Aviso importante

Las novelas aquí publicadas son de mi autoría y están registradas en el registro de la propiedad intelectual de España a mi nombre.
Para cualquier duda o aclaración, se puede contactar conmigo al correo: alba.galvez1985@gmail.com

jueves, 31 de julio de 2014

Quimera



Capitulo 29



Blake llegó al club como una bocanada de aire fresco, los ánimos estaban completamente derrumbados y yo no fui capaz de contarle la historia de Violet, por lo que se encargó Nathan de ponerle al día.
Yo seguía tumbada en la cama sin querer levantar la vista.
  • Pues yo tengo una gran idea y se de una bruja que nos puede ayudar – dijo Blake para asombro de todos.
  • ¿Qué idea? – pregunté alzando por fin la cabeza y mirándole atentamente con mis ojos morados. Sabía que tenía marcada la forma de la almohada en la cara, pero me importaba un comino. Alaric y yo éramos todo orejas en ese momento.
  • Voy a realizar algunas llamadas y cuando vuelva nos ponemos manos a la obra.
Decidí levantarme un rato y darme un muy merecido baño en ese estupendo jacuzzi que había en el loft. Alaric no hacia más que mirar el book de fotos, Chris estaba afilando unos cuchillos y Nathan leyendo un libro. Cuando pasé entre ellos, sentí como si algo se me cayera encima y un terrible mareo me hizo tambalearme. No me dio tiempo a caerme, Nathan estaba sujetándome y Chris también se había levantado para ayudar. Alaric seguía en su mundo.
  • ¿Qué ha pasado? – preguntó Nathan preocupado.
  • Me he mareado… tengo muy mal cuerpo – reconocí intentando centrar la vista. Ya no me sentía mareada, pero seguía sintiendo el mal estar que lo acompañaba.
  • ¿Te encuentras bien? – preguntó de nuevo.
  • Creo que me falta hierro – dije pensando en las pastillas que se habían quedado en mi cocina – o eso o estoy embarazada – dije divertida. La única a la que le hizo gracia el comentario fue a mí. La cara que pusieron los dos fue un poema y no pude evitar descojonarme de risa.
  • No entiendo de que te ríes… - gruñó Chris - ¿hay o no posibilidades de que estés embarazada y de quien? – preguntó con hielo en la voz. Nathan todavía no había salido del trance.
  • Es broma – dije entre carcajadas – vaya dos… - y sin más me aparté del vampiro y fui hacia el baño secándome las lagrimas. Era muy divertido vacilar a esos dos - ¿Habéis visto mi anillo? – pregunté antes de entrar al baño justo cuando reparé en mi mano.
  • ¿Qué anillo? – preguntó Chris.
  • Uno con un diamante y de oro blanco… - dije sintiendo de nuevo un mareo – ¿Yo tengo un anillo así? – pregunté extrañada. Yo no llevaba anillos, nunca los había llevado, ¿por qué me había dado la impresión extraña de que me faltaba algo así?
  • No he visto que lleves anillos – me dijo el demonio estrechando los ojos y escrutándome con la mirada.
  • Es que no suelo llevar anillos… - dije extrañada.
  • ¿Es este el anillo? – preguntó Nathan sacando uno exactamente igual al que yo había visto, recordado o imaginado.
  • Es como ese, es igualito, ¿De dónde lo has sacado? – pregunté cogiéndolo y mirándolo de cerca. Tenía que costar una pasta.
  • No lo sé… yo… bueno lo encontré… - balbuceó nervioso y esa vez fue mi turno de estrechar los ojos y escrutarle con la mirada.
  • Esto era mío, ¿verdad? – Pregunté devolviéndoselo – ¿me lo regalaste tú? – volví a preguntar nerviosa.
  • Intenta recordarlo – dijo mirándome fijamente a los ojos. Noté el empuje vampírico en mi mente y volví a sentir un mareo profundo, esa vez sí que me desplomé. Sentí como me sujetaban unos brazos fuertes, presumiblemente los de Nathan que era quien estaba más cerca.

Un recuerdo vino a mi cabeza… fugaz y doloroso, recordé un callejón oscuro y un hombre agarrándome del cuello, podía recordar el olor de aquel sitio, la angustia y el miedo que corrían por mi sangre. Luego todo se volvió negro.

  • ¡He recordado! – grité nada más abrir los ojos. Estaba tumbada en la cama y Nathan y Chris estaban uno a cada lado mirándome expectantes – ha sido solo un momento, y un mal recuerdo, pero creo que pronto voy a poder recordarlo todo – reconocí.
  • ¿Qué es lo que has recordado? – preguntó Chris con una expresión indescifrable en el rostro. La sonrisa ladeaba del demonio había cambiado y ahora era Nathan quien me sonreía. El vampiro miraba con altanería al demonio y no al revés como llevaba sucediendo esos días.
  • Un hombre, bueno, asumo que era un demonio, me tenía contra la pared en un callejón maloliente, no he podido ver nada mas, solo he recordado el olor y el miedo que me recorría- expliqué estremeciéndome al recordarlo.
  • Eso es bueno, yo creo que si todo sale bien hoy, mañana podrás recordar por fin– dijo Alaric desde atrás.

Antes de que me diera tiempo preguntar sobre algo más llego Blake dando órdenes a diestro y siniestro. Yo me hice la loca y me metí corriendo en el baño para poderme dar mi relajante y estupendo baño.






Quimera



Capitulo 28




Me pase toda la noche pidiendo disculpas por mi escapada, incluso Chris me miró con desaprobación mientras le curaba y se iba enterando de lo que había pasado. Después de recibir el mayor rapapolvo de mi vida, llegó Alaric nervioso.

  • ¿Qué pasa? - preguntó Nathan.
  • No localizo a Violet – dijo nervioso – no la encuentro por ningún sitio llevo toda la tarde buscándola.
  • ¿No contesta al móvil? - pregunté poniéndome nerviosa yo también.
  • No, estoy venga a llamarla, pero no contesta... ¿y a ti que te ha pasado? - le preguntó al demonio que estaba tumbado en la cama sin camiseta y lleno de heridas que gracias mi limpieza y desinfección comenzaban a cerrarse.
  • Saben que estoy con vosotros, saben muchas cosas y saben sobre tu familia y sobre Dante – dijo el demonio dejándonos de piedra.
  • ¿Cómo pueden saberlo? - preguntó Nathan.
  • Hay algún topo – espetó sin más el demonio.
  • Pero aquí no hay nadie que le beneficie estar del lado de Olivia, es imposible, tiene que ser otra cosa – dijo Alaric a quien en ese momento le sonó el teléfono móvil – Violet – gritó al aparato - ¿Quien eres? - fue escuchar esa pregunta y todos utilizamos nuestro oído para meternos en la conversación.
  • Soy Olivia, ¿Cómo esta mi hija? - preguntó una voz femenina al otro lado. Mi corazón comenzó a bombear a mil por hora – la tuya esta bien, aquí no la falta de nada – dijo haciendo que mi corazón se encogiera.
  • ¿Qué quieres? - preguntó un Alaric que se había quedado blanco.
  • Creo que eso ya lo sabes mi hija a cambio de la tuya – solicitó con una carcajada maliciosa que erizó todo el pelo de mi cuerpo.
  • Pero...
  • No hay peros... mañana al anochecer hacemos el intercambio en tu precioso Club. A las doce en punto, te recomiendo que no hagas ninguna estupidez o... bueno te la mandaría de regreso en una caja de zapatos – dicho eso colgó.
  • Tengo que entregarme – dije sin más – no puedo permitir que le pase nada a la niña.
  • Tenemos que encontrar otra solución... - dijo Nathan – no vas a entregarte así como así.
  • No pienso permitir que te entregues, y pienso cargarme a cualquiera que intente tocarte – espetó Chris mirando directamente al hermano de Nathan.
  • ¡Es mi decisión! - grité sabiendo que las lagrimas que estaban conteniendo mis ojos habían comenzado a derramarse. Fui hacia mi mochila, saqué el book de fotos que le había hecho a la niña y se lo di a su padre – todo va a salir bien, lo prometo, ella va a volver a casa.
  • No puedo permitir que vuelva a pasarme lo mismo que con Meredit – dijo mirando a Nathan – no puedo dejar que muera como su madre, no puedo permitir que la historia se repita – dicho eso se levantó a velocidad vampirica y me agarró por la espalda poniéndome un cuchillo en la garganta y utilizándome como escudo.
  • ¿Qué demonios haces? - le preguntó Dante – Eres mejor que esto, ¿en serio vas a arriesgarlo todo?¿de verdad piensas que Violet estará bien viviendo en un mundo sin equilibrio en una anarquía completa? - preguntó su mejor amigo intentando hacerle entrar en razón.

