Aviso importante

Las novelas aquí publicadas son de mi autoría y están registradas en el registro de la propiedad intelectual de España a mi nombre.
Para cualquier duda o aclaración, se puede contactar conmigo al correo: alba.galvez1985@gmail.com

martes, 30 de septiembre de 2014

Ragnarok 45




Transportada a la batalla”

Aislyn

Nada más llegar a la cabaña algo extraño me sucedió, sentí mi cuerpo arder y brillar como un diamante al sol y en menos de dos segundos ya no estaba junto a Keiran, me había o me habían teletransportado.
Cuando mis ojos se aclararon pude ver donde estaba, era un callejón, oscuro y apestoso, la voz de alguien conocido hizo que me diera la vuelta para enfrentarlo. Alec. El detective Alec estaba disparando con un arma de un calibre bastante importante a un individuo. Fui en su ayuda, pero antes de llegar, la certeza de lo que estaba pasando me golpeó como un mazo. Alec estaba luchando contra un nox.
Lancé varias bolas eléctricas al demonio, pero no sirvieron de nada, solo dejo de avanzar en dirección al detective y me enfrentó a mi.
Luché cuerpo a cuerpo contra él, pero era mucho más fuerte que yo, mis hechizos y conjuros no eran suficiente para derrotarlo, empezaba a estar muy mal herida cuando un disparó certero en la cabeza del demonio consiguió desestabilizarle y darme la oportunidad de arrancarle la cabeza con mis propias manos.

  • Lo siento – dijo Alec mientras se arrodillaba a mi lado. Estaba tendida en el suelo bastante mal herida como para decirle ni una sola palabra – no sabía que el talisman te transportaria a ti para ayudarme, si no no te hubiera puesto en peligro, ¿estas bien? Contestarme por favor – yo asentí con la cabeza - ¿Dónde demonios está Keiran? - gritó enfadado.
  • Detrás de ti hijo de puta – dijo un gruñido que jamas pensé que me fuera alegrar de escuchar – voy a matarte – amenazó.
  • No malgastes mis esfuerzos, yo le he salvado, no puedes matarle – dije a duras penas – ayudame a levantarme.
  • Os debo un favor, pedirme lo que queráis – dijo el detective. De pronto se me ocurrió algo muy interesante y le hice mi petición especial.
  • Infiltrate en la familia Freys, necesitamos saber todo lo que se cuece dentro de la mansión, eres un buen entendido en demonios y has luchado contra ellos, eso les viene muy bien, ademas – dije conjurando mi grimorio – aquí tendrás todo lo que necesites saber sobre el mundo sobrenatural, informales de todo.
  • ¿Cual es la misión? - preguntó. Keiran le explico todo lo que tenia que saber sobre la familia Freys, donde encontrarles, las profecías y la grieta en el submundo. Alec aceptó la misión encantado y nosotros le dimos el numero de teléfono que teníamos en la cabaña para que nos contactara cuando ocurrieran las cosas que según las profecías tenían que pasar.

No supe nada más de Alec, me desplomé sobre los brazos de mi hombre y me dirigí hacia la inconsciencia que se tornaba muy pacifica y placentera.


lunes, 29 de septiembre de 2014

Ragnarok 43





Una visita inesperada”
Aislyn


Estuvimos toda la mañana y parte de la tarde pensando que decirles a los humanos y lo más importante, como encontrarlos, Keiran hizo algunos viajes para ver a algunos conocidos y por fin dimos con la dirección de la familia Freys, vivían a las afueras de Nueva Orleans, en un caserío. Decidimos no visitar a la familia del otro elegido ya que según la última información que teníamos, la mayoría de los consejeros de la matriarca, eran demonios del bando de Val y no queríamos meternos en la boca del lobo.
Nos conformábamos con que uno de los dos supiera la verdad y confiábamos en que el otro elegido le escuchará cuando llegará el momento.
Keiran y yo nos pusimos unos cómodos vaqueros y unos abrigos negros y no perdimos mucho tiempo. Cogí el mapa que nos había dado Raphaela para entregárselo a Arthur Freys y que los chicos pudieran encontrarnos.
Nos transportamos y aparecimos en los jardines de la mansión colonial donde vivían los humanos, inmediatamente después nos dirigimos juntos hacia la puerta.
No nos dio tiempo llamar. Un chico joven nos abrió sorprendido.
  • Veníamos a hablar con el señor Arthur Freys – dijo Keiran con voz alta y clara.
  • ¿Son ustedes amigos? - preguntó.
  • No, pero lo seremos. Tenernos información muy importante que darle - contesté yo.
  • Pasen y esperen aquí, voy a buscar a mi abuelo – dijo el muchacho. No tendría ni quince años pero hablaba ya como un hombre mayor.
  • ¿Cómo te llamas? - pregunté antes de que se perdiera por las puertas y los pasillos de la mansión.
  • Soy Gregory Freys – contestó lanzándome una sonrisa y salió corriendo en busca del patriarca.
  • Me gusta más esta casa que la nuestra – dijo Keiran mientras esperábamos.
  • Pues yo prefiero la nuestra, es mucho más acogedora – él me miró y beso mi frente con dulzura -¿Crees que nos va a creer? – pregunté a Keiran
  • Eso espero – dijo sin perder de vista ningún solo detalle del hall. Siempre estaba alerta.
  • Buenas noches – dijo una voz grave y varonil desde uno de los pasillos, segundos después un hombre canoso de ojos verdes salió a la tenue luz de la sala - ¿Quiénes sois?
  • Verá, esto le va a sonar muy extraño, pero venimos a darles información sobre… bueno, el fin del mundo – los ojos del que supuse era Arthur Freys se agrandaron y miraron hacia todas las direcciones con miedo a que nos hubiera escuchado alguien.
  • Acompáñenme a mi despacho y hablamos tranquilamente, soy Arthur Freys y ¿ustedes son? – pregunto mientras nos guiaba por un largo pasillo hasta una gran puerta doble de madera.
  • Somos Aislyn y Keiran – respondió mi demonio que no se apartaba de mi ni un solo milímetro. El hombre se sentó detrás de un escritorio que valía al menos diez de los grandes, y encendió un gran puro, nos señalo dos silla para que tomásemos asiento frente a él.
  • Contarme que sabéis – instó mientras daba una gran calada del que por el olor identifique como un buen puro habano.
  • De los dos elegidos humanos, ustedes es tan más al tanto que la otra familia sobre el mundo sobrenatural, ellos están bajo… digamos influencias del otro bando. Queremos explicarles que para cerrar la grieta que se ha abierto esta noche, entre el submundo y nuestro mundo, sus elegidos deben encontrarnos a nosotros cuando tengan los poderes que se supone que van a adquirir, no hay nada escrito en las estrellas sobre ese momento y no hay nada que nos indique cuando va a suceder. Tenemos constancia de que ustedes llevan siglos pasando este secreto de generación en generación, queremos que pasen también algo más al elegido de su familia, queremos darle este mapa – dijo Keiran mirándome mientras yo sacaba de mi bolsillo el mapa que me había dado Raphaela. En el momento que lo cogió sufrí el deja vu que había estado esperando. Mi premonición se estaba cumpliendo al pie de la letra.
  • ¿Saben? la familia Calaghan tiene una opinión completamente distinta a la de ustedes, muchos años de espionaje, algo de lo que no me siento muy orgulloso, pero que ha resultado muy útiles, nos ha ofrecido un poco de claridad sobre sus creencias, ellos creen que hay que encontrar a una pareja de demonios con las iniciales A y K, como ustedes y que hay que matarlos frente al portal para así poder sellarlo, ya que ellos fueron los causantes del problema inicial y de la abertura, que se supone va a destruir el mundo. He observado que nos llaman humanos, por lo que no estoy muy equivocado al imaginar que ustedes no lo son, ¿cierto? – yo asentí con la cabeza y Keiran tomo la palabra.
  • Nosotros venimos por nuestra propia voluntad a traerles esta información que les será de mucha ayuda en el futuro, cuando sus hijos o nietos sean elegidos por los poderes para parar la demolición del planeta, lo que hagan con esta información ya es cosa suya. La otra familia está ciega, no ha visto a los demonios colarse por la puerta de atrás y ahora están presidiendo las reuniones de su congreso - ¿Cómo demonios sabía eso Keiran? Tome buena nota mental para preguntárselo después.
  • Les creo – dijo el señor Freys para mi sorpresa, nuestros libros, los que como usted muy bien ha dicho, han pasado de generación en generación, nos han enseñado mucho sobre ustedes y sobre su posible destino. Tenga en cuenta que este mapa se lo daré al elegido y le haré saber que ustedes son sus aliados, al menos por el momento – eso ultimo no me gustó y Keiran no perdió el tiempo en preguntar.
  • Por el momento... – insinuó mi demonio haciendo que sus ojos brillasen. El señor Freys no se inmutó. Fuer sorprendente, era el único hombre humano o sobrehumano que no le tenia miedo, algo que también desconcertó al demonio.
  • Si ustedes son un impedimento para la misión o atacan a mi elegido, él o ella tendrá derecho y obligación de darles caza. Entiendan mis preocupaciones – lo de darles caza enervó un poco a Keiran, le tomé suavemente del brazo y le tranquilicé con la mirada.
  • Cuénteme, ¿Qué se supone que va a ocurrir?¿saben quien es el elegido? ¿Cuándo va a desarrollar los poderes? – no lo pude evitar, la diatriba de preguntas salia a marchas forzadas por mi boca y no pude pararla, pero para mi sorpresa, al señor Freys no pareció molestarle.
  • Se habla de que el elegido tomará sus poderes y su destino cuando el mundo este casi al borde del abismo, por lo que imaginamos todavía tardará un poco, o al menos eso esperamos, los poderes… no sabemos de que tipo serán. Pero si sabemos que él o la elegida tendrá veintiséis años cuando suceda.

