que mi mascara de frialdad se descompusiera y dejará ver mi verdadero estado de desesperación.
  • Estaba escrito en las estrellas – ya estaba harta de las malditas estrellas quise decírselo pero me detuvo con su mano y prosiguió – Había que hacer un sacrificio en nombre del amor y con él vendría el cierre de la grieta, él estuvo dispuesto a cambiarse por ti incluso cuando los sentimientos estaban alterados por la maldad que se respiraba dentro del otro mundo, eso produjo el cierre de la grieta. Hay que mantener un equilibrio entre el bien y el mal para que el mundo vuelva a sus orígenes. Tiene que haber un líder oscuro tan poderoso como el líder de la luz y él ha sido elegido por la oscuridad para ese puesto.
  • Eso es una estupidez – dije sin pensarlo – no hay ningún líder en el bando de la luz, ahora solo hay oscuridad en este mundo y solo nosotros cuatro juntos podríamos haberlo cambiado.
  • Si hay un líder de la luz, pronto sabréis quien es. Yo vuelvo a donde provengo, esta ha sido la primera vez que he tenido que interceder en el mundo y ahora está en vuestras manos que esto funcione y que el equilibrio se mantenga. Cuida el orbe Idris, tendrás que dárselo muy pronto a alguien importante para que pueda venir el líder de la luz – dicho eso se dio la vuelta y se desvaneció como si su cuerpo se hubiera convertido en cenizas, el viento se las llevó y las esparció hasta que dejaron de ser visibles.
  • Tenemos que volver – dijo Keiran - ¿Vienes con nosotros? - me preguntó. No lo había pensado, no tenia a donde ir y rápidamente decidí unirme a ellos al menos durante unos días.
  • Yo también me quedo con vosotros – dijo inesperadamente Xander.
  • Lo siento, pero no, no puedes estar con nosotros – le dijo Keiran.
  • No tengo donde ir por el momento, me quedaré solo unos días – dijo más como una exigencia que como una petición.
  • Dejalo quedarse unos días – dijo muy dulcemente Aislyn a su marido. El torció el rostro, pero no podía decirle que no a su mujer, está completamente a su merced.
  • Esta bien, tú solo puedes quedarte unos días y tú Idris, todo lo que quieras, la cabaña es tu casa también – agradecí las palabras de Keiran con un simple gesto de cabeza y agarré la mano que me había tendido el nox para transportarnos a el único lugar al que podía llamar hogar.




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