Vi como Chris que ya estaba completamente recuperado se levantaba de la cama y sus ojos comenzaban a brillar rojos de ira. Nathan estaba intentando encontrar un hueco para hacerse paso y no hacernos daño a ninguno de los dos, pero el demonio no iba a ser tan condescendiente, sabía que si tenía que matar al vampiro para llegar hasta mi lo iba a hacer sin ningún problema.
Miré fijamente a Chris y le rogué con la mirada que no lo hiciera, pareció entenderme y le vi debatiéndose entre acatar mi deseo o el suyo.

  • Te doy dos minutos para que la sueltes o voy a matarte – le gruñó el demonio – si no lo he hecho ya es porque ella me lo ha pedido, pero mi paciencia tiene un limite.
  • Por favor... no le hagas daño – rogó Nathan a su hermano – no me hagas a mi pasar por lo mismo que pasaste tú – dijo intentado hacerle entrar en razón.
  • Ella ni siquiera te recuerda, olvídalo ya – le gritó Alaric cada vez más nervioso. Sentí como el afilado filo del cuchillo se hundía en mi carne y olí mi sangre por primera vez.
  • ¿Qué demonios es ese olor? - preguntó Dante embelesado.
  • Mierda – dijo Nathan que al parecer era el único que sabía que ese olor se debía a mi sangre. No se lo pensó dos veces y utilizó ese momento de distracción para lanzarse sobre nosotros.

Le quitó el cuchillo a su hermano y me abrazó con fuerza metiéndome en el baño y cerrando la puerta con cerrojo.
Chis abrió de alguna manera la cerradura y entró con nosotros en el baño.

  • ¿Qué coño acaba de pasar? - preguntó el demonio mientras veía como Nathan me secaba la herida del cuello con papel – esos dos vampiros se han lanzado como locos a la sangre del cuchillo. Jamas he olido algo semejante... tu sangre es embriagadora.
  • Si, eso no es ningún mito, su sangre es afrodisíaca, exquisita y el puro nirvana – reconoció Nathan – para los vampiros es casi imposible contenerse, para los demonios es más fácil, pero una vez la pruebas... te vuelves adicto – dijo nervioso.
  • ¿Cómo sabes tanto de esto? - pregunté intrigada.
  • Veras... yo he bebido tu sangre... es – pero fue interrumpido por un demonio que al parecer no tenía mucha intención de escuchar la historia.
  • ¿Qué demonios hacemos ahora con esos dos? - preguntó sin más - ¿Van a estar así cada vez que estén cerca de ella?
  • No, cuando se esfume su esencia estará a salvo – aseguró Nathan que había terminado de curar mi pequeño corte.
  • ¿Qué vamos hacer con Violet? - pregunté yo.
  • No lo sé, pero algo se nos ocurrirá – me contestó Nathan acariciando mi rostro algo que no le gustó demasiado al demonio.




miércoles, 30 de julio de 2014

Quimera




Capitulo 27




Sabía que iba a recibir una terrible reprimenda de todos si conseguía que esa noche no me mataran, pero no pude evitar seguir a Baily hasta poco más de cuatro calles del Club.
Estaba detrás de unos grandes contenedores cuando Baily se dio cuenta de mi presencia.

  • Cuando Dante se entere nos va a matar a las dos – me dijo al oído colocándose detrás de mi a la velocidad de la luz.
  • Escucha eso – la dije nerviosa. Había oído unos pasos, unos muy suaves.
  • ¿Puedes oírle? - preguntó con una maliciosa sonrisa en la cara.
  • Si, ¿tú no? - pregunté extrañada.
  • Mis sentidos no son tan buenos como los tuyos. Concéntrate y escúchale, dime porque lado me va a atacar.
  • ¡Derecha! - grité antes de que yo misma fuera consciente de lo que estaba haciendo.

Un borrón se lanzo contra la mediadora desde la derecha y ella pudo esquivar el golpe y golpearle contra la pared.
El demonio era horriblemente grande, parecía un portero de discoteca completamente ciclado y sus ojos rojos brillaban mucho más oscuros de lo normal.
Ambos se enzarzaron en una pelea y yo me quedé quieta sin saber que demonios hacer, no quería meterme en la pelea y que esa distracción perjudicara a Baily.
El demonio la arrinconó contra la pared y usó su enorme mano para agarrarla del cuello.
Él había reparado en mi, pero rápidamente me había subestimado y se había lanzado contra la mediadora, ahora estaba demasiado concentrado como para darse cuenta de que tenía detrás suya a una quimera asustada y enfadada con una tremenda bola de luz en la mano.
No titubee y se la lancé a la espalda. El grito que dio fue ensordecedor, soltó a Baily y cayó de rodillas mientras su espalda se quemaba con un abrasador fuego blanco.
La mediadora me miro boquiabierta, pero pronto se repuso y rápidamente se situó detrás del demonio y con una fuerza descomunal introdujo su brazo por la espalda y arrancó su corazón de un tirón.

  • Chica... acabas de salvarme la vida y hacerme rica – me dijo Baily tirando el corazón al suelo.
  • ¿Rica? - pregunté divertida.
  • La cabeza de este hijo de perra cuesta diez mil de los grandes – reconoció feliz – has dejado de ser pollito antes de lo que me hubiera imaginado... - dijo más para si misma que a mi.
Antes de que pudiera contestar y negociar en broma una pequeña comisión, los pasos de alguien que corría dando traspiés hacia nosotras, me alertaron. Hice una señal a Baily con la mano para que estuviera preparada y al poco rato ella pareció estar escuchando los mismo pasos.

  • Vamos – vocalizó sin emitir ningún sonido y ambas nos lanzamos a toda velocidad contra lo que quiera que viniera en nuestra dirección.


Chris. Su nombre inundó por completo mi cabeza y corrí hacia él llegando a su lado un segundo antes que la mediadora. El demonio estaba muy mal herido y Baily se quedo parada cuando me vio agazapada sobre él.

  • ¿Quien es? - preguntó extrañada – no tiene muy buena pinta – reconoció.
  • Es el demonio que nos esta ayudando, échame una mano y vamos a llevarle a Club.

Dicho y hecho en menos de tres minutos estábamos en el club, donde Dante y Nathan estaban desquiciados buscándonos por todas partes, le dije a Baily que fuera a recoger el cadáver de ese demonio llamado Wester a quien nos habíamos cargado y yo me ocupé de la crisis del Club y del malherido de Chris.


