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sábado, 19 de julio de 2014

Quimera




Capitulo 13



Me pase todo el día dándole vueltas a lo que le había hecho a Chris y me sentí completamente miserable… pero no podía engañarme a mí misma, su beso me había gustado mucho más de lo que admitiría jamás en voz alta.
Había algo en él que me atraía, pero no podía olvidar que era un asesino, que no pestañeaba ni dudaba a la hora de arrancar una vida. Hasta ese momento yo había vivido en un burbuja y era ahora cuando empezaba a salir del cascaron.
Otra de las cosas a las que daba vueltas era a mi reunión esa noche con Nathan. No le había contado a nadie, y mucho menos a Chris, que había quedado con el vampiro, había algo en su forma de mirarme y de hablarme que me resultaba familiar y acogedor, no creía que estuviera en peligro estando con él, pero tampoco es que yo fuera muy buena suponiendo cosas, así que me juré a mi misma que estaría alerta durante todo el tiempo que durase nuestra reunión.
Había vuelto a beber sangre por lo que el vampiro no iba a poder meterse en mi cabeza y hacerme recordar, ¿sería posible que me hiciera recordar el año entero que estuve ausente? ¿o solo recordaría algunos episodios? Sé que debía estar más ansiosa y emocionada por ponerle fin a ese lapsus en mi vida, pero me daba miedo, ¿Qué tipo de cosas me habían pasado o cuanto había sufrido durante ese año? Por un lado quería saberlo, pero por otro lado me angustiaba la idea de que recordar ese tiempo pudiera cambiarme, o cambiar la forma de pensar sobre alguien o algo… La cabeza me iba a explotar.
Antes de que siguiera martirizándome en la ducha, alguien toco la puerta de mi loft que esos últimos días se había convertido en un hervidero de gente entrando y saliendo y ya no solo por la puerta, que ahora también entraban y salían por la venta.


Para mi sorpresa quien estaba frente a mi puerta era Blake y venia con una de sus sonrisas de perro abandonado, por lo que imagine que quería que nos fumáramos la pipa de la paz.

  • Siento mucho todo Norah... en serio estoy pasándolo fatal contigo tan cabreada, tu padre como loco porque no le llamas... - Explicó mientras le hacia una seña para que entrara
  • Esta bien, a mi tampoco me gustar estar así con todos, pero necesito tiempo – argumenté dándole a mi mejor amigo un abrazo.
  • Te hecho de menos – dijo devolviéndomelo con fuerza.
  • Darme un poco de tiempo y todo volverá a ser como antes o incluso mejor – aseguré. Antes de que me diera tiempo a decir nada más Blake se tensó en mis brazos y noté como miraba hacia todas partes. Algo había detectado.
  • ¿Que.. - me puso un dedo en la boca para que no hablara y vocalizó “hay una amenaza en tu puerta”, ese fue mi momento para tensarme, ¿era posible que Chris se hubiera descuidado con sus defensas? Varios golpes secos retumbaron en la puerta y Blake me instó para que abriera, mientras el se escondía detrás.
  • Voy – dije mientras me encaminaba nerviosa para abrir a quien quiera que fuese el intruso, solo rezaba para que no fuera Chris. Para mi sorpresa la persona que apareció en el umbral era Lesly.
  • Hola – saludó divertida. Yo me quedé un poco bloqueada, pues no la esperaba y mucho menos esperaba que Blake la confundiera con una amenaza, pero aun así no delaté su posición.
  • Imagino que vienes a buscar los harapos – dije refiriéndome a la ropa que había llevado puesta la noche anterior y que había quedado hecha jirones.
  • Si, y también a por el micro y la cámara que realmente es lo que más necesito - prosiguió ella con un timbre extraño en la voz. Me estaba mintiendo y yo comencé a ponerme nerviosa. Fui hacia el sofa donde estaba la bolsa que iba a bajar yo misma a la comisaria y la deje entrar en el apartamento.
  • Aquí tienes – le dije mientras le tendía el bulto, fue en un visto y no visto cuando agarró mi muñeca y me pinchó con un aparato.

Blake salió disparado como una bala contra ella, pero no era tonta y de alguna manera inexplicable ambos nos quedamos congelados en el sitio.
Eramos estatuas de carne y hueso completamente paralizadas, una sensación horrible, si me permitís el apunte.
Lo único bueno de ese momento fue que me di cuenta de que ahora comenzaba a sentir con los subnature algo parecido a lo que sentía con los humanos, podía saber si mentían o no, pero no de la misma forma, eran más bien como corazonadas, tomé un apunte mental de ese hecho para estudiarlo más tarde, si es que había un más tarde, y me propuse también buscar cual había sido el desencadenante, aunque algo en mi interior me decía que ese desencadenante de esos nuevos o más fuertes poderes, era la sangre humana.