Una mujer rubia de mediana edad entró en el despachó después de dar varios golpecitos en la puerta.

  • Arthur, la señora Calaghan está al teléfono, ha perdido los modales, quiere hablar contigo, según ella es un asunto de vida o muerte – dijo la que imaginé era la secretaria.
  • Esta bien, esperen un momento, no es algo normal que ella me telefonee, tiene que haber pasado algo – se excusó el señor Freys saliendo apresuradamente del despacho. La mujer se quedó allí con nosotros.
  • ¿Desean los señores algo de beber? - preguntó con la voz temblorosa cuando su mirada se posó en el increíble espécimen que tenia a mi lado. Keiran me dejo contestar a mi.
  • No, gracias, muy amable, estamos bien así – respondí lo más cariñosamente posible. A la mujer la faltaba un minuto para desmayarse.
  • Ha pasado – dijo el señor Freys entrando rápidamente por la puerta, la mujer no se esperó y salió corriendo – el elegido de los Calaghan se ha despertado o lo que quiera que haya pasado, no me ha contado nada, pero tiene que ser grave, ¿podéis vosotros enteraros de lo que ha ocurrido?
  • Espera unos minutos – dijo Keiran mientras se desvanecía.
  • ¿Qué demonios sois? - me preguntó mientras agrandaba los ojos.
  • Usted mismo lo ha dicho – le dije sin pensar, él inmediatamente se puso a la defensiva, rápidamente me corregí – Él es un Nephelim, uno de los buenos y yo soy una bruja blanca – dudé, ahora la mayoría de mi Coven me consideraría una bruja oscura, pero eso a nadie le importaba ya. Keiran volvió a aparecer de la nada con noticias muy extrañas.
  • Al parecer la elegida se llama Idris y se ha quedado fosilizada en una cama con otro chico – El señor Freys y yo nos quedamos con cara de poker y Keiran entró en detalles – es como si se hubiera congelado, yo escuché a un primo suyo decir que era como un fósil humano.
  • Son noticias interesantes – dijo el patriarca mientras se sentaba de nuevo en su butacón.
  • Nosotros tenemos que marcharnos, nadie puede ir a esa dirección que le hemos entregado, si alguien que no sean los elegidos aparece por allí, los mataremos, ¿lo ha entendido? - dijo Keiran al hombre, esté me miró a mi.
  • ¿De los buenos? - me preguntó alzando una ceja.
  • De los buenos, pero ninguno de los dos somos tontos – confirmé mientras ambos nos desvanecíamos.





domingo, 28 de septiembre de 2014

Ragnarok 42


Os había tenido este fin de semana bastante abandonados, pero me ha dado por intentar hacerme un vestido y eso ha ocupado todo mi tiempo, pero ya estoy aquí y para compensaros publico estos tres capítulos.

Queda poco para el final de la primera parte de Ragnarok, la segunda parte comenzaré a subirla a partir del día 8 de octubre.

A seguir disfrutando!!

La pulsera de la libertad”


A la mañana siguiente desperté abrazada a mi demonio bajo las mantas y sabanas blancas de la cama. El sol se alzaba alto por lo que supuse que seria cerca de las doce de la mañana del día veinticinco de noviembre. Jamas iba a olvidar aquella fecha y mucho menos aquella noche.
Keiran comenzó a besarme tiernamente la frente y yo alcé los ojos para mirarle. ¿Cómo no me había dado cuenta desde el primer día de que era perfecto? Sus rasgos, sus ojos su pelo moreno siempre despeinado y su sonrisa, esa que me calentaba todo el cuerpo y hacia que desease que me besara hasta que se nos desgastaran los labios.
  • Tenemos que ir a comer – me dijo cuando empecé a acariciar su pecho.
  • Muy bien, pero cuando terminemos, volvemos aquí, ¿de acuerdo? - le dije mientras me incorporaba en la cama.
Los dos nos levantamos y nos vestimos rápidamente ya que el calor de la chimenea no caldeaba demasiado esa estancia de la casa.
Cuando me di la vuelta después de ponerme los vaqueros lo vi, vi sus dos muñecas y me quedé paralizada.
No había ninguna pulsera de oro.
  • La pulsera, el brazalete... no está – dije prácticamente chillando. Keiran se agazapó a la defensiva.
Yo no perdí el tiempo y alcé las manos con dos bolas de energía plateadas, el me había enseñado a estar siempre alerta. Keiran se movió a gran velocidad por la habitación para tener mejor angulo de ataque y no me lo pensé, lance las dos bolas. El demonio las rechazó con la misma facilidad con la que un portero rechaza una pelota, no hicieron mella en él.
No me di cuenta de que las lagrimas estaban empapando mis ojos hasta que mi visión se volvió borrosa y le sentí cerca de mi, comencé a luchar cuerpo a cuerpo contra él, pero detenía todos y cada uno de mis golpes.
Me di cuenta de que Keiran no estaba devolviendo ni un solo golpe, solo detenía mis ataques y súbitamente paré de golpearlo y enfrenté su mirada.
  • ¿Por qué no me matas? - le dije entre lagrimas y sollozos.
  • Porque te amo – sus palabras resonaron en mi cabeza dejándome fuera de juego – es tu decisión ahora, si quieres matarme hazlo, no te lo voy a impedir, solo te voy a rogar que sea rápido.
  • ¿Qué? ¿No vas a luchar? - pregunté incrédula. Él no contestó se separó de mi y se puso a cinco metros con las manos en alto– ¿vas a sacrificarte? ¿Así, sin mas? - después de decir esas palabras la profecía vino volando a mi cabeza. Un sacrificio, una decisión con el corazón. sabía lo que tenia que hacer y no lo dudé ni un momento.