Quimera



Capitulo 26


Dante había traído a una amiga suya, era una mediadora y era mitad vampiro y mitad bruja, el termino correcto para denominala era dhampir.
Baileys Adams era una mujer única, con un humor puntiagudo y muy segura de si misma.
  • Así que tú eres la quimera – afirmó – vaya la que estas liando – me dijo guiñándome un ojo y tendiéndome su mano.
  • Encantada, pero mi nombre es Norah – la corregí divertida.
  • Desde este momento para mi vas a ser “pollito” hasta que me tumbes en una pelea – reconoció riendo – hay tres cosas que tienes que tener en mente, para neutralizar una bruja, tápale la boca, debes evitar que recite cualquier conjuro, aunque si das con una de las ancianas te daría igual, pues pueden hacerlo con la mente, luego simplemente debes romperlas el cuello lo antes posible – Explicó.
  • ¿Cual son las otras dos cosas? - pregunté al ver que se detenía y me preguntaba con los ojos si me había quedado claro.
  • La siguiente cosa es que contra un vampiro lo mejor es lanzarle una bola de fuego y contra un demonio, en tu caso una bola de luz – mi expresión la hizo detenerse en seco, no tenía ni idea de lanzar esas bolas - vamos a ver, eres mitad ángel y mitad demonio y solo has sabido usar tus poderes físicos...¿Has intentado lanzar alguna bola de fuego o de esas que lanzan los angeles que duelen como su puta madre?
  • No.. ¿Cómo hago eso? - pregunté.
  • Fácil concéntrate, yo me centro en la parte bruja de mi cuerpo y la canalizo hacia mi mano de esa manera – explicó mientras una bola de fuego completamente real se formaba en la palma de su mano.
  • ¡Vaya! ¿y yo soy capaz de hacer algo así? - pregunté incrédula.
  • ¡Claro! Dante, vamos ir a la pista de baile del club que es más amplia para practicar – le dijo al vampiro que la miraba con admiración y deseo.
  • Muy bien, pero intentar no quemar nada – suplicó el vampiro mientras se quedaba con Nathan hablando sobre un tribunal o algo así que no pude entender bien.
  • Vamos intenta concentrarte en tu parte de ángel y deja que esa energía fluya – me dijo Baily, hice lo que ella me dijo pero solo era capaz de sentir y ver unas pequeñas chispas blancas en las puntas de los dedos.
  • No soy capaz – reconocí nerviosa - ¿Qué te parece si me enseñas algunos movimientos cuerpo contra cuerpo – la pedí sintiendo que de tanto concentrarme en eso estaba empezando a dolerme la cabeza.
  • Esos movimientos son instintivos, mira... - dicho eso se lanzó contra mi y pude esquivar algunos golpes y devolver otros como si mi cuerpo reaccionase solo, era una pasada. Recibí una fuerte patada en el pecho que me dejo sin aliento y la mediadora paró riéndose.
  • No he podido ver venir la patada – reconocí levantándome del suelo.
  • Son instintivos pero tienes que aprender a manejaros a tu antojo porque si no fuera así en un cuerpo a cuerpo nunca ganaría nadie – me dijo con una carcajada – pero eres mucho mejor y más rápida que cualquier mestizo – reconoció.
Su teléfono sonó ruidosamente con una extraña música coreana, pude identificar una sola palabra, Lucifer, y no pude evitar echarme a reír, la melodía era muy adecuada para ella.
Habló con alguien llamado Onix y le debió de decir algo sobre algún tipo al que andaba persiguiendo.
  • Me tengo que ir, llevo tiempo detrás de un demonio mucho tiempo y me han dado el chivatazo de que esta cerca de aquí, voy a por él – me dijo mientras se guardaba el teléfono en el pantalón y se ponía su chaqueta de cuero.
  • Déjame acompañarte – le rogué.
  • No, es muy peligroso, ademas de que te están buscando todas las criaturas sobrenaturales de la tierra – aclaró mientras corría hacia la puerta.





martes, 29 de julio de 2014

Quimera



Capitulo 25


Las horas se me hacían eternas, mi padre había llamado a Blake para decirle que ya estaba a salvo, y ahora estábamos los tres en el loft subterráneo esperando a que llegase mi amigo guardián con nuevas noticias de su bando.
Nathan estaba leyendo un libro y Chris jugaba tumbado en la cama con una pelota. Golpeaba el techo una y otra vez y estaba empezando a ponerme nerviosa.
Salí corriendo hacia la bola naranja cuando la lanzó y la atrapé después de que rebotara con el techo.
Un segundo después estaba aplastada contra la pared por el cuerpo de Chris.

  • ¿Quieres que hagamos esto ahora?¿Delante de él? - preguntó con un susurro y con sus labios casi rozando los míos. Mi corazón se alteró y comenzó a bombear como loco. Vi a Nathan parado detrás del demonio, se debatía entre intervenir o no.
  • Estoy bien – le dije al vampiro mientras con las dos manos apoyadas en el pecho del demonio le apartaba usando toda la fuerza de la que era capaz. Si se apartó fue porque él quiso, porque yo sola no le hubiera movido ni un milímetro.
  • Efecto reflejo, lo siento – dijo el demonio con una maliciosa sonrisa cuando se apartó y enfrentó a Nathan a los ojos.
  • Deja de jugar con la pelota que me pone nerviosa – le regañé.
  • Ven a jugar tú conmigo y tiro la pelota a la basura – contestó para mi asombro.
  • ¿Quien te crees que eres para decirle eso...? - dijo Nathan, pero no le deje continuar y contesté yo a su insinuación.
  • Contigo no tengo ni para empezar – dije sacandole una sonrisa al vampiro.
  • ¿Cuanto más va a tardar tu ex novio en venir? - preguntó con malicia el demonio.
  • No lo sé, habíamos quedado hace diez minutos, pero él nunca es puntual – contesté haciendo caso omiso al comentario, ya que me gustase o no, no era mentira.
  • ¿Cuándo saliste con él? - me preguntó el vampiro curioso.
  • Fue hace mucho tiempo, con veintiún años o así, fue muy efímero – expliqué.
  • ¿Solo has tenido esa relación en toda tu vida? - preguntó el demonio entrado en nuestra conversación. Si se involucraba era para decir algo malicioso, así que contesté con cuidado.
  • Si, solo he estado con él, soy un poco mojigata – reconocí con cautela. El demonio no contestó nada grosero o malicioso y me dejo descolocada cuando sonrió victorioso.
  • Aquí esta tu amigo – dijo Nathan cambiando de tema y mirando a la pantalla de seguridad.

Blake ni se disculpó por llegar tarde, no tenía mucho tiempo para informarnos ya que tenía que volver a una reunión de cazadores. No nos dijo nada muy nuevo, solo que se habían movilizado mucho demonios de la ciudad y que se estaba cociendo algo grande, todos estaba de acuerdo con que Olivia ya había llegado a la ciudad, por lo que había que estar alerta y necesitábamos urdir un plan para acercarnos a ella y poder matarla. Según lo que todos contaban era un demonio muy precavido, se escondía detrás de muchos sirvientes humanos y de muchos demonios adeptos.
No iba a ser fácil acercarse y en esa parte del plan era en la que estaba trabajando Chris.
Habíamos matado a los únicos demonios que le podían relacionar conmigo, por lo que esa noche saldría a infiltrarse entre ellos para intentar averiguar donde se escondía Olivia.