  • ¿Pensabas que no sabía que tenías un cazador rondándote? - preguntó ella con una macabra carcajada – este hechizo lo aprendí de mi madre bruja, no podréis desparalizaros hasta que no vuelva a por vosotros con más refuerzos. El aparató con el que me había pinchado pitó y se encendió una luz vez - ¡Eres la quimera! - gritó a pleno pulmón – Olivia va a darme mucho por ti – me dijo contenta mientras arrimaba su rostro al mio.
  • Zorra – consiguió decir Blake con mucho esfuerzo.
  • Ayer cuando los sanitarios te tomaron sangre comencé a sospechar... hoy cuando han sonado todas las alarmas de que la Quimera estaba en Nueva York, ha sido fácil atar cabos, Olivia ya viene hacia aquí y yo soy la única persona que sabe de tu identidad – su monologo comenzaba a resultar un tanto narcisista – Debes de tener gente poderosa cubriéndote la espalda – insinuó – hay alguien que esta borrando todas las pruebas de esa sangre y todo lo que pueda apuntar a ti, pero yo ya te tengo – se veía que estaba disfrutando con todo aquello.

Esa vez estaba preparada para ver lo que iba a ocurrir en ese momento, pude ver a Chris parado bajo el marco de la puerta con una macabra sonrisa. Lesly no había reparado en él cuando en menos de dos segundos se situó tras ella y quebró su cuello sin miramientos.

  • Muerto el perro se acabo la rabia – dijo el demonio dejando caer el cuerpo inerte como si fuera un muñeco de trapo. Por rabia se refería al hechizo, que una vez cayó muerta, Blake y yo nos descongelamos.
Antes de que pudiera decir algo o explicarle todo a Blake, este ya se había lanzado contra Chris, que dicho sea de paso había esquivado todos sus golpes.
Me empezó a entrar el pánico y pude ver en mi cabeza como Chris le partía el cuello a mi mejor amigo sin derramar una gota de sudor y sin ningún arrepentimiento.
Sin pensarlo demasiado me sitúe entre ellos dos justo cuando Blake estaba lanzando una pata.
Como si lo estuviera viendo a cámara lenta, pude divisar la pierna del cazador girando y apuntando con precisión a mi pecho que era el equivalente al estomago de Chris.
Cerré los ojos lista para el impacto, pero no sucedió nada, unos brazos fuertes me agarraron por detrás y fue cuando escuche el quejido de Chris que comprendí que había recibido el golpe por mi.
Grité y grité como una loca a Blake para que parase y juraría que incluso lo empuje contra la pared. Estaba completamente fuera de mi misma.

  • ¡No os matéis! Y escucharme – ordené dejándolos uno en cada punta del loft.
  • Blake, él ha esta ayudándome, sé lo que es, pero no es malo – luego de decir eso lo pensé mejor y añadí – bueno... conmigo no se ha portado mal – eso era más creíble. El demonio me lanzó una sonrisa macabramente sexy.
  • ¡Es un demonio! ¡Estas ciega! - me gritó mi mejor amigo. Se había convertido en una costumbre que cada vez que venia a mi casa ocurrí era algo y termináramos discutiendo de nuevo.
  • ¡Yo también! - grité admitiendo por primera vez en la vida que, me gustase o no yo era mitad demonio, algo que pareció calmar al cazador.
  • Tú eres diferente – refunfuño mi mejor amigo.
  • No os voy a pedir una convivencia pacifica, porque eso no existe, pero os pido respeto e indiferencia mutua – solicité.
  • Por mí no hay problema – dijo el demonio.
  • ¿Te le estas tirando? - preguntó Blake dejándome a cuadros.
  • ¡No! - grité enfadada – si no aceptas esta tregua con él – dije señalando a Chris – no pienses en volver por aquí, ademas te ruego que esto quede entre nosotros dos, no quiero que papa o la tía Mary lo sepan – vi una mueca de desagrado en la cara del demonio, pero tenía que ser franca y clara en esos momento para evitar males mayores.
  • Esta bien, llámame si necesitas algo – me dijo antes de encaminarse a la puerta.
  • ¿Qué me dices de lo otro? - pregunté nerviosa mientras le veía marcharse.
  • No les diré nada por el momento, pero si algo pasa... - me bastaba esa promesa, en realidad era más de lo que me esperaba de Blake.
  • Gracias – le dije de corazón y antes de que me diera tiempo a decir cualquier otra cosa cerró la puerta y se fue.
  • Voy a deshacerme de eso – espetó el demonio sin mostrar ningún sentimiento. Lo dijo como si me hubiera dicho que había que deshacerse del pollo estropeado de la nevera.






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