Capitulo 1
Aislyn
Dentro
de sólo tres días iba a tener lugar la ceremonia de mi graduación,
mis nervios estaban a flor de piel y aunque ya había presenciado las
ceremonias de mis seis hermanos y sabía perfectamente que tenia que
hacer y que iba a suceder, un nudo en mi estomago me hacia desconfiar
más de lo normal. Mi nombre es Aislyn Macbeth y soy una bruja, uno
de mis mejores dones es la clarividencia y mi instinto me decía que
algo no andaba bien. Normalmente lo que veo o siento sobre el futuro
o pasado está relacionado con terceras personas, no puedo vislumbrar
nada sobre mí misma, así que, en un principio estaba tranquila, mi
desasosiego sólo tenía que ver con las ansias que tenía de
graduarme. Vivo en un pequeño y frío poblado de las tierras altas
escocesas, no he salido del Coven nunca, puesto que ninguna bruja
puede salir sin su guardián, todas las criaturas mágicas nos
dividimos en dos bandos, la luz y la oscuridad, el bien y el mal,
aquí no hay término medio. Las brujas nos graduamos con veintitrés
años, y ese día se invoca a nuestro protector y mentor, ángeles y
Tuatha
Dé Danann de la luz son nuestros guías y siervos hasta que somos
capaces de arreglárnoslas solos, cuando eso sucede, ellos quedan
libres y regresan a su propia vida. Pronto yo tendré mi propio guía.
Los brujos vivimos
lejos de la civilización hasta cumplir los veintitrés años porque
nuestra magia es demasiado fuerte para poder controlarla antes y
tenemos que seguir en la oscuridad, en la ignorancia para el resto
del mundo. Yo ya era casi una experta controlando los hechizos y las
pociones y había sido dotada de un poder poco común en mi
comunidad, era capaz de manipular el fuego, muy pocas personas eran
capaces de controlar este elemento, la mayoría de mis amigos y
familia sólo podían manipular uno de los otros tres elementos
restantes o ninguno, pero eso no significaba que fuera la más
poderosa sino todo lo contrario, mi poder era inferior al de mis
hermanos y al de muchos de mis amigos, ya que mi don más potente era
pasivo. La clarividencia.
- Solo faltan dos días para tu graduación, ¿estas nerviosa? – mi amiga Eilen estaba más eufórica que yo, a ella todavía le quedaban seis meses para su cumpleaños y correspondiente ceremonia y estaba viviendo mis últimos días como si fueran los suyos.
- La verdad es que si, tengo un nudo en el estómago – le confesé.
- Todo va a ser genial, muchas gracias por invitarme a participar, es un honor – Eilen era hija única y no había asistido a ninguna ceremonia de graduación, yo se lo había comentado a mis padres y ellos me animaron a invitarla.
- ¿Te llevarás a Zaphirah cuando te marches del Coven? – Zaphirah era mi gata, ambas eramos inseparables, pero la verdad era que no había pensado en ella durante estos últimos días.
- ¡Claro que si!, ella es mi amuleto de la suerte – yo no tenia muchos amigos, solo Eilen y Ryan a quienes quería como si fueran mis hermanos. Nunca había necesitado amigos, siempre había estado rodeada de gente, tengo tres hermanos y tres hermanas con quienes siempre he tenido una relación maravillosa, pero todos se fueron al mundo exterior y ya solo podia hablar con ellos por teléfono y muy de vez en cuando. Cuando mi última hermana, Ronda, se marcho hacia ya tres años, me quede bastante sola y Ryan y Eilen fueron mi mejor apoyo.
- ¿Dónde está Ryan? – me preguntó. Ella siempre había estado enamorada de él y siempre estaba pendiente de donde andaba y con quien.
- Creo que ya va siendo hora de que le digas lo que sientes por él, dentro de un mes es su graduación y se marchara del Coven – no me gustaba meter el dedo en la llaga, pero no quería que mi mejor amiga se estuviera castigando por esto toda la vida, era hora de instigarla a dar el primer paso.