Dante y Nathan estuvieron casi toda la tarde discutiendo sobre si yo debería o no aprender a defenderme, la verdad que hasta el momento no lo había hecho nada mal.
Al parecer la mayoría de los movimientos son instintivos, como por ejemplo cuando le saqué el corazón a Sunny.
Nathan al final había cedido y Dante había ido en busca de un instructor.
Esa noche tendría una clase de autodefensa.
Chris estaba ya vestido y listo para marcharse, todos estaban en el club, menos yo que andaba sola vagabundeando por los rincones en busca de algún entretenimiento.

  • ¿Ya te vas? - pregunté aunque fuera una obviedad.
  • Si, vamos a ver que podemos sacar en claro y si esta pesadilla se termina pronto – aclaró acercándose a mi. Demasiado cerca para estar cómoda.
  • ¿Estas preocupada por mi? - preguntó con una maliciosa sonrisa.
  • Supongo que si, yo me preocupo por todo... ademas tu sangre ya casi ha desaparecido, vuelvo a tener un poco más de conciencia, dentro de poco volveré a recordar – le dije entusiasmada, aquello no le hizo demasiada gracia y arrugó preocupado el entrecejo – Te conozco de antes ¿Verdad? - pregunté – desde el primer día has sabido siempre muchas cosas de mi... - dije haciendo memoria de algunos comentarios y comportamientos.
  • Si, nos vimos en varias ocasiones, pero nada importante – reconoció – y ahora me voy que se me hace tarde, a no ser... que quieras que me quede y utilicemos una de esas dos estupendas camas para continuar con lo que estábamos haciendo la otra noche... - su sonrisa picara y su brillo triunfal en los ojos me puso de mala leche, le gustaba avergonzarme y disfrutaba con ello, pero esa vez no le iba a dar el gusto.
  • Lo continuare sin tu presencia, puedes irte tranquilo – dije sin mas. Él se rió con una sonora carcajada y salió por la puerta del loft.





lunes, 28 de julio de 2014

Quimera



Capitulo 24



Cuando a me desperté a la mañana siguiente solo estaba Nathan en el loft y me había preparado tortitas con nata para desayunar, algo difícil teniendo en cuenta que no había cocina y lo había hecho todo con un pequeño campingas.

  • ¡Vaya! Adoro las tortitas para desayunar – reconocí mientras me acercaba a él que me miraba sonriendo. Era realmente guapo y esta realmente sexy con el pelo completamente desordenado, esa camiseta de los Bears y sus pantalones de yogging. El olor que desprendía su cuerpo me hizo sentirme como en casa... me hizo sentirme extrañamente excitada.
  • ¿En serio? - dijo con un tono muy poco sorprendido y una preciosa sonrisa. Se suponía que me conocía por lo que era probable que le hubiera dicho eso antes.
  • Intenta hacerme recordar – le pedí para sorpresa de ambos.
  • Todavía tienes su sangre, no creo que puedas – dijo sirviendo las tortitas en dos platos. Yo me sentí una inútil y fui a la cafetera para al menos servir el café - todas las noches lo intentaremos hasta que recuerdes – me dijo mientras se sentaba en la mesa y me señalaba la silla junto a él para que hiciera lo propio.
  • Me parece bien – le dije hincando el tenedor a la primera de las dos tortitas que me iba a zampar pasase lo que pasase - ¿Dónde esta Chris? - mi pregunta no pareció gustarle mucho.
  • Se ha ido para ayudar a Dante a hacer hablar a los demonios – explicó con poco entusiasmo.
  • Deberíamos ir también, es posible que yo pueda ayudar – le dije tragando un trozo de masa demasiado grande. Estaban deliciosas.
  • Es demasiado sangriento, prefiero que no veas algo así – explicó. No me gustaba su actitud tan protectora, era tan parecido a como se había comportado Blake conmigo que me molestaba.
  • Deja de protegerme, no soy ninguna niña, por fin conozco mi naturaleza y la acepto tal y como viene – le dije apurando el café – soy mitad demonio y eso implica tener menos escrúpulos de los que tenía antes. Tú tampoco eres ningún santo – dije entrecerrando los ojos y fulminándolo con la mirada. No me esperaba su reacción.
  • Tienes razón – dijo riéndose – esta bien, vamos a tratarte como la mujer que eres y como la quimera que estas aprendiendo a ser, realmente siempre has sido así – reconoció para mi asombro, mientras recordaba a saber el qué.
  • A mi también me gusta sentirme por fin encajando en un lugar... ¿sabes? Hasta que no conocí a Chris no me encontré a mi misma – dije borrando la sonrisa de su boca de un plumazo. Mi comentario no había sido demasiado acertado.
  • No te fíes de él – me dijo serio mientras se comía su ultimo trozo de tortita.
  • Esta bien, mantendré un ojo abierto con él y otro contigo – aclaré sorprendiéndole, pero no replicó.
  • Vamos a la nave donde están todos y vemos si han sacado algo en claro – me dijo sonriendo, después tiró de mi brazo y me colgó a su hombro – vamos a llegar más rápido corriendo.

Sentí como las tortitas se venían a mi garganta y como mis ojos no eran capaces de asimilar los movimientos tan rápidos. Me mareé bastante y cuando nos detuvimos cometió el error de dejarme en el suelo demasiado pronto, no pude tenerme en pie. Me tambaleé y él me agarró fuertemente por la cintura para evitar que me cayera.

  • ¿Estas bien? - preguntó divertido – tenía que haberte avisado para que cerrases los ojos.
  • Ya estoy avisada para la próxima vez... dios mio creo que voy a vomitar las tortitas- le dije entre risas y luego reparé en lo que me rodeaba. Dos hombres en sillas sangrando y llenos de golpes. Dos vampiros y un demonio con las manos llenas de sangre.

Cuando todos mis sentidos se regularizaron la bofetada de olor a sangre sacudió mi sistema nervioso enviando oleadas de sed y ansia. Mi cuerpo reaccionó como el de un depredador... olí la sangre de un demonio... atractiva pero menos embriagadora que el otro tipo de sangre... humana, uno de esos dos era humano. Nathan había mentido, pero ya me preocuparía por eso más tarde.
Disimulé tan bien como lo haría un depredador nato y nadie se percató de mis cavilaciones internas. En menos de tres segundos, cuando todos estaban despistados hablando con Nathan, corrí desde donde me encontraba hasta la silla donde estaba el prisionero humano de Dante, pero antes de que pudiera morderle, alguien me interceptó sujetándome por la cintura con un abrazo de hierro.
Sabía quien era y me relajé en sus brazos mientras intentaba por todos los medios volver en mi misma.
Chris no me soltaba y yo no dejaba de patalear y gruñir.