Me lancé a gran velocidad contra Keiran y le tiré al suelo, me quedé sentada a horcajadas sobre él y no hizo nada para detenerme, seguía teniendo las manos levantadas y seguía mirándome fijamente a los ojos. Me incliné y le besé con ferocidad.
  • Yo también te amo – reconocí todavía con lagrimas en los ojos. Keiran se levanto rápidamente conmigo encima y me lanzó fuertemente sobre la cama, después se puso sobre mi y comenzamos otra vez a saciar nuestro hambre mutuo.
Hicimos el amor con el mismo ansia que la noche anterior. Sentirle dentro de mi era como una droga, no me cansaba y siempre quería más y mas, probamos posturas inimaginables y no había ninguna que no me gustara hacer con él. Sus besos eran estremecedores, jamas me habían besado así, jamas me había sentido tan bien en los brazos de un hombre, era suya, no cabía ninguna duda, siempre había sido suya y siempre seré suya.
  • ¿Cuándo se cayó la pulsera? - pregunté después de pasar un buen rato haciendo el amor.
  • Cuando Mihail te saco el veneno – me sorprendió mucho esa respuesta, había estado ocultandomelo mucho tiempo, ¿Por qué? - no quería perderte, no sabía por qué, pero no quería luchar contra ti, no quería ganarte y no deseaba vencer – contestó como si me hubiera leído la mente.
  • Vaya... no sé que decir, yo te he atacado primero, me siento como una estúpida – dije avergonzada mientras hundía mi cara en su hombro desnudo.
  • Yo hubiese hecho lo mismo que tu, yo te lo enseñé. Nunca bajes la guardia y no confíes en nadie – dijo con una sonora carcajada.
  • Pues entonces es culpa tuya que yo reaccionará así – le dije divertida – ese era el sacrificio, esa era la decisión que teníamos que tomar con el corazón – le reconocí. Inmediatamente se puso tenso - ¿Qué pasa?
  • Eso solo ocurría cuando la brecha se abría – dijo pensativo – vamos a llamar con el teléfono móvil a alguien que nos pueda decir que está pasando.

Nos vestimos y nos fuimos corriendo hacia el hall donde estaba nuestro único medio de comunicarnos con el mundo exterior. Mientras yo cogía el teléfono Keiran fue hacia la puerta que para nuestra sorpresa, se abrió sin ningún esfuerzo. Llamé al numero de mi madre y de mi padre, pero nadie contestó. Llamé a Ian y después de sonar siete tonos, contestó al teléfono con voz cansada.
  • Soy Aislyn, que ha pasado – pregunté sin ni siquiera saludad.
  • ¿Qué habéis hecho vosotros? - preguntó mi hermano, haciendo que me sonrojara.
  • Nada, dime ¿Qué ha pasado? - volví a insistir.
  • La brecha se abrió anoche, los primeros nox que han salido del submundo han ido a por el Coven y a por las filas de Mihail y Val, quedamos muy pocos Aislyn y tenemos que mantenernos separados para que no nos localicen. Tener cuidado, se supone que vosotros no debéis morir antes de que los humanos os encuentren y os ayuden a cerrar la brecha, te dejo tenemos varios heridos y tengo que ayudar a curarlos. Te quiero – y con eso ultimo colgó. Mi hermano siempre había sido parco en palabras.
  • Se ha abierto y tengo una ligera idea del por qué – dije volviendo a sonrojarme, Keiran me entendió a la primera y me lanzó una de esas sonrisas que tanto me encendían.
  • Es normal, se supone que lo nuestro, que nuestro amor está prohibido, pero me da igual, no te voy a dejar escapar nunca – esa declaración fue como música para mis oídos.
  • Yo a ti tampoco, Nephelim – contesté guiñándole un ojo.
  • Creo que deberíamos ir a ver a los Freys, que nos cuenten que saben y contarle nosotros lo que sabemos y por el momento podremos utilizar esta cabaña como casa permanente, ¿Qué te parece? - nuestra casa, esa seria nuestra casa... sonaba tan bien y tan real que me emocioné y me lancé a su cuello besando le como respuesta – eso creo que es un si, ¿verdad? - dijo riéndose y cerrando la puerta.
  • Si. Voy a preparar algo de comer y mientras, pensamos que les vamos a decir a los humanos.


Ragnarok 41


La cama”
Aislyn


No volvimos a hablar de lo que había ocurrido cuando nos despertamos, las noticias que habían llegado de mi aldea, me habían dejado preocupada todo el día, pero tenia que comenzar a pensar con la cabeza, desde pequeña nos habían enseñado que la muerte no era el final, lo sabíamos también por los guías que volvían, guías como Keiran que morían y al cabo del tiempo los poderes te daban otra oportunidad de empezar de nuevo, no había tristeza en la muerte, pero si sentíamos la perdida de los nuestros, no eramos de piedra aunque teníamos un concepto más ambiguo de la misma.
La muerte de alguien querido es dolorosa, los humanos lo sufren mucho mas, es normal, ellos no saben lo que hay detrás, pero yo si y yo sabía que mis padres iban a morir, sabía que ellos no iban a dejar que invadiesen el Coven sin luchar y pelear hasta la muerte.
¿Cómo iba a ser el mundo cuando la brecha se abriera?
  • ¿Cómo vamos a salir de aquí si todos los que saben donde estamos encerrados mueren? - le pregunté a Keiran mientras el calentaba un estofado de carne para la cena.
  • No lo sé, pero tengo una teoría – me dijo mientras me miraba de reojo.
  • Pues compártela conmigo – dije mientras me acercaba al puchero con una cuchara y la hundía en el caldo para probarlo.
  • Creo que cuando las criaturas sobrenaturales caigan o cuando se habrá la brecha, estos hechizos de luz se desactivaran – sirvió el estofado en dos platos hondos y los llevó al pequeño salón yo me encargue de llevar los cubiertos y las copas con vino que había preparado.

Comimos en silenció mirando el fuego de la chimenea, debía haber un hechizo sobre ella ya que no necesitaba más troncos de leña de los que había y el fuego no precisaba ningún tipo de cuidado, siempre ardía con la misma fuerza.

  • Esta nevando – dijo Keiran, justo cuando terminó su estofado.
  • ¿Cómo lo sabes? - pregunté mientras me acercaba detrás de él a la ventana.
  • Lo siento, siento los cambios climatólogicos importantes – me dijo mientras descorría la cortina. Estaba anocheciendo y se empezaban a ver los pequeños copos de nieve cayendo sobre los arboles.
  • Estamos en noviembre, es normal que nieve, a mi me encanta – le dije sin pensarlo.
  • Estamos a veinticuatro de noviembre del dos mil doce, exactamente – dijo mientras perdía su mirada a través de la ventana.
  • Vaya, yo ya no sabía ni el día en el que estaba – reconocí un poco abochornada – han pasado ya seis meses desde que nos conocimos, desde que fuiste asignado como mi guía, parece que fue ayer – le dije buscando su mirada.
Nuestros ojos se encontraron y ya no pudimos resistirlo mas, cogí su rostro con mi mano y me puse de puntillas para besarle, él no perdió el tiempo y me devoró mientras ambos nos tocábamos como si fuera la última vez que íbamos a estar juntos, como si al cabo de pocos minutos nos fueran a interrumpir de nuevo.

Keiran me cogió de la cintura y yo enrosque mis piernas alrededor de la suya, cuando le sentí tan duro, el calor volvió a recorrer mi cuerpo como si fueran llamas, eso le excitó mucho más y su excitación, acrecentó más la mía, era un circulo vicioso, un circulo que no quería romper. Fuimos besándonos hasta el dormitorio, el único lugar de la casita que yo todavía no había visto, no me fije mucho en los detalles, pero la cama parecía de lo más cómoda y las mantas y sabanas que la recubrían se sentían muy cálidas y suaves.
No sé en que momento sucedió, pero ambos estábamos desnudos sobre la cama devorándonos a besos y caricias, mis pechos estaban en su boca y sus ojos no se apartaban de los míos Amaba a ese hombre. No podía seguir engañándome a mí misma.
Fue abrasadoramente dulce cuando por fin se introdujo dentro de mi, su gruñido de placer me estremeció y excitó de tal manera que a las pocas embestidas llegue al clímax Keiran se detuvo y me miró de la manera más sexy que nadie jamas lo había hecho, alzó la ceja y me puso esa media sonrisa que me volvía loca.
  • Sigue – le supliqué y él me obedeció al instante.
No pude llevar la cuenta de todas las veces que había conseguido llegar al clímax, pero si podía decir bien alto y claro que habían sido los mejores orgasmos de mi vida, cuando yo ya estaba completamente saciada, noté como él comenzaba a perder el control, sus embestidas fueron en aumento y supe que ahora venia su momento de placer. Gimió de forma tan sexy y agresiva mientras alcanzaba su orgasmo que rápidamente volví a ponerme caliente.
Le siguieron miles de caricias y besos y muchos preliminares hasta que al muy poco tiempo se recuperó y volvimos ha hacernos el amor, una y otra vez durante toda la noche, noche que fue la mejor de mi vida.