- No es tan fácil, tú nunca te has enamorado, no sabes lo difícil que es, no puedes imaginarte el miedo tan horrible que tengo a que me rechace… – ambas sabíamos por lo que yo había pasado hacia ya tres años, Eilen estaba abochornada por sus palabras y se había quedado pálida. sabía que yo si había amado a alguien. Había amado al mayor hijo de perra que existía. Trevor.
Todo el dolor y la
ira volvieron a recordarme aquella tarde de verano en la que descubrí
que los cuatro años que había estado saliendo con ese chico habían
sido una farsa. Jamás me había amado y se había estado riendo de
mi con sus amigos todos y cada uno de los minutos de nuestra
relación. El día que decidí ir a buscarle a los vestuarios de los
chicos, fue el peor de mi vida. Las palabras y las carcajadas todavía
resonaban en mi cabeza.
- ¿Por qué estás con ella si no la quieres? – preguntó uno de los chicos.
- Es divertido tener un perrito faldero, además es buena en la cama – las risas y preguntas curiosas de sus amigos fueron respondidas por Trevor al detalle. Las ganas de vomitar y esconderme bajo tierra me tenían paralizada en la puerta del vestuario. Me quede totalmente bloqueada, incluso mi llanto fue mudo.
- ¿Os imagináis la cara de imbécil que se le quedará cuando me marche a trabajar como cazador y la haga quedarse aquí sin graduarse a esperarme? – otra vez las risas volvieron a elevarse - ¿y cuando vea que no regreso nunca?
- A mi me parece que te estas pasando un poco… no sé, no parece mala chica… además es la hermana de tu mejor amigo - uno de sus amigos intentó sin éxito defenderme.
- Él ya no es mi mejor amigo y si quieres, puedes follártela cuando me marche – le espetó Trevor sin parar de reírse.
Ese
día me marche corriendo a casa de Eilen y solo allí pude
desahogarme. Mi amiga siempre me decía que debía haber abierto esa
puerta para defenderme, pero en ese momento no pude. Días más
tarde, le enfrenté a solas y le pedí explicaciones mientras me
desarmaba en llantos. La única respuesta que obtuve de él se me
quedo grabada en la cabeza para siempre. “Eres
abominablemente aburrida. Tendrías que estarme agradecido, has
podido estar con un hombre de verdad por primera y última vez en tu
vida”.
Tenia razón en eso… no volvería a dejar a ningún hombre o niñato
acercarse a mi nunca.
- Lo siento Aislyn, no quería decir eso y volver a recordarte todo, no era… - la paré en seco. No necesitaba que se disculpara.
- Tranquila, no hay problema – deje ese tema arrinconado en ese lugar oscuro de mi corazón y retomé el tema que teníamos entre manos. Ryan y Eilen. Ambas sabíamos que a Ryan sólo le interesaba Melody, una de las chicas más bonitas del Coven. Esto al fin y al cabo es un pueblo pequeño, todos nos conocíamos y sabíamos sobre la mayoría de los secretos de los demás, era muy difícil ocultar cosas allí.
- Bueno, haz lo que quieras con respecto a Ryan – no quería arrojarla a un pozo sin fondo, no quería sentirme culpable si Ryan la rechazaba o le hacía lo mismo que Trevor me hizo a mi, así que finiquité el tema.
- ¿Qué vas hacer esta noche? – me preguntó dirigiendo así la conversación a otro derrotero.
- Dormir – estaba exhausta, los nervios por mi graduación estaban acabando conmigo.
- Vaya planazo… - la ironía no era lo suyo. No pude evitar reírme y ella no pudo evitar que le contagiara la histeria.
Allí estábamos
las dos sentadas en los sofás de los salones de la casa principal
del Coven riéndonos como idiotas. La temperatura fuera había
alcanzado los seis grados bajo cero y el mejor sitio para pasar el
rato eran esos salones. Los mayores habían acondicionado una salas
para que los jóvenes pasásemos el tiempo charlando y viendo la
tele. Ese día solo estábamos nosotras dos, por lo que pudimos ser
todo lo escandalosas que quisimos, y entre una tontería y otra
nuestra risa y nuestros nervios inundaron el ambiente, creando una
armonía pacifica y relajada. Lo que ninguna de las dos sabíamos en
ese momento era que esa seria la última vez que nos reiríamos
juntas, aunque yo algo presentía.
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