  • Relájate pequeña o vas a montar aquí un espectáculo – me susurró al oído. Los dos vampiros y Nathan estaba en la otra punta de la habitación, Alaric sujetaba a su hermano por el brazo impidiéndole que llegara hasta mi. Ahora mismo me había convertido en una amenaza, ver el dolor en el rostro de Nathan me relajo, pero ver el recelo y el miedo en el de Alaric me hizo volver a la realidad casi al momento.
  • Tenéis que perdonarla – dijo entre risas Chris – tiene un pequeño problema de adicción – explicó llevándose de mi parte un puñetazo en el estomago. Me dio tanta vergüenza mirarles a la cara que me oculté en el pecho del demonio que me abrazó y comenzó a sacarme de allí. Utilicé su camiseta y su pecho para ocultar mi rostro, deleitarme en su olor a especias y así eliminar el horrible olor a sangre que me rodeaba.
  • Suéltala – le dijo Nathan mientras los dos andábamos despacio y abrazados hacia la salida.
  • Si la suelto no va a ser capaz de retenerse – explicó el demonio molesto.
  • Vámonos de aquí – le rogué a Chris que se había detenido – por favor... - rogué entre lagrimas. Luego sentí el tirón de la velocidad demoníaca y cuando se detuvo el malestar separé lentamente el rostro que tenía enterrado en su pecho. Sentí a Nathan detrás de mi, nos había seguido hasta la calle.
  • ¿Te encuentras mejor? - me preguntó el vampiro. Me di la vuelta para poder enfrentar sus ojos preocupados.
  • Si, ya estoy mejor... ayer no dijiste que había un humano entre los prisioneros – espeté molesta.
  • No lo sabía, no les pregunté demasiado cuando me informaron – explicó indiferente. Sabía que no estaba bien hacerle eso a un humano que jamas se recuperaría de aquellas fracturas aunque seguramente ese hombre no iba a salir de esta. Sentí por primera vez en días como mis remordimientos y culpabilidad volvían...
  • Siento otra vez culpabilidad – Reconocí en voz alta – esto significa que estoy eliminando más rápido de lo normal tu sangre – le dije a Chris girándome hacia él – pronto podré recordar – susurré y esa vez sentí como las ganas de recordarlo todo llenaban mi vida, me llenaban de fuerza para luchar contra esa horrible adicción a la sangre humana.
  • Eso parece – contestó Chris no muy contento.
  • ¿Desde cuando tienes esa... adicción? - preguntó Nathan.
  • ¿Recuerdas cuando nos conocimos? - pregunté
  • Si, el ultimo día de curso de la universidad – dijo dejándome completamente descolocada
  • ¿Nos conocimos en la universidad? - pregunté de nuevo con los ojos como platos.
  • Perdona... - se disculpó haciendo un gesto con la mano – te refieres a cuando nos conocimos en el Infierno que chocaste conmigo... ese día que le quitasteis la comida a un vampiro – recordó devolviéndome de nuevo al tema en cuestión.
  • Ese día estuve a punto de morder a la chica y luego en su casa... - ¿Cómo demonios le explicaba lo que había sucedido en casa de Chris? El demonio lucia ya una maliciosa sonrisa, estaba esperando a que soltase la bomba, bomba que no tenía intención de soltar – el tiene en su cafetera sangre y yo bebí un poco, ese fue el primer día que bebí – reconocí. La sonrisa de Chris se hizo mucho más grande y yo casi no pude evitar sonrojarme.
  • Por eso no pudiste recordar – reconoció él.
  • Necesito recordarlo todo cuanto antes, y saber que demonios paso durante ese año, ahora más que nunca necesito saberlo – le dije enfrentando sus ojos.
  • Yo también lo necesito – dijo Nathan para mi asombro y desagrado del demonio.
  • Bueno... dejemos estas idioteces y vayamos al grano, estos dos no han soltado prenda, ¿terminamos ya con ellos o queréis probar algo mas? - preguntó mirándome y alzando la ceja.
  • Puedo saber si miente o no, pero las preguntas que le hagáis tienen que ser muy precisas y concretas o no sacaremos nada en claro.
  • No te preocupes por eso, tengo las preguntas clave en la punta de la lengua – dijo Nathan - ¿Vas a poder entrar de nuevo?
  • No lo sé – dije mirando al demonio en busca de alguna respuesta. Chris alzó las manos y no supo que responderme por lo que simplemente negó con la cabeza.
  • Darme algún pañuelo con perfume y lo intento – les dije mientras nos encaminábamos de nuevo a la nave industrial.

Nathan me consiguió un paño de cocina completamente impregnado en su perfume y con eso, a parte de sentir que jamas iba a poder oler algo que no fuera ese aroma, me sentí capaz de entrar.
El demonio estaba completamente ensangrentado, con el humano habían tenido un poco más de tacto.

  • Pregúntale – de dije a Nathan.
  • ¿Sabes donde se esconde Olivia? - preguntó el vampiro.
  • No, lo juro no lo sé – contestó el hombre salpicando sangre por la boca.
  • Dice la verdad – afirmé.
  • ¿Trabajas para ella? - preguntó de nuevo.
  • No, no trabajo para ella yo no tengo nada que ver con esto, es un error – mintió. Se lo hice saber a Nathan y Dante volvió a propinarle un puñetazo.
  • ¿Esta ella aquí en Nueva York?
  • No lo sé – mintió de nuevo.
  • No, no esta – contesto después de llevarse otro golpe.
  • Sigue mintiendo por lo que podemos asumir que ella ya esta aquí, ahora no creo que le saquemos más cosas, por favor... borrarle la memoria y dejarle en un hospital... - les pedí dejándolos a todos sorprendidos, a todos menos a Nathan.
  • Esta bien, eso haremos – le dijo a su hermano quien sin mucha ganas se dispuso ha hacer lo que le había pedido.
  • ¿Qué hacemos con el demonio? - preguntó Dante. Nathan me miró a mi en respuesta.
  • Matarlo – dije sin mas, Nathan puso una mueca de disgusto, pero por el rabillo de ojo vi como Chris sonreía. Esos dos se traían un extraño juego de apuestas con mis decisiones y sentimientos.
  • Oído cocina – dijo Dante entre risas.

Me marché de allí antes de que hicieran nada, no era capaz de verlo, les había dicho que lo mataran por una razón muy sencilla, a él no podían hacerlo olvidar y lo primero que haría seria ir a avisar a alguien de que yo estaba escondida con este grupo, no podía poner a esta gente en peligro por tener compasión, ademas estaba completamente segura que nadie iba a tener compasión de mi llegado el momento.



domingo, 27 de julio de 2014

Quimera




Capitulo 23



Alguien estaba montando un altercado sobre nuestras cabezas. La puerta del loft se abrió y apareció Nathan.
  • ¿Qué demonios pasa? - Preguntó Chris cuando la sirena se detuvo.
  • Han entrado varios demonios de Olivia y han paseado tu foto por todo el club - dijo mirándome a mi - han matado a varios vampiros, a dos demonios de soberbia muy habituales y a varios humanos- aclaró.
  • Están buscándome por todas partes no voy a poder vivir mi propia vida nunca más – dije en plan melodramático.
  • Cuando la matemos volverás a ser libre – me consoló Nathan.
  • Siempre habrá otro demonio que intente tenerme – susurré molesta.
  • Si, pero primero tenemos que cargárnosla a ella, ojala fuera tan fácil de hacer como la ejecución de ese humano esta noche – espetó Chris sentándose en su cama.
  • Yo… ha traicionado nuestro código, tengo que ser inflexible – dijo sintiéndose un poco avergonzado.
  • Lo entiendo – dije para asombro de los dos hombres – yo hubiera hecho lo mismo.
  • No, hace muchos años no me hubieras permitido hacer una cosas así – susurró Nathan. Yo alcé la ceja a modo de pregunta, pero él cambio de tema.
  • Vamos a dormir que mañana nos espera un día largo – sugirió evitando mi pregunta - Dante me ha informado de que han conseguido hacerse con dos demonios de los que nos han atacado y los van a intentar hacer hablar – nos dijo mientras iba hacia su cama.

Yo no volví a mirar a Chris y me metí derecha en mi cama. Lo que era más complicado que evitar al demonio fue quedarme dormida, pero al final lo conseguí.