Durante muchas horas Keiran y yo fuimos un solo ser.

Ragnarok 40


Una llamada inesperada”

Aislyn


Me desperté en el sofá blanco del salón cuando la luz del día empezó a colarse por la ventana, recordé la noche anterior, había estado jugando con Keiran hasta altas horas, debía haberme quedado dormida y no era la única. Estaba recostada sobre las piernas de Keiran, que cuando notó que me movía, estiró todos los músculos de su cuerpo. No me incorporé de inmediato, giré mi cabeza y le miré desde abajo. Ambos nos miramos mutuamente durante lo que pareció una eternidad. No nos dijimos nada, el silencio no era incomodo, era natural, se sentía bien, se sentía correcto estar tan juntos. ¿Pensaría él lo mismo que yo?
Keiran levantó su mano y acarició mi mejilla, una descarga recorrió mi cuerpo calentándolo hasta extremos insospechados, sabía que él sentía mi libido subir como la espuma, y sus ojos brillaron más verdes que nunca. Le deseaba con todas mis fuerzas y estaba harta de complicaciones, si pronto íbamos a morir que más daba que me dejara guiar un poco por mis sentimientos.
Me incorporé sin apartar los ojos de los suyos y me senté a horcajadas sobre él, Keiran agarró mi cintura y me apretó contra su miembro duro por la excitación. No me ande con rodeos, le bese y fue mucho más placentero que cuando lo había hecho en la cueva. Ambos perdimos el control, el beso mi cuello, mi clavícula, el lóbulo de mi oreja, mis labios, todo era ansia, pasión, deseo. Un gemido se escapó de mi garganta y le hizo perder el control de si mismo, me tumbó contra el sofá y se situó encima de mi. Arranque su camisa y pude tocar sus increíbles y bien formados músculos, me recree en la imagen de su tatuaje y empecé a besar su pecho, hasta llegar de nuevo a su boca.
El ring de un maldito teléfono nos asustó a los dos, ambos, ya acostumbrados a las malas sorpresas nos pusimos inmediatamente de pie, y escaneamos el lugar con la mirada hasta dar con un teléfono móvil que había en el mueble del hall. ¿Cómo mierda era posible que hubiera cobertura en ese maldito lugar? ¿Quien coño había dejado ese aparato allí?
Me acerque corriendo a contestar mientras me acomodaba la ropa. Keiran vino detrás de mi.

  • ¿Si? - pregunté nada más descolgar.
  • Aislyn, soy mama – escuchar la voz de Eleonor dejo un agujero en mi pecho.¿Debía decirle que sabía que no era mi madre biológica? Decidí que no, que era mejor que pensase que no lo sabía, porque conociéndola, seguramente lo pasaría mal por mi.
  • ¡Mama! ¿Cómo estas? ¿Cómo está papa? - pregunté como si el tiempo se acabase.
  • Todos estamos bien, el Coven fue atacado esta noche, ha muerto mucha gente, pero los que seguimos vivos estamos combatiendo – mis padres combatiendo, no podía ni imaginarlo. La angustia y la preocupación se apoderó de mi por completo.
  • Huir, venir aquí conmigo – la imploré.
  • No, tenemos que luchar, pero no es por eso que te llamo, escucha atentamente porque no tengo mucho tiempo, he hablado con Railyn – solté una pequeña exclamación – si, ya se que lo sabes todo, espero que me perdones por no habértelo contado nunca, pero eso no es lo que te quiero decir, seguramente cuando la brecha se habrá los demonios va a ir a aniquilar primero a los seres sobrenaturales. Con todos nosotros fuera de juego, la humanidad está perdida, en las estrellas está escrito que tu abrirás esa brecha, no se va a poder hacer nada por impedirlo, ni siquiera se si encerraros como lo hemos hecho va a retrasar la catástrofe. Eres casi inmortal, no vas a envejecer y eso te va a venir bien, porque según la pitonisa del Coven y Raphaela, pasaran más de cien años hasta que podáis cerrar el portal – un golpe sordo se escuchó al otro lado del teléfono, las interferencias ronronearon a través de la linea.
  • Mama, ¿contesta, que pasa? ¿Estás bien? - me puse muy nerviosa, pero antes de que el teléfono quedará en silencio escuché su voz.
  • Si, pero tengo que irme, han entrado en la aldea otra vez, te amo pequeña – inmediatamente colgó.
  • Yo también te amo – dije en vano. Nadie me iba a escuchar al otro lado.
  • ¿Qué ha pasado? - preguntó Keiran cogiéndome por los hombros y entre llantos le conté todo lo que me había dicho mi madre.




jueves, 25 de septiembre de 2014

Ragnarok 39

Hoy me han dejado un comentario para que suba mas capítulos.... bueno por hoy Anonimo aquí los tienes



Irresistible”
Keiran


Era imposible, me sentía tranquilo y feliz en ese salón con ella. Nos habían encerrado con poderes que ni yo mismo era capaz de destruir, pero no me importaba tanto como lo hubiera hecho en el pasado. ¿Qué estaría pasando por su cabeza? Me encantaba ver como se mordía el labio mientras pensaba en su siguiente movimiento, sabía que iba a mover el alfil y no me confundí.
Me gustaba mucho ver su pelo, pelirrojo de nuevo, caer hacia delante cuando se inclinaba sobre el tablero. Sus ojos me hipnotizaban. Había luchado contra esas sensaciones toda mi existencia, nunca había dejado a ninguna mujer aproximarse demasiado a mi, y ahora, ahora solo podía pensar en ella, solo podía temer el momento en el que ella se diese cuenta de que ya no tenia la pulsera y lo que más daño me hacia, el momento de tener que luchar a muerte contra la bruja.
¿Cuanto tiempo iba a poder reprimir mis instintos? ¿Cómo era posible, que en lo único que pensara cuando la miraba a los ojos o escuchaba esa risa que tanto me excitaba, era en tomarla entre mis brazos y hacerla mía durante toda mi existencia? Tenia que intentar reprimirme si no quería dar ningún paso en falso que pudiera acabar con mi vida.
Ella no podía enamorarse de alguien como yo, de alguien tan oscuro y desagradable, porque me había portado como un capullo con ella desde el principio. Soy un Nephelim y ella una bruja, era algo que jamas podría funcionar, yo no envejecía y ella si, ella se marchitaría año a tras año mientras yo seguiría siendo tal y como soy ahora. ¿No se había vuelto casi inmortal?¿No decía que sentía como si ya no envejeciese? Me quite esas teorías de la cabeza. Era imposible. Me estaba volviendo loco. ¿A caso pensaba que cuando ella se diera cuenta de que no tenia puesta la pulsera, no me iba a atacar con todo lo que tenia a mano?
Su instinto de supervivencia estaba igual de arraigado que el mio y eso se lo había enseñado yo mismo.
Sus preciosos ojos cazaron a los míos mirándola, no pude evitar una sonrisa mientras con mi peón la hacia mi ultimo movimiento. ¿Seria así como terminaría lo nuestro?
  • Jaque mate.





















