Capitulo15
“Gemidos
en la noche”
Keiran
No
sabía que puñetas había pasado esa tarde, no sabía por qué no le
pedí explicaciones a Aislyn sobre el encuentro que habíamos tenido
con ese cazador. ¿Quién era él? ¿Por qué había tanto odio y
deseo de venganza en ella? ¿Qué le habría hecho? Las preguntas se
agolpaban en mi cabeza mientras me desnudaba para meterme en la cama,
ahora por fin podía dormir en cueros, era un alivio no compartir
habitación con la bruja. Todavía podía paladear el dulce sabor que
me había dejado su odio, si no hubiera parado le habría abierto la
garganta a ese guaperas y dios como lo habría disfrutado, estaba
seguro de que iba a soñar con ello toda la noche. “Eso
si que no lo sueñes, antes prefiero morir a manos de Keiran y de las
miles de maneras que me ha descrito”
las palabras de la bruja todavía me daban ganas de seguir riendo,
eso había sido un puntazo, me había pillado completamente
desprevenido, hacia mucho tiempo que no me reía así Ella era más
valiente de lo que pensaba.
Según
las palabras del tal Trevor, los ancianos y demás mandatarios
importantes sabían lo que yo era, también Aislyn, aunque parecía
habérsele olvidado, mejor así va a ser muy difícil sortearlos a
todos y salir con vida, pero tenia esperanzas.
Teníamos
que terminar cuando antes con el winlow y marcharnos, no sabía si
era adecuado llevar a la bruja frente a Val, pero comenzaba a pensar
que no tenia otra elección, ese maldito hijo de puta era nuestra
última baza y aunque odiaría tener que volver a verle, en caso de
vida o muerte la llevaría ante él y para mi desgracia esta
situación se estaba complicando demasiado, teníamos detrás a los
dos bandos y a los humanos… empezábamos a entrar en un verdadero
callejón sin salida.
Antes
de meterme en la cama me asomé por la ventana para crear un escudo
que protegiera la casa, pero mis ojos se detuvieron en una tela
semitransparente que rodeaba toda la vivienda y parte de sus
alrededores. Era un entramado realmente elaborado, solo nos excluía
a mi y a ella, el resto quedaba mágicamente fuera de la casa, solo
algo muy poderoso podría entrar, pero tenia que reconocer, muy a mi
pesar, que su magia protectora era mucho mejor que la miá.
Estaba
exhausto y necesitaba dormir, así que sin más dilación me metí en
mi cama de un metro y treinta y cinco centímetros y me deje abrazar
por los brazos de Morfeo.
Al
poco tiempo de estar durmiendo, escuche al otro lado de la habitación
unos gemidos. Inmediatamente abrí los ojos y preste atención.
Aislyn estaba… gimiendo. El sock me dio de lleno en el pecho. ¿Qué
demonios estaba haciendo? ¿Estaba Alec con ella? Una inexplicable
mala ostia recorrió mi cuerpo haciendo que me levantara de la cama,
pero seguía sin poder moverme. ¿Quién era yo para entrometerme en
sus relaciones sexuales?
No
pude evitarlo y me quede escuchando más atentamente de lo que
debería, la ira me consumía con cada segundo que pasaba y cada
gemido que daba. ¡Por el amor de dios! ¡No se daban cuenta de que
había más gente en la casa!
De
pronto comencé a prestar más atención, allí sucedía algo
realmente extraño, solo se la escuchaba a ella, eran solo sus
suspiros, gemidos y gruñidos… la puerta de mi dormitorio se abrió
con estrépito y Alec y yo nos quedamos mirándonos un segundo que se
sintió como una eternidad, hasta que comprendimos, que si no eramos
ninguno de los dos el que estaba con ella en la habitación. ¿Quién
demonios era?
Poniéndome
rápidamente unos calzoncillos, Alec y yo salimos corriendo hacia la
habitación contigua.
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