Quimera



Capitulo 22


El bar tenía en la parte de abajo una especie de loft, había dos camas grandes y una pequeña, por alguna razón me imaginé que seria una especie de bunker para la familia Mills, una cama para Alaric, otra para Nathan y la pequeña para Violet.
No me había dado cuenta hasta ese momento que no sabía nada de la madre de Violet, no sabía si existía o también estaba muerta.
Yo insistí en dormir en la cama pequeña aunque ambos protestaron. Había también un sofá frente a un televisor, un cuarto de baño con jacuzzi y una pared con cuatro pequeñas pantallas donde se veían las imágenes de las cámaras de seguridad.
No había cocina, pero tenían muchos armarios llenos de comida preparada y un estupendo horno microondas.
Estaba completamente agotada y mientras ellos hacían lo que fuera que estuvieran haciendo yo me metí en la cama y sin darme cuenta me quedé completamente dormida.
Estaba soñando con pájaros... me atacaban... de alguna manera se sentían tan reales que desperté horrorizada.
Estaba muy oscuro y mis ojos tardaron un poco en acostumbrarse, luego miré mi reloj y vi que eran las cuatro de la madrugada. Lo único que iluminaba el loft eran las pantallas de las cámaras de seguridad, estaban en blanco y negro y podía ver las imágenes de dentro del club y de la parte de fuera.
Mis ojos captaron una cara conocida en unos sofás que imaginé eran de la zona vip.
Nathan estaba allí sentado con dos mujeres. Algo se agitó dentro de mí, pero no le di demasiada importancia.
El club estaba hasta arriba de gente, pero reconocí otra cara familiar entre ellos, reconocí al detenido de Gordon, a quien había interrogado en la comisaria.
Dos gorilas le llevaban hacia Nathan agarrado.
No sabía donde se ponía el sonido y no quería despertar a Chris por lo que salí de la cama y me acerqué mucho a la pantalla para poder leer bien los labios.

El gorila le había preguntado a Nathan que hacían con él, le había dicho que había hablado a la policía sobre el asesinato de la chica del callejón. Había sido un vampiro descontrolado, pero Nathan al parecer se encargaba de encubrir esos accidentes si sucedían cerca del club.
Nathan le dijo al gorila algo que me dejo completamente conmocionada, no me esperaba algo así de él, pero actuaba de forma diferente con la gente que conmigo, aun así no podía olvidar que era un vampiro.
Deshazte de él, fueron las palabras del vampiro y sus ordenes al parecer eran cumplidas a raja tabla.
El humano fue conducido a un callejón donde los dos gorilas se lanzaron sobre su yugular y...Aparté la vista de la pantalla.

  • No es tan diferente a a mi – dijo una voz a mi espalda. No le había escuchado levantarse y mucho menos acercarse tanto así que me sobresalté.
  • ¡Joder! No vuelvas a asustarme así – le regañé girándome para enfrentarle. Estaba sin camiseta como era habitual en él cuando dormía y no pude evitar mirar su bien definido torso antes de enfrentar sus ojos azules.
  • Antes querías hablar conmigo algo – dijo mientras me agarraba la barbilla y elevaba mi rostro para acercarlo demasiado al suyo.
  • Si, es verdad – dije acordándome de la interrupción de Blake y su extraño beso.
  • Me encontré con Gordon, me dijo que te habías mudado y eso ya lo veo – le dije señalando el lugar – pero como es que has dejado la policía – pregunté.
  • Tenía que infiltrarme en la policía, necesitaba cierta información – explicó apartándose de mi y tumbándose en su cama.
  • ¿Por qué te infiltraste? - pregunté negándome a dejar de sacarle información. Fui tumbarme a su lado.
  • Para tener acceso a información privilegiada, nombres, direcciones, sangre y demás cosas interesantes.
  • ¿Qué buscabas en ese entonces? - pregunté.
  • A ti – contestó con sinceridad dándose la vuelta y quedándose tumbado de lado yo hice lo mismo y le enfrenté.
  • ¿Por qué? - pregunté - ¿Querías entregarme a Olivia?
  • No exactamente... lo quise en un principio... pero hace tiempo – se dijo más a si mismo que a mi.
  • ¿Qué ganas tú con todo esto?¿Qué ganas tú protegiéndome? ¿por qué lo haces? - iba a seguir con la diatriba de preguntas y él me detuvo.
  • ¿De verdad que todavía no te has dado cuenta? - preguntó realizando un rápido movimiento que me pilló por sorpresa. Se situó encima de mi y abrió hueco con su rodilla entre mis piernas para poder introducirse él. No lo hizo con fuerza, no sentí miedo, no fue desagradable.
  • Yo.. no sé... - aquello me había dejado congelada.
  • porque estoy enamorado de ti y estoy harto de esperar – dicho eso me beso y yo le devolví el beso.

Sentí como su sexo se endurecía contra el mio y mi excitación casi tomó el control de mi cuerpo. Jamas me habían besado así, jamas me había sentido tan deseada... el beso cada vez era más candente y antes de que me diera cuenta, estaba sobre él besando su pecho y haciéndole perder el control.

Una sirena roja se encendió en el loft y comenzó a sonar. Algo pasaba. Ambos salimos de la cama a velocidad demoníaca y nos tensamos mirando hacia todos los lados.

No había ningún intruso, fue en ese momento en el que reparé en las pantallas de seguridad y vi el revuelo en el club.

sábado, 26 de julio de 2014

Quimera



Capitulo 21



Después de varias discusiones con Blake terminó aceptando que por más que me lo pidiera y exigiera no me iba a ir a su apartamento.
Teníamos muchísima hambre y mientras hacíamos tiempo para ir al bar donde habíamos quedado con los demás, pasamos a un Burguer King y yo me comí dos menús gigantes enteritos dejando completamente abochornado a Blake que se conformó tan solo con uno.
Todo lo que había pasado era como un sueño, pero el poder que tenía corriendo por mis venas, la sensación de sentirme invencible, la falta de escrúpulos, remordimientos y compasión comenzaban a eliminarse de mi organismo de la misma manera que eliminaba la sangre de demonio y comencé a tener miedo,
¿mi yo normal seria capaz de no soñar por las noches con Sunny y su corazón en mi mano...?
Me preocuparía por ese puente cuando tuviera que cruzarle.
La tarde pasó mucho más rápido de lo que me podía haber imaginado, Blake y yo cogimos un taxi y paramos primero en el estudio fotográfico donde solía imprimir todos mis proyectos, allí estaba por fin el book de Violet.

Eran las nueve de la tarde en plena primavera Neworkina y todavía era de día aunque el sol comenzaba a ocultarse al otro lado de los rascacielos de Manhanthan.
En el infierno todavía no había ninguna actividad, los vampiros todavía no podían salir y la gente no llegaba hasta al menos las once de la noche.
El taxista nos preguntó unas seis veces que si estábamos seguros de que lo que buscábamos estaba en ese barrio y después de tranquilizarle y decirle que si otra seis veces, nos dejo bajar.
Ojala todo el mundo fuera como ese hombre, pensé mientras bajaba las maletas, la gente buena no era fácil de encontrar hoy por hoy.

En menos de dos minutos Nathan llegó a mi lado antes de que llegara a la puerta de su bar, decorada con una enorme boca con colmillos. No me lo esperaba y me abrazó con fuerza ante la sorprendida mirada de Blake.
Se sintió tan... familiar que no me aparté.