Ragnarok 38


Encerrados”
Aislyn

Salieron los tres por la puerta sin echar la vista atrás, había algo extraño en ellos, algo que no me estaban contando. ¿podía ser esto algún tipo de trampa? sabía que mi demonio estaba pensando lo mismo que yo. Los dos nos quedamos en el hall minutos después de que se marcharan y yo me atreví a dar el primer paso, fui rápidamente a la puerta y me di cuenta de que no podía abrirla, Keiran lanzo conjuros e intentó teletransportarse, yo también intenté abrir la puerta con mi magia, pero esa puerta y esos muros eran como una caja de hormigón armado. Estábamos completamente encerrados.
  • ¡Nos han tendido una trampa! - gruñó Keiran.
  • Relajate, no nos van a hacer daño, no les interesa matarnos,¿Recuerdas? - insté al demonio a que se tranquilizase y me fui a sentar en el pequeño salón de la cabaña. Frente a la chimenea había un precioso sofá blanco, donde me hundí a pensar sobre todo lo que estaba pasando.
  • Hay mucha comida en la cocina, creo que piensan tenernos aquí mucho tiempo. Por cierto, solo hay una habitación y una cama – dijo Keiran mientras se sentaba a mi lado, después de haber revisado palmo a palmo la casa.
  • No es problema, no seria la primera vez que dormimos juntos – dije sin pensar. El color subió corriendo a mis mejillas cuando recordé la última noche que habíamos estado en la cueva.
Pasamos el resto de la tarde y prácticamente la mitad de la noche jugando al ajedrez, Keiran era muy buen adversario, hacia mucho que no perdía contra nadie y él me ganó tres veces seguidas. Preparé algo de cena, unas tortillas francesas y una habas con tomate. Casi todo lo que teníamos en la despensa eran latas de conserva y carnes y pescados emblistados en el congelador. Habíamos pasado muchas horas juntos y no habíamos discutido ni una sola vez, mientras terminaba nuestra última partida de ajedrez, pensé en lo que me había dicho Raphaela. Amor. Enamorados. Era algo que no se me había pasado por la cabeza. La verdad era que no sabía por qué, pero siempre había confiado en él, en parte era por la pulsera, sabía que no me podía hacer nada hasta que no se liberará y la verdad es que al pensar en ese hecho no sentía miedo, solo sentía angustia, me asustaba la idea de perderle. ¿Cómo era posible que me estuviera pasando eso?En uno de mis movimientos con el alfil, enfrenté sus ojos verdes de demonio, ambos conectamos con una mirada que nunca nos habíamos echado, él sonrió de medio lado mostrando sus dientes y me pareció más hermoso que nunca. ¿Cómo había sido posible que no me hubiera dado cuenta de que estaba enamorada de ese demonio?
Miedo. El miedo me inundó cuando encaje todas las piezas. Mi amor era una blasfemia, era una locura, él jamas se iba a enamorar de mi y volvería a pasar por el mal trago del desamor, pero peor aún. Iba a ser devastador luchar contra alguien que amas. Iba a ser terrible si yo fuera capaz de vencerle. ¿Seria capaz de matarle? Si, me contesté a mí misma, mi supervivencia dependía de ello y no me podía dejar engañar ni podía dejar a mis sentimientos actuar por cuenta propia o estaría muerta antes de dar mi primer golpe.


  • Jaque mate – dijo Keiran. Sacándome de golpe de mis cavilaciones.

Ragnarok 37





La Cabaña Encantada”

Aislyn

Llegamos a la dirección que nos indico Raphaela, era un bosque muy frondoso, no era muy experta en las clases de árboles, pero había un poco de todo, no fue cuando casi tropezamos con la casa, que nos dimos cuenta de que estaba allí, era pequeña y estaba construida de madera, me recordaba a las cabañas utilizadas por los guardas forestales, había un árbol que había crecido torcido sobre la casa y la camuflaba de cualquier vista aérea, las ramas también caían por los laterales de la cabañita y también hacia difícil verla si no la estabas buscando. Noté también un pequeño velo de ilusión, había un conjuro que hacia que desviaras la vista y no prestaras atención a la cabaña.
Era el lugar perfecto para escondernos. Atravesamos los escudos y sentimos un pequeño chisporroteo al pasar por la puerta de madera de la cabaña. Los conjuros que se habían utilizado eran fuertes, demasiado para brujos, esos conjuros eran de otras criaturas que no podía identificar.
Nada más entrar en el hall reparé en que la chimenea estaba encendida, no había visto humo salir de la cabaña, cada vez me impresionaban más los conjuros de ocultación y protección que se habían lanzado en esa casa.
Capté un rápido movimiento por el rabillo del ojo y me puse a la defensiva, Keiran no lo vio ni lo sintió, pero se agazapo junto a mi.
  • Vaya, vaya hermanita, estas muy ágil– dijo una voz que añoraba tanto o más que la de mis padres.
  • ¡Ian! – grité mientras me lanzaba a sus brazos y me lo comía a besos – había otra persona más, otro chico que salió por detrás de mi hermano. Era Ryan – salté a sus brazos y también me le comí a besos, sin querer nos besamos en los labios, pero ¿Qué más daba? Era uno de mis mejores amigos y lo había extrañado tanto que me olvidé de los modales.
  • Hola – saludo Keiran con poco entusiasmo.
  • ¿Dónde está Bashet? - le pregunté a mi hermano, su guía no le dejaba nunca ni a sol ni a sombra.
  • Se liberó hace una semana y los ancianos querían que les ayudase en algunos libros faes que tenían, por lo que se ha quedado en el Coven.
  • ¿Y tu guía? - le pregunté a Ryan, nada más hacer la pregunta un elfo rubio guapísimo salió de la nada.
  • Aislyn este es mi guía Aoerw – nos presentó con entusiasmo, le di la mano al elfo y me dirigí hacia mi hermano mayor.
  • ¿Cómo están papa y mama? - pregunté sin intención de contarle a mi hermano toda la historia de que mis padres no eran mis padres. No quería meter a nadie en esto, porque para mi ellos serian siempre mis padres y mis hermanos también Tampoco quería contarles lo de mi recién adquirida inmortalidad ni la conversación completa que había tenido con la pitonisa.
  • Todos están bien, nosotros no podemos quedarnos mucho, os hemos traído comida para pasar algunos días, los ancianos están al tanto de todo, Raphaela hablo con ellos hace unas semanas, les convenció para que no os dieran caza, pero todo esto es un caos, antes de marcharnos tenemos que lanzar dos conjuros más para que nadie pueda traspasar la puerta, os quedareis solos e incomunicados.
  • ¿Cuanto tiempo tenemos que estar aquí? - Preguntó Keiran.
  • Pues no lo sabemos, no tenemos ni idea de que va a desencadenar la abertura de la brecha, creemos que por mucho que esté escrito, si os mantenemos encerrados podremos retrasar el momento – Dijo Ryan.
  • Según Raphaela pasará dentro de dos noches – dije para mí misma. No me di cuenta de que lo había dicho en voz alta hasta que mi hermano me preguntó.
  • ¿Habéis visto a Raphaela? - nos miró incrédulos.
  • Si, por eso hemos llegado hasta aquí, ella nos dio la dirección – Respondí sin mas.
  • Bueno, eso no se si nos ayuda o no – le dijo Ian a Ryan. No sabía que se traían entre manos, pero no quise preguntar, después de lo que nos había dicho la antigua guía de mi hermana, en las estrellas estaba escrito que abriríamos la brecha, pero no había nada escrito sobre el cierre de la misma, por lo que, según la decisión que tomemos así se escribirá el futuro.
  • Dale besos a todos de mi parte y cuidaros, Ryan cuida a Eilen – dije sin pensarlo, ya era hora de que esos dos estuvieran juntos de una vez por todas. Mi amigo se puso rojo como un tomate y su guía le dedicó una sonrisa cómplice. No hicieron falta palabras que me confirmaran que esa relación iba, por fin, viento en popa.
  • Te queremos – mi hermano me abrazo y me beso en la frente como siempre había hecho. La nostalgia me inundo por completo, pero tenia que dejarlos marchar, algo grande se avecinaba y tenían que estar todos preparados – por cierto antes de que se me olvide, Bashet me pidió que te agradeciese por la visión en Edimburgo, pudimos haber muerto si no llega a ser por tu ayuda – me susurró al oído – me ha pedido expresamente que te lo agradezca de su parte, la verdad que estuvo a punto te perder el cuello en ese callejón – terminó diciendo mi hermano con una pequeña risita. Bashet era muy orgullosa por lo que ese agradecimiento valía el doble viniendo de ella.
  • No hay de que, dale un saludo de mi parte – contesté besándole en la mejilla, no sabía muy bien por qué pero estaba segura de que esa era la última vez que vería a mi hermano. Esa certeza puso un enorme nudo en mi estomago que me obligué a encubrirlo hasta que se marchó.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Ragnarok 36




“El Nox”
Aislyn

Keiran se lanzó a una velocidad increíble contra lo que fuera que había entrado en la cueva yo me levante con energías renovadas, pero Trevor no se despertaba. Tuve que sacudirle fuertemente con el pie. Nada más abrir los ojos en lo primero en lo que se fijo fue mi ropa interior, pero el choque de trenes que había al otro lado de la cueva hizo que se alzará en posición defensiva, ambos fuimos corriendo hacia allí.
Keiran estaba luchando con una criatura que no había visto nunca, se parecía a un vampiro, pero se movía mucho más rápido y sus ojos eran verdes como el fuego. Me lancé a ayudarle. El demonio tenia una espada la lanzó contra Keiran para enfrentarse a mi y dio de lleno en su hombro, clavándole contra la pared.