  • Estaba preocupado por ti – me dijo retirándose un poco avergonzado.
  • Estoy bien – reconocí con un susurro.
  • Estaba conmigo no tenías por qué preocuparte tanto – le dijo Blake mirándome con una extraña expresión. No había celos como cabía suponer, era más la mirada de un hermano mayor preocupado. Eso me gustó, no quería tener que tratar con sentimientos complicados en ese momento.
  • ¿Esas maletas? - preguntó quitándome la mía y llevándola él hasta dentro.
  • Toda mi ropa, a ver que información tenemos esta noche y donde me tengo que mudar o en que lugar del mundo me tengo que esconder.
  • En ningún sitio, te quedas en mi piso – me dijo sin dejar lugar a una discusión.
  • Necesito quedarme en un sitio más oculto, que te parece que me quede aquí en el bar – le sugerí bastante convencida de que era un lugar seguro.
  • Aquí le he dado alojamiento al demonio – reconoció molesto – nos ha ayudado mucho y a ti te ha mantenido a salvo muchas veces – reconoció muy poco entusiasmado por ese hecho – hizo cosas muy horribles en el pasado, no lo olvides – espetó antes de abrir la puerta de su despacho-reservado. Era la segunda vez que estaba en ese sitio, pero a diferencia de la primera, habían un invitado mas, Chris estaba al otro lado de la habitación apoyado en la pared y con los brazos cruzados.
  • Hola – dijo Dante con una sonrisa divertida en la cara. Estaba segura de que había visto el vídeo en el que asesinaba a la demonio. Alaric estaba mucho más feliz de verme que la primera vez – esto jamas pensé que seria capaz de verlo... un demonio del miedo, un cazador, dos vampiros, un semivampiro – dijo mirando de reojo a Nathan – y una quimera, en la misma sala de menos de veinte metros cuadrados y sin matarnos ente nosotros...
  • ¿Qué os parece si vamos al grano y cada uno expone lo que sabe? - dijo Chris acercándose al grupo y mirándome solo a mi. Me lanzó su bonita sonrisa ladeada a modo de saludo y fue directo al punto – todos los demonios han sido puestos en aviso y hay buenas recompensas por ella, siempre y cuando la lleven con vida. Dobreva todavía no ha llegado a Nueva York, estaba siguiendo una de esas pruebas falsas que os habéis pasado los últimos nueve años dejando por toda Europa – dijo Chris fulminándoles con la mirada. ¿Qué pruebas falsas? Me pregunté a mi misma, tomé nota mental para que no se me olvidara preguntarles más adelante.
  • Yo tengo contactos con una mediadora y me ha dicho que todos han recibido la foto de Norah, están buscándola como locos y son muy buenos, ella nos mantendrá informados – explicó Dante.
  • ¿Qué es un mediador? - pregunté.
  • Es un mestizo demonio-humano que trabaja para el tribunal, se encarga de sacar fuera de juego a los demonios y demás criaturas que hagan cosas que pongan en peligro nuestro secreto ante los humanos. Son algo así como cazadores de recompensas.
  • Fantástico – dijo Blake – odio a los mediadores – criticó.
  • Son lo mismo que tú pero del lado de los “malos”, así que no entiendo muy bien ese odio – le dijo Chris son una sonrisa socarrona. Blake se tensó en respuesta. No quise echar más leña al fuego, pero el demonio tenía razón, la situación de Blake y un mediador era la misma.
  • Bueno, olvidémonos de las riñas internas y centrémonos – dijo Alaric llamándonos a todos al orden.
  • ¿Cómo hacemos para atrapar a la perra de Dobreva? - preguntó Chris.
  • No hay un plan determinado, pero sabemos que viene de camino, por lo que una vez que esté aquí tendremos que averiguar donde se esconde y con un hechizo de una de nuestras brujas, vincular su sangre con la de Norah y así poder invocarla hacia nosotros – expuso Dante.
  • ¿Alguna idea mejor? - preguntó Alaric y el resto se quedo callado, la verdad es que nadie tenía algo mejor a ese plan lleno de lagunas y posibilidades...
  • ¿Dónde se quedará ella? - preguntó Blake.
  • Aquí – respondí de inmediato.
  • Ven conmigo a casa – me pidió Nathan.
  • No quiero poner en peligro a nadie mas, me quedo aquí con Chris, por el momento nadie nos buscará en este bar – expliqué.
  • Me parece bien – dijo Chris acercándose a mi por detrás y rodeando mi cintura. No me aparté de inmediato, pero los ojos de los vampiros se agrandaron con sorpresa y se miraron entre ellos y a Nathan. No quería que nadie llegara a conclusiones erróneas y me retiré de un tirón.
  • De acuerdo, pues yo también me quedo – comentó sin más Nathan.
  • No tengo ningún inconveniente – dije – pero no voy a dejar que me protejas si no te conviertes completamente en un vampiro, no puedo correr el riesgo de que te maten – expuse sin miramientos.
  • No puedo detenerlo... yo... no puedo, tengo que esperar... - sabía que se refería a esa mujer, una mujer que no le merecía y no pude evitar que la rabia y... los celos se apoderaran de mi por un segundo.
  • Ella no te merece, si se marchó olvídala y no hagas que te maten porque ella no sepa apreciar lo que tenía – espeté dejando a todo el mundo sorprendido.
  • Tú no lo entiendes... - dijo Nathan enfrentando sus ojos con los míos. Nos quedamos así por uno o dos minutos, me colé en esos ojos y no pude evitar que me hipnotizaran.
  • Nathan... Norah tiene razón – le dijo su hermano sacándonos de la nube extraña en la que nos habíamos sumergido.
  • ¡No! - gritó y sin más se fue por la puerta por la que habíamos entrado.
  • Necesito hablar contigo – le dije a Chris cuando Alaric y Dante fueron detrás de Nathan.
  • Yo me voy, si necesitas algo llámame – me dijo Blake acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla gesto que no pareció gustar al demonio que gruño por lo bajo. Vi una sonrisa maliciosa de Blake cuando escuchó el malestar del demonio y un brillo divertido en sus ojos me dijo que iba a cometer alguna estupidez segundos antes de que la hiciera.

Blake me beso en los labios con fuerza y me atrapó la cintura tirando de mi hacia él.
El beso solo duró tres segundos, los que tardó Chris en apartarle de un tirón.
Blake se reía divertido mientras se marchaba sin decirle ni una sola palabra al demonio o a mi. Lo único que entendí de su diatriba absurda de palabras y carcajadas fue “y no se ha dado cuenta todavía”
Nota mental otra vez. ¿De que no me había dado cuenta?



viernes, 25 de julio de 2014

Quimera




Capitulo 20





Después de varias discusiones con Blake terminó aceptando que por más que me lo pidiera y exigiera no me iba a ir a su apartamento.
Teníamos muchísima hambre y mientras hacíamos tiempo para ir al bar donde habíamos quedado con los demás, pasamos a un Burguer King y yo me comí dos menús gigantes enteritos dejando completamente abochornado a Blake que se conformó tan solo con uno.
Todo lo que había pasado era como un sueño, pero el poder que tenía corriendo por mis venas, la sensación de sentirme invencible, la falta de escrúpulos, remordimientos y compasión comenzaban a eliminarse de mi organismo de la misma manera que eliminaba la sangre de demonio y comencé a tener miedo,
¿mi yo normal seria capaz de no soñar por las noches con Sunny y su corazón en mi mano...?
Me preocuparía por ese puente cuando tuviera que cruzarle.
La tarde pasó mucho más rápido de lo que me podía haber imaginado, Blake y yo cogimos un taxi y paramos primero en el estudio fotográfico donde solía imprimir todos mis proyectos, allí estaba por fin el book de Violet.