  • ¡Es un nox, son muy fuertes, ten cuidado! - Me gritó Trevor desde atrás, luche lo mejor que pude a manos desarmadas pero el demonio sacó dos cuchillos y se dispuso a cortarme la garganta con ello, estaba perdida, pero Trevor se puso a las espaldas del demonio con una Claymore, la tenia alzada, imaginé que para rebanarle la cabeza. El nox fue más rápido y se giró clavándole una de las dagas en el corazón y cortándole el cuello con la otra. Ese era mi momento para actuar, conjuré la espada de mi tierra y antes de que pudiera reaccionar le corté la cabeza con una ira desconocida en mi.
  • ¡Trevor! - grité cuando el demonio cayó al suelo decapitado. sabía que no podía hacer nada por él, pero lo intenté. Convoqué hechizos de curación, pero no servían de nada, no podía revivir a los muertos. No me di cuenta de que estaba temblando y llorando como una niña hasta que no escuché a mi demonio.
  • Ayudame mojigata – dijo con un hilo de voz. Me acerque a él y utilicé mi recién adquirida fuerza para desatascar la espada de la pared y así liberar su hombro. Un enorme gruñido de Keiran me puso los pelos d punta.
  • ¿Estas bien? - pregunté. Lancé un hechizo de curación, pero solo lo curó un poco, no era tan poderoso como para curar una herida de semejante magnitud.
  • Me curaré pronto, gracias – dijo mientras se levantaba. Yo fui directamente hacia el cuerpo del nox. Le hice levitar hacia fuera de la cueva y lo tiré por la montaña.
  • Ha muerto, lo que está diciendo Luna, se está cumpliendo, mucha gente va a morir por nuestra culpa, ya tengo dos muertes a mi espalda, no seré capaz de soportar más– no sabía si estaba hablando conmigo misma o con Keiran, este ultimo no contestó.
  • Esto es una guerra, la gente muere, tienes que acostumbrarte porque él no va a ser el ultimo – me dijo mientras señalaba a Trevor. No sabía como lo había hecho, pero se había vestido y puesto el brazo en cabestrillo.
  • Debiste dejarme que te pusiera un vendaje y te limpiara la herida – le regañe.
  • Estoy bien así, ¿Qué vas a hacer con él? - preguntó.
  • Cenizas a las cenizas, polvo al polvo, vuelve a tu hogar con tu familia – recité un conjuro de los que nos grababan a fuego en el Coven, siempre que alguien moría había que mandar el cuerpo allí.
  • ¿Estas bien? - me preguntó acercándose a mi. Todavía estaba en ropa interior y sin darme cuenta había empezado a temblar. Keiran activo una bola de fuego y yo me acerqué peligrosamente a ella para entrar en calor y vestirme.
  • Si, me sorprende, pero no estoy tan afectada como debería estarlo – reconocí. Había odiado a Trevor mucho tiempo y aunque sentía su muerte no me afectaba tanto como imaginé.
  • Eso está bien – dijo el practico demonio.
  • ¿Qué narices es un nox? - le pregunté.
  • Un demonio de rango superior, viven al otro lado, hay que ser alguien muy poderoso para convocar a uno a este mundo y tengo una ligera idea de quien lo ha hecho – me dijo mi demonio mientras se sentaba junto a mi.
  • Tenemos que irnos, aquí ya no estamos seguros – le dije enfrentando sus ojos verdes, ¿Cómo no me había dado cuenta antes?Eran preciosos, el anillo dorado que recubría sus iris, era casi hipnotizarte. No quería hablar con él de lo que había pasado antes del ataque. ¿Qué demonios nos había pasado? ¿Cómo era posible que se sintiera tan bien y tan correcto estar en sus brazos? ¿Por qué demonios se me aceleraba el pulso solo con tenerle cerca? El simple hecho de pensar que quien podía haber muerto era Keiran, me ponía los pelos de punta y un nudo horrible en la garganta, y no era por el hecho de que si el moría yo también. Jamás me había sentido así, no quería pensarlo mucho, pero cada vez estaba más segura de que me estaba enamorando de mi demonio.

Mi demonio, un ser que se lanzaría a mi cuello cuando desapareciese la pulsera, ¿Y si me estaba intentando conquistar para que me fuera más difícil defenderme cuando llegase el momento? sabía que yo era mucho más fuerte que antes y casi inmortal, justo como él. Era una buena estrategia, tenia que reconocérselo, pero no, yo ya no era la imbécil mojigata que conoció hace ya casi cuatro meses. Yo ya era una mujer lista, preparada y alerta.
No se cuando me quedé dormida, solo se que me desperté con la cabeza sobre el regazo de Keiran, por la luz que entraba en la cueva, podía adivinar que eran casi las doce del medio día.

Estábamos los dos hablando con un humano, un anciano. Arthur Freys. Le contábamos lo de la profecía, les explicábamos como iba a cambiar el mundo. Le damos un mapa, un mapa para que nos encuentren

La premonición me pillo por sorpresa y sobresalté a Keiran que al parecer seguía durmiendo como un niño. Me incorporé despacio.
  • ¿Qué has visto? - me preguntó con voz ronca.
  • Arthur Freys. Estábamos hablando con él, explicándole lo que iba a pasar y dándole un mapa de nuestra casa, donde nos podrán encontrar sus elegidos – le expliqué.
  • ¿Por qué íbamos a hacer eso? Se supone que ellos nos tiene que matar o algo de eso para cerrar la grieta – tenia razón, no se me ocurría nada que pudiera hacer que nosotros nos expusiéramos así.
  • ¿Cómo estas? - le pregunté recordando su herida del hombro.
  • Esta prácticamente curada – me dijo sin darle importancia.
  • Me alegro – dije sin más mientras convocaba un buen desayuno escoces para lo dos – estoy muerta de hambre.

Al parecer ninguno de los dos queríamos hablar sobre lo que pasó la noche anterior, era un tema un poco bochornoso, y bueno, si yo no me equivocaba, si lo hacia para enamorarme y así dejarme desprotegida cuando fuera el momento de la lucha, estaba segura de que lo volvería a intentar. No sabía cual iba a ser mi reacción, pero no quería adelantarme a los acontecimientos, eso si, iba a mantenerme alerta.
  • ¡Creo que se de alguien que podría ayudarnos! - grité casi sin darme cuenta.
  • ¿Quién? - preguntó el demonio mientras terminaba de ingerir un trozo de bacon.
  • No hables con la boca llena – le imité – la guía de mi hermana mayor, es una pitonisa, una de las antiguas, fue una de las más grandes en el oráculo de delfos.
  • ¿Tu hermana es cazadora? - preguntó.
  • No, es medico, trabaja en el hospital de Londres – le explique acordándome de la dulce Ámbar, era la hermana con la que menos tiempo había pasado, pero la única que me escribía casi todas las semanas. Se marcho cuando yo solo tenia diez años y solo la había vuelto a ver cuatro veces mas, adoraba su trabajo y todos sabíamos que terminaría casándose con un humano, sabíamos que ella seria de las que no volverían al Coven. ¿Seguiría su guía con ella? sabía que hacía más de ocho años Raphaela había quedado libre, pero estaban muy unidas, por lo que imaginaba que seguramente andaría cerca.
  • Vamos, es peligroso, pero no tenemos otra cosa que hacer – me cogió de la mano y en un pestañeo de ojos, estábamos en Londres, parecían ser las nueve de la noche.