Eran las nueve de la tarde en plena primavera Neworkina y todavía era de día aunque el sol comenzaba a ocultarse al otro lado de los rascacielos de Manhanthan.
En el infierno todavía no había ninguna actividad, los vampiros todavía no podían salir y la gente no llegaba hasta al menos las once de la noche.
El taxista nos preguntó unas seis veces que si estábamos seguros de que lo que buscábamos estaba en ese barrio y después de tranquilizarle y decirle que si otra seis veces, nos dejo bajar.
Ojala todo el mundo fuera como ese hombre, pensé mientras bajaba las maletas, la gente buena no era fácil de encontrar hoy por hoy.

En menos de dos minutos Nathan llegó a mi lado antes de que llegara a la puerta de su bar, decorada con una enorme boca con colmillos. No me lo esperaba y me abrazó con fuerza ante la sorprendida mirada de Blake.
Se sintió tan... familiar que no me aparté.

  • Estaba preocupado por ti – me dijo retirándose un poco avergonzado.
  • Estoy bien – reconocí con un susurro.
  • Estaba conmigo no tenías por qué preocuparte tanto – le dijo Blake mirándome con una extraña expresión. No había celos como cabía suponer, era más la mirada de un hermano mayor preocupado. Eso me gustó, no quería tener que tratar con sentimientos complicados en ese momento.
  • ¿Esas maletas? - preguntó quitándome la mía y llevándola él hasta dentro.
  • Toda mi ropa, a ver que información tenemos esta noche y donde me tengo que mudar o en que lugar del mundo me tengo que esconder.
  • En ningún sitio, te quedas en mi piso – me dijo sin dejar lugar a una discusión.
  • Necesito quedarme en un sitio más oculto, que te parece que me quede aquí en el bar – le sugerí bastante convencida de que era un lugar seguro.
  • Aquí le he dado alojamiento al demonio – reconoció molesto – nos ha ayudado mucho y a ti te ha mantenido a salvo muchas veces – reconoció muy poco entusiasmado por ese hecho – hizo cosas muy horribles en el pasado, no lo olvides – espetó antes de abrir la puerta de su despacho-reservado. Era la segunda vez que estaba en ese sitio, pero a diferencia de la primera, habían un invitado mas, Chris estaba al otro lado de la habitación apoyado en la pared y con los brazos cruzados.
  • Hola – dijo Dante con una sonrisa divertida en la cara. Estaba segura de que había visto el vídeo en el que asesinaba a la demonio. Alaric estaba mucho más feliz de verme que la primera vez – esto jamas pensé que seria capaz de verlo... un demonio del miedo, un cazador, dos vampiros, un semivampiro – dijo mirando de reojo a Nathan – y una quimera, en la misma sala de menos de veinte metros cuadrados y sin matarnos ente nosotros...
  • ¿Qué os parece si vamos al grano y cada uno expone lo que sabe? - dijo Chris acercándose al grupo y mirándome solo a mi. Me lanzó su bonita sonrisa ladeada a modo de saludo y fue directo al punto – todos los demonios han sido puestos en aviso y hay buenas recompensas por ella, siempre y cuando la lleven con vida. Dobreva todavía no ha llegado a Nueva York, estaba siguiendo una de esas pruebas falsas que os habéis pasado los últimos nueve años dejando por toda Europa – dijo Chris fulminándoles con la mirada. ¿Qué pruebas falsas? Me pregunté a mi misma, tomé nota mental para que no se me olvidara preguntarles más adelante.
  • Yo tengo contactos con una mediadora y me ha dicho que todos han recibido la foto de Norah, están buscándola como locos y son muy buenos, ella nos mantendrá informados – explicó Dante.
  • ¿Qué es un mediador? - pregunté.
  • Es un mestizo demonio-humano que trabaja para el tribunal, se encarga de sacar fuera de juego a los demonios y demás criaturas que hagan cosas que pongan en peligro nuestro secreto ante los humanos. Son algo así como cazadores de recompensas.
  • Fantástico – dijo Blake – odio a los mediadores – criticó.
  • Son lo mismo que tú pero del lado de los “malos”, así que no entiendo muy bien ese odio – le dijo Chris son una sonrisa socarrona. Blake se tensó en respuesta. No quise echar más leña al fuego, pero el demonio tenía razón, la situación de Blake y un mediador era la misma.
  • Bueno, olvidémonos de las riñas internas y centrémonos – dijo Alaric llamándonos a todos al orden.
  • ¿Cómo hacemos para atrapar a la perra de Dobreva? - preguntó Chris.
  • No hay un plan determinado, pero sabemos que viene de camino, por lo que una vez que esté aquí tendremos que averiguar donde se esconde y con un hechizo de una de nuestras brujas, vincular su sangre con la de Norah y así poder invocarla hacia nosotros – expuso Dante.
  • ¿Alguna idea mejor? - preguntó Alaric y el resto se quedo callado, la verdad es que nadie tenía algo mejor a ese plan lleno de lagunas y posibilidades...
  • ¿Dónde se quedará ella? - preguntó Blake.
  • Aquí – respondí de inmediato.
  • Ven conmigo a casa – me pidió Nathan.
  • No quiero poner en peligro a nadie mas, me quedo aquí con Chris, por el momento nadie nos buscará en este bar – expliqué.
  • Me parece bien – dijo Chris acercándose a mi por detrás y rodeando mi cintura. No me aparté de inmediato, pero los ojos de los vampiros se agrandaron con sorpresa y se miraron entre ellos y a Nathan. No quería que nadie llegara a conclusiones erróneas y me retiré de un tirón.
  • De acuerdo, pues yo también me quedo – comentó sin más Nathan.
  • No tengo ningún inconveniente – dije – pero no voy a dejar que me protejas si no te conviertes completamente en un vampiro, no puedo correr el riesgo de que te maten – expuse sin miramientos.
  • No puedo detenerlo... yo... no puedo, tengo que esperar... - sabía que se refería a esa mujer, una mujer que no le merecía y no pude evitar que la rabia y... los celos se apoderaran de mi por un segundo.
  • Ella no te merece, si se marchó olvídala y no hagas que te maten porque ella no sepa apreciar lo que tenía – espeté dejando a todo el mundo sorprendido.
  • Tú no lo entiendes... - dijo Nathan enfrentando sus ojos con los míos. Nos quedamos así por uno o dos minutos, me colé en esos ojos y no pude evitar que me hipnotizaran.
  • Nathan... Norah tiene razón – le dijo su hermano sacándonos de la nube extraña en la que nos habíamos sumergido.
  • ¡No! - gritó y sin más se fue por la puerta por la que habíamos entrado.
  • Necesito hablar contigo – le dije a Chris cuando Alaric y Dante fueron detrás de Nathan.
  • Yo me voy, si necesitas algo llámame – me dijo Blake acercándose a mi y dándome un beso en la mejilla gesto que no pareció gustar al demonio que gruño por lo bajo. Vi una sonrisa maliciosa de Blake cuando escuchó el malestar del demonio y un brillo divertido en sus ojos me dijo que iba a cometer alguna estupidez segundos antes de que la hiciera.

Blake me beso en los labios con fuerza y me atrapó la cintura tirando de mi hacia él.
El beso solo duró tres segundos, los que tardó Chris en apartarle de un tirón.
Blake se reía divertido mientras se marchaba sin decirle ni una sola palabra al demonio o a mi. Lo único que entendí de su diatriba absurda de palabras y carcajadas fue “y no se ha dado cuenta todavía”
Nota mental otra vez. ¿De que no me había dado cuenta?


Te vas sin dejarme un comentario....

Te vigilo....


Mapa de visitas