Entramos en el hospital y pregunté en recepción por Amber Macbeth, estaba de guardia en la consulta doce, fuimos rápidamente hacia allí y entramos sin llamar. Me impresionó verla de nuevo, estaba tan guapa como siempre, su pelo moreno caía rizado sobre sus hombros y sus ojos azules estaban tan sorprendidos como los míos. Me reconoció al momento y rápidamente tendió una receta al paciente que estaba con ella y le despidió.

  • ¿Qué haces aquí? Te están buscando por todas partes, nos tienen vigilados, esto es muy peligroso – me dijo mientras se abalanzaba sobre mi y me abrazaba. Mis ojos se llenaron de lagrimas a igual que los suyos.
  • Te hecho tanto de menos – la dije sin pensar.
  • Yo también, pequeñaja, ¿En que puedo ayudaros? - preguntó nerviosa.
  • Necesitamos ver a Raphaela – le dije sin muchas dilaciones.
  • No me sorprende, siempre me dijo que vendrías a verla – se dirigió hacia su escritorio y cogió un papel en blanco – te apunto su dirección, ve cuanto antes y marchate pronto, nos vigilan a todos y cuanto más tiempo estas en un mismo lugar más fácil será localizarte – me tendió el papel y me abrazo besándome con fuerza la cabeza – tener mucho cuidado – la mirada que le dirigió a mi demonio fue de lo más sospechosa – Cuidala – le dijo con una sonrisa pícara. Todo el mundo miraba mal a Keiran o le temían, pero mi hermana, lo miraba con más ternura de lo que me imaginaba. ¿Por qué?
  • Vámonos, siento magia cerca – dijo Keiran mientras me tomaba de la mano y salíamos fuera del hospital.
  • Esta es la casa de Raphaela, al parecer nos espera – le dije cuando llegamos a la puerta de la entrada. Justo antes de entrar, una mujer de unos treinta años nos abrió la puerta impaciente.
  • Ya era hora de que llegarais – nos regañó mientras nos instaba a entrar. Yo no la conocía mucho, solo la había visto cuatro veces en mi vida pero me abrazó a mi y a Keiran que se quedo mucho más sorprendido que yo.
  • No tenemos mucho tiempo antes de que os localicen – nos dijo mientras pasábamos al salón.
  • Dime que sabes que nos pueda ayudar a dejar de dar tumbos – la dije nerviosa.
  • Pues vamos a grano, dentro de dos noches vais a abrir un brecha en el submundo que dejará pasar lo que la caja de Pandora ha estado encerrando siempre, solo una decisión con el corazón os va a mantener vivos. Los humanos encargados de cerrar la brecha tienen que encontraros, no para mataros como ellos creen, os necesitan para que entre los cuatro podáis cerrar el portal. Los demonios han ido plantando malas hierbas en las familias humanas, a ellos les interesa que crean que deben mataros para concluir su misión, pero no es así, tenéis que avisarles, pero eso ya lo sabes ¿no? - me dijo mientras me guiñaba un ojo. sabía que yo había tenido una visión y había visto el momento en el que les avisábamos – está escrito en las estrellas que la brecha se iba a abrir, por lo que contra eso no podéis hacer nada, pero no está escrito nada mas, por lo que no podemos descifrar si el portal sera cerrado alguna vez o no.
  • ¿Qué ocurre si no decidimos con el corazón y morimos? - pregunté.
  • Que la brecha nunca jamas podrá ser cerrada y se producirá el apocalipsis. Keiran puedes ir un momento a la cocina a por un té – le dijo a mi demonio sorprendiéndole más que cuando le abrazo. Este no dijo nada y se dirigió a la cocina sin rechistar – haz un hechizo para que no nos escuche – me susurró. No perdí el tiempo e hice lo que me pidió – Vuestro amor está prohibido, pero está escrito en las estrellas. Si podéis destrozar todos los prejuicios y hacer que florezca hasta lo más grande, si lo hacéis sera mucho más fácil.
  • ¿Qué amor? ¿De que hablas? Nosotros no estamos enamorados, ¿Qué locura estas.. - me mando callar con un dedo y Keiran apareció con dos tazas de té.
  • Tenéis que iros, tengo una casa en las montañas, aquí tenéis la dirección, está completamente aislada y protegida por muchos hechizos, no os encontraran allí, al menos por el momento – le dio el papel a Keiran y sentimos una magia enorme acercarse a toda velocidad – ¡marcharos ya!

Mi demonio no se demoró, tomo mi mano y nos desvanecimos pocos segundos antes de que los cazadores hicieran su entrada en la casa de Raphaela.










lunes, 22 de septiembre de 2014

Ragnarok 35




“El calor”

Keiran

Estaba caliente. Sentir a la bruja abrazada a mi en ropa interior era más de lo que podía soportar. Tenia que haber roto el maldito celibato, pero no había tenido tiempo de hacerlo, eso había sido una casa de locos desde el principio, pero ahora me arrepentía más que nunca, no podía ocultar la erección que había debajo de mis calzoncillos y solo esperaba que la bruja no se diese cuenta de eso y de que ya no llevaba la pulsera. Había intentando volver a ponerla, pero una vez abierta ya no se podía cerrar.
¿Por qué demonios no la había matado? ¿Qué me pasaba? No era propio de mi, los sentimientos que sentía hacia Aislyn no me eran conocidos, ¿Era lo que todo el mundo llamaba amor? No. Era solo pura lujuria, no había estado con ninguna mujer desde hacia siglos y mi cuerpo no era de piedra.
Trevor. A ese imbécil si quería matarle, pero Aislyn me había dado una orden y si quería que siguiera pensando que tenia la pulsera, tendría que obedecerla, por mucho que me jodiese.
Estaba desnudo pegado a la espalda y al culo de mi bruja, y eso me estaba volviendo loco.
Súbitamente sentí como Aislyn se pegaba más a mi que a él y eso me hizo sonreír. ¿Qué demonios me pasaba?
Sentí la libido de ella subir hasta extremos que rozaban con hacerme perder el control. Mi respiración se volvió más intensa cuando noté la suya sobre mi cuello.
Quería hundirme en ella, necesitaba hundirme en ella, hacerla mía, la necesidad se volvió casi irracional y el colofón fue cuando alzó su cabeza y me besó.
Como de dulce podía ser ese beso, no pude evitarlo, se lo devolví con tanta ansia que me dolía, no podíamos movernos mucho o el imbécil se iba a despertar, mentalmente lancé un hechizo del sueño y supe que por mucho ruido que hiciera no se levantaría hasta que yo lo dijera.
Ella no se movió mucho para no romper la conexión entre los tres, pero me agarró fuertemente de los hombros y continuó el que puedo catalogar como el puñetero mejor beso de mi existencia.
No duró mucho.
Alguien entró en la cueva, lo sentí segundos antes de que nos atacara.










domingo, 21 de septiembre de 2014

Ragnarok 34


Malas noticias”

Aislyn

La cueva comenzó a vibrar y sentí como alguien se acercaba a nosotros, miré a Keiran y me di cuenta de que estaba bloqueado, no podía transportarnos fuera. Un fogonazo de luz muy parecido al que dio Zaphirah al aparecer, inundó la penumbra de la cueva, dejando en el suelo a un hombre casi desnudo y herido. Trevor.

  • ¿Qué ha pasado? - dije mientras me arrodillaba en el suelo junto a él.
  • Nos están masacrando – dijo con un hilo de voz.
  • ¿Quién? ¿Dónde está tu ángel? - pregunté mientras le daba la vuelta, su casi completa desnudez no me preocupo en absoluto, estaba lleno de sangre pero no era toda suya.
  • Esta muerta – dijo - la mataron los lacayos de Val, nos están atacando, se ha declarado la guerra entre los tres bandos, nos acusan de matar a Mihail y nosotros pensamos que han matado a uno de nuestros ancianos.
  • ¿Rubel era libre? - pregunté sabiendo de antemano la respuesta, si no hubiera sido así, Trevor estaría muerto también.
  • Si, desde hace dos días... no puedo creelo, se ha marchado... - era muy normal que guías y brujos estuvieran unidos y que después de su separación siguieran siendo casi inseparables, perderla así había sido un duro golpe para Trevor.
  • Voy a curarte las heridas, ¿Cómo nos has encontrado? - pregunté mientras conjuraba un colchón y lo hacia levitar hacia él, para que estuviera más cómodo.
  • Te dije que podría encontrarte cuando quisiera – dijo poniéndome esa sonrisa de Don Juan que le caracterizaba.
  • ¿Por qué has venido aquí? - preguntó Keiran que estaba de pie junto a mi. Comencé a quitarle la poca ropa que tenia y le deje completamente desnudo para comenzar a limpiar sus heridas. Odiaba a ese tipo, pero no le deseaba la muerte y no iba a dejarle morir como un perro.
  • Porque confío en ella y porque estáis huyendo de lo mismo que yo, por lo que no me podéis delatar sin delataros vosotros mismos – en eso el hijo de puta tenia razón.
  • Ya está - dije mientras me levantaba y conjuraba una manta para taparle.
  • La gente se está volviendo loca, ya no cooperan ,esto es un caos – dijo mientras se incorporaba y dejaba su pecho al descubierto.
  • Esto es una locura, no podemos dejarle que se quede, puede ser una trampa – gritó Keiran con fuerza – tú le odias, ¿Por qué le has salvado? - me recriminó.
  • Parece que tu demonio está sacando los pies del tiesto, colega ¿estas celoso? - fue lo peor que pudo decir Trevor, Keiran se lanzó contra él como si fuera un tren de mercancías y yo interpuse un escudo entre los dos.
  • La testosterona se empieza a oler en el ambiente, chicos, hacer el favor de llevaros bien. Keiran no le hagas daño a no ser que te de un buen motivo para hacerlo, Trevor, no te metas con mi demonio si no quieres morir o que te dejemos aquí tirado – los ojos de mi ex se agrandaron con sorpresa.
  • ¿Le prefieres a él que a mi? - me preguntó.
  • ¿Qué mierda de pregunta es esa? Keiran ha sido brutalmente sincero conmigo siempre, me ha amenazado millones de veces y me ha hecho daño otras tantas más, es malo y gruñón y que decir de que en cuanto tenga ocasión va a intentar matarme, por supuesto que le prefiero antes que a ti, así que te aconsejo que no me hagas elegir – Keiran se quedo mirándome casi boquiabierto, no se esperaba esa respuesta y Trevor tampoco. El demonio no pudo evitar lanzar una mirada vencedora a mi ex. Hombres...
  • Eramos unos críos – empezó a decir Trevor, intente detenerle, pero no me salían las palabras – yo solo estaba fardando delante de mis amigos, todos estaban colados por ti y quería hacerles creer que eras mediocre y aburrida y mala en la cama para evitar que fueras objeto de sus fantasías – eso me dejó algo descolocada, pero ataqué.
  • Maldito cabrón... tú me rompiste por la mitad, escuchar esos comentarios tan obscenos, como te reías de mi y como explicabas nuestros encuentros sexuales... me daba asco haberme acostado contigo – vi por el rabillo del ojo que Keiran no perdía ojo de nuestra conversación y note como mi ira empezaba a iluminarle la piel. Respiré profundamente para tranquilizarme.
  • Lo siento, de veras. Fue un suplicio perderte, eras lo mejor y más puro que tenia y la cagué, lo destroce todo, solo quiero que me perdones, seguramente vaya a morir pronto y lo único que quiero para irme en paz es tu perdón – sus palabras hicieron un nudo en mi garganta, no sabía como, pero tenia la certeza de que eran sinceras, tan sinceras que me hicieron daño.
  • Puedo perdonarte, de hecho ya estas perdonado – dije sinceramente – pero jamas olvidaré aquello.
  • Lo entiendo, pero es más de lo que te pido, gracias por darme la paz que necesitaba.
  • Chorradas, eres un gilipollas – tajante y al grano, así era mi demonio vengador.
  • Me estoy debilitando – dije cuando note que un peso enorme me aplastaba el pecho - no puedo mantener el hechizo tanto tiempo.
  • ¿Qué hechizo? - preguntó Trevor.
  • Las salvaguardas que he puesto a la cueva y que tú has medio destruido con tu espectacular entrada, y ¿Crees que la cueva tiene calefacción?
  • Lo siento, en eso no puedo ayudarte ahora mismo soy incapaz de hacer hechizos – contestó recostándose en la cama – apagalo todo y vente a dormir conmigo, puedo mantenerte caliente.
  • No, no será necesario, pondré un fuego – dijo con un gruñido Keiran. Desde que había aparecido Trevor estaba más irascible que de costumbre.
  • No enciendas el fuego, es como poner una señal luminosa encima de nosotros, conjuraré dos mantas mas, y pasaremos la noche como podamos.

Después de conjurar las dos mantas ya casi no me tenia en pie, Keiran me ayudo a arroparme con una de ellas y me tumbe sobre el frío suelo. Tenia que haber conjurado dos colchones mas. El demonio no tenia esos poderes pero se marcho unos minutos y consiguió un enorme colchón donde cabíamos los dos. Extraño. No le hubiese sido difícil conseguir dos, pero si era cierto que eran más difíciles de transportar.
Me arrastre como pude al colchón, no dejaba de tiritar. Keiran estaba al otro lado, al parecer estaba dormido.
Escuché los dientes de Trevor castañear acompañando a los míos, teníamos que hacer algo contra el frió o ambos padeceríamos de hipotermia en menos de una hora.

  • Trevor, tenemos que hacer algo o nos morimos – susurré tiritando.
  • No hay posibilidad del calor corporal, estamos los dos congelados – dijo él con el mismo hilo de voz que yo.
  • Keiran – dije girándome y tocándole el brazo – nos estamos congelando, ¿puedes hacer algo para calentarnos?
  • Si, echarte un polvo a ti y darle a él una paliza, ¿Crees que bastará? - dijo refunfuñando. Le di lo que pretendía ser un golpe fuerte en el brazo, pero no tenia fuerzas y fue más un toque suave que otra cosa.
  • No estoy para bromas, en serio, haz algo – supliqué
  • No me dejáis encender la bola de luz, por lo que lo único que puedo hacer es conectaros a mi calor corporal, eso implica quitarse casi toda la ropa y pegarse a mi – dijo muy a su pesar – pero no pienso hacerlo con él.
  • ¿Funcionaria si yo me pusiera en medio de los dos?¿podría ser conductora del calor hacia Trevor?
  • Si, pero en menor medida que yo, fantástico mojigata, vas a hacer un trió.
  • Callate y desnudate, Trevor, ven aquí – dije cada vez con menos voz. Trevor se levantó a duras penas y llego hasta nuestro colchón dando tumbos. Lanzó su manta encima de nosotros y se metió debajo a mi lado. Él ya estaba completamente desnudo, Keiran se estaba quitando los pantalones y la camiseta y tuvo que ayudarme a mi a quitarme mi ropa. Me quede con el conjunto negro interior.

Keiran se abrazó a mi e inmediatamente noté como su calor comenzaba a descongelar mis músculos, Trevor se pego a mi espalda y gimió con placer al sentir el calor. Era como fuego, un fuego dulce y reconfortante. Sentía la respiración de mi demonio sobre mi cabeza y pude sentir como su piel se ponía de gallina cuando yo respiraba sobre su cuello, no sabía por qué pero me excito mucho sentir su reacción y pegue mi cuerpo más al suyo. Prácticamente no sentí la presencia de Trevor en mi espalda.










Te vas sin dejarme un comentario....

Te vigilo....


Mapa